¿Qué tienen en común los abejorros y los helicópteros? Que los dos vuelan. Igual que tu cerebro cuando veas a El Mago Pop.

Yo soy una persona escéptica. Cuando veo un truco de ilusionismo, busco por todos los medios averiguar el mecanismo real. ¿Qué pasa cuando no puedo ni siquiera imaginarme cómo lo han hecho? Que flipo en colores y siento como si la cabeza no diera para más. Cualquier intento de razonamiento es totalmente inútil.

Ese es precisamente el sentimiento que tienes durante todo el espectáculo de Antonio Díaz, also know as El Mago Pop. Si eres como yo, vas a pasarte dos horas pensando en qué clase de brujería es esa. Pero también vas a sentirte como un niño pequeño. Nada es imposible” es el show más bonito, increíble y sorprendente que vas a ver. Y te lo dice la fan número uno del mago que explicaba los trucos en la tele con una máscara. El epítome de la antimagia.

Si todavía tienes reservas y piensas que la prestidigitación es cosa de cumpleaños y comuniones, tengo que contarte que el Teatro Rialto tiene un magnífico aire acondicionado. Eso debería ser suficiente para que no te lo pienses más y compres entradas para este fin de semana. Es el plan perfecto para una tarde infernal de verano en Madrid.

© Teatro Rialto

Los abejorros y los sueños

Este espectáculo no es para niños. Ni para adultos. Es para cualquiera que quiera disfrutar. Vas a reírte, porque tiene mucho de humorista. No sólo por las situaciones ridículas en las que mete a los pobres incautos del público, sino por la chispa esa que tienen algunas personas en el escenario. Es un tío tan carismático que no vas a poder distraerte ni un segundo. No te vas a acordar ni del móvil. Que por cierto, no puedes usar en el espectáculo, pero ya te digo que te va a dar muy igual.

Ahora bien, siendo sinceros, igual hasta lloras. Porque Antonio Díaz habla del paso del tiempo con ternura y, en el fondo, un poco de tristeza. Te confieso que se me saltó una lagrimilla. Pero también habla de superar todos nuestros límites, porque nada es imposible.

De hecho, ¿sabías que físicamente los abejorros no tendrían que volar? Vale, yo tampoco lo sabía, pero el Mago Pop me lo comentó y yo le creo. Los abejorros no tienen las condiciones aerodinámicas necesarias para volar y mira, lo hacen. Es precisamente esa relación entre lo imposible, los sueños locos, y la realidad, en la que se basa todo el espectáculo.

No cierres los ojos ni un segundo

Este señor tan majo tiene la capacidad de hacer que estés dos horas mirándole, expectante. Esperando por la siguiente locura que va a pasar en el escenario. Y siempre es una locura más bestia que la anterior. A ver, como anécdota, conoció a Stephen Hawking en lo que sería una reunión de media hora y que duró seis. Hasta un hombre acostumbrado a los misterios del universo se quedó prendado de El Mago Pop.

Mi única recomendación es, precisamente, que no te pierdas nada, porque en un segundo, pueden ocurrir tres o cuatro cosas simultáneas y, si no prestas atención, igual no lo flipas tanto como deberías.

Es espectacular que esté de pie en un sitio y, sin que tú dejes de verle y escucharle, aparezca al otro lado del teatro. Si existe la magia, es precisamente esto. La habilidad para hacer que te preguntes “¿cómo lo hizo?” cien veces en ese corto espacio de tiempo.

© Luis Javier Duran [Intimately Magazine]

En su truco final, que obviamente no te voy a spoilear, tu reacción será levantarte del asiento para intentar descubrir qué demonios acaba de ocurrir. Tu reacción y la de todo el público. Porque todo el mundo salió de “Nada es imposible” con el cerebro frito y la sensación de haber sido un niño de nuevo.

Probablemente el éxito de su programa en DMAX y del propio espectáculo es que da igual lo mayor o joven que seas. Durante el tiempo que dura, vas a sentir cosas que sólo sentías cuando eras un bambino y todo podía ocurrir por arte de magia.

Creo que no es muy descabellado decir que El Mago Pop es un ilusionista del tiempo. Por eso, si quieres volver a ser un crío sin tener que pasar por una adolescencia con acné y cambios hormonales locos, lo mejor es que reserves tus entradas y disfrutes de todo lo que te ofrece este espectáculo. Al fin y al cabo, “nada es imposible”, ni siquiera volver a tener 8 años.

mm
Cuando no sé algo, lo aprendo. Gastrónoma, seriéfila, viajera platónica y marinera. Leo tantas cosas que he perdido la cuenta. La banda sonora de mi vida la compusieron las Spice Girls en los 90s. Practico la religión Disney y prefiero el doblaje latino de La Sirenita. Ahora vivo en Madrid, pero como decía Pedro Guerra "mi casa está en el mar, con siete puertas".