Salvar el mundo

Una segunda vida para salvar vidas

Ousman Umar recuerda poco de su infancia, pero tiene grabado en la mente el día que vio un avión sobrevolando su aldea.

Hoy es martes y para Ousman Umar es un día especial. Cuando llegó a España hace 14 años, no sabía ni su edad, ni su cumpleaños, solo que había nacido en martes. Se ve que en Ghana, su país natal, no importa mucho la fecha en que naciste, pero sí el día de la semana. Le quedan pocos recuerdos de su infancia, pero tiene grabado en la mente el día que vio un avión sobrevolando su aldea, cuando unas pocas casas de paja y barro eran todo su mundo y creía que no había nada más fuera de allí.

Ousman ha venido montado en una bici verde plegable, que deja en un rincón, y vistiendo un traje a cuadros granates y azul marino. No me lo esperaba ni tan elegante, ni tan atrevido, pero me cuenta que después se va rodando a la Universidad Politécnica de Catalunya a dar una charla a los estudiantes. Va a contarles su historia, su viaje y la misión de su ONG NASCO Feeding Minds. A nosotros, por suerte, también.

Con tan solo 9 años dejó la escuela y su hogar. Era una especie de manitas, pero no sabía leer ni escribir, solo sabía que cruzando el mar había un lugar llamado Europa, donde todos decían que las cosas iban mucho mejor y se podía encontrar un paraíso de oportunidades. Se puso a trabajar como soldador en el muelle de Accra, la capital del país, y esperó el momento para marcharse. “No sabía a donde, pero un día vi por casualidad en la tele un partido del Barça y decidí que si lo conseguía, iría a Barcelona.”

Cogió sus ahorros y a su amigo Musa y se puso a cruzar el desierto con una mafia de tráfico de personas. Tres jeeps para 46 personas. Después de 5 días, los abandonaron en medio del desierto. Ellos se llevaron sus ahorros y el Sahara se llevó el resto. Al final, solo 6 chicos llegaron al destino y todavía faltaba cruzar el mar. La patera se la construyeron ellos mismos y, sin saber nadar, Osuman se lanzó al mar. “Soy el hombre más afortunado del mundo. Podría haber muerto muchas veces y al final me salvé”.

Cuando llegó a España, vio que las historias que le habían contado no eran ciertas. Había gastado todo lo que tenía para llegar “al paraíso de los blancos” y se encontró solo, sin nada y durmiendo en un banco. “Por suerte, llegó otro milagro. Una señora me levantó del banco, me invitó a desayunar y me acogió en su casa. Ella y su marido me adoptaron. Me cambió la vida. De ser prácticamente analfabeto, en 10 años aprendí idiomas y llegué a la universidad”.

Cuando acaba su historia, entiendes porqué Ousman fundó NASCO Feeding Minds y dedica todos sus esfuerzos en ayudar a los niños de Ghana. Como si salvarse y haberse podido formar fuera su destino, para evitar que sigan engañando a los niños con una realidad que no existe. Está convencido de que la solución al problema de la inmigración está en el origen y pasa por que los pequeños estén informados, que vean por ellos mismos lo que se van a encontrar cuando lleguen a Europa. Y esto lo consigue un ordenador con acceso a Internet.

“Ya hemos formado a más de 11.000 niños en Ghana para evitar que emprendan un viaje lleno de falsas expectativas.” Además, cuando aprenden a utilizar un ordenador, no solo se les abre una ventana de información ilimitada, se les da una oportunidad de futuro, de trabajo, de emprendimiento y de acceso a empresas de todo el mundo, pero en su propio país.

*El Redondeo Solidario de Atrápalo del mes de febrero se destina al NASCO Feeding Minds. Si quieres conocer más sobre la entidad, no te pierdas el próximo artículo de la houdini que se escapó a Ghana para ser voluntaria de esta ONG.

Además, el próximo martes 19 de febrero a las 19:30h NASCO Feeding Minds organiza una fiesta solidaria en la Antigua Fábrica Estrella Damm.

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Me gustan los superhéroes de carne y hueso, que luchan por restablecer el equilibrio y llevar luz a los rincones donde reina la oscuridad. Busco aliados que se sumen a mi causa todos los meses, porque la tierra gira sola, pero el mundo lo hacemos girar nosotros.