¿Cómo vas de nivel de senderismo? Da igual, porque hay rutas fáciles, difíciles, aventureras o más relajadas. Aunque no seas tú ‘muy de andar’, te voy a llevar a encontrarte bosques de laurisilva y pinillo, kilómetros de costa y el más puro Atlántico. Cómprate un buen calzado y prepárate para convertirte en conquistador. ¡Tierra a la vista!

El corazón de la isla

Tu primera parada de este viaje de sensaciones por La Palma empieza con la ruta que recorre La Caldera de Taburiente. Desde el Mirador de los Brecitos tardarás como una hora y media en llegar al fondo del cráter. El sendero es como vivir en un libro de Julio Verne. Cuando termines este tramo, te espera un baño en las aguas más frescas que nacen desde los rincones más inexplorados de la tierra.

Para marcharte, prepara los pies, porque el descenso serán unas cuatro horas y media. Bajando El Reventón tendrás buen material para tu timeline con las vistas del Roque Idafe. Si tienes ganas de ser el nuevo #wanderlustinfluencer, desvíate unos 20 minutos y disfruta de la Cascada de Colores. Que sí, que es tan espectacular como su propio nombre indica. Tu paseito de nada termina descendiendo por el Barranco de las Angustias, pero te juro que no es tan malo como suena.

© José Ayut

Hay otra caldera: la caldera del agua

En Villa Garafía está el parque cultural de la Zarza y la Zarcita desde el que empieza tu nuevo reto. Con este camino te sumergirás en la naturaleza salvaje del verde de la Isla Bonita (no, Madonna no hablaba de La Palma, pero esta también lo es).

El camino hasta la Cruz del Gallo tiene una vegetación tan frondosa y verde que sentirás como si te envolviese una cúpula tipo Los Juegos del Hambre, pero sin arcos ni cosas locas de esas. Como eres el rey del crossfit esto no será nada para ti, así que puedes continuar el sendero hasta Don Pedro, uno de los rincones más tradicionales de la Isla. Acantilados, barrancos y las casas que bien sirven de paleta cromática. Un buen sitio para realizar un alto en el camino y avituallarnos a base de quesito palmero, que tendrás que traerte de casa, pero que subirá tu barra de energía a los topes.

© Van Marty

Volcanes, laurisilva y almendros

El Bastón es el sendero de largo recorrido que atraviesa la espina dorsal de La Palma, prácticamente de forma literal. Imagínate la isla como un dinosaurio, será como ir de la cabeza a la cola, o viceversa . El nombre oficial del camino es GR 131, que suena como a la nave de Yuri Gagarin, pero no. Tiene en una de sus etapas la llamada ruta de los volcanes, un lugar casi mágico que será como sentir la energía del centro de La Tierra. 24 kilómetros de decorado de película, todo para ti. Aunque no vayas en la Vostok 1, sentirás que has abandonado el planeta.

Y, aunque sentirse en las nubes está muy bien, yo soy más de verde esperanza y de bosques frondosos. Si tú también, tienes para elegir varias rutas. Helechos, tilos y otras especies endémicas sortearán estos caminos donde podrás disfrutar de la auténtica laurisilva.

© Dominic Dahncke

La Palma tiene preparada otra sorpresa con el sendero SL LP 64 (apúntatelo, porque con tanto número y tanta letra te vas a olvidar). Desde finales de enero hasta principios de febrero, el verde característico de esta tierra se mezcla con el rosa y el blanco de los almendros en flor de las fuentes de Puntagorda. Aprovecha la temporada baja para darte una escapada y que tus followers se mueran de envidia. Podrás vivir un Hanami en versión palmera. Por cierto, ‘Hanami’ es la palabra asociada al periodo de florecimiento de los almendros en japón, que me lo ha dicho la Wikipedia.

© Dierk Topp

Una historia de barrancos y dragos

El Tablado, Franceses, Don Pedro y Gallegos tal vez no signifiquen nada para ti ahora mismo. Pero cuando visites estos lugares, donde el tiempo parece haberse detenido, no tendrás en cuenta ni la cobertura del móvil. Igual pensarás que te has equivocado de puerta y buscarás como volver al Ministerio del Tiempo porque todo allí parece haberse parado unos siglos atrás.

Y si hay algo típico en estas tierras son los dragos. Estos árboles centenarios son emblemáticos y forman parte de la identidad de los canarios. Sus imponentes troncos y su curiosa estructura te recordarán a seres mitológicos y hadas de la naturaleza. Escribe un buen estado filosófico en Instagram y sácate una foto en la que serás minúsculo junto a uno de estos enormes árboles centenarios -yo tengo la imagen enmarcada en el salón de mi casa-.. El mejor sendero para disfrutar de ellos es Buracas. Te llevará desde Las Tricias, en Villa de Garafía, hasta allí.

© Saúl Santos

Siéntete un gigante

Ya te dije que la isla está atravesada por un camino en forma de bastón, el sendero de largo recorrido GR 131. Pues partiendo desde el mítico Roque de Los Muchachos, llegarás hasta el Pico de la Nieve. Todo esto con las imponentes vistas que regala. El mar de nubes es todo un clásico en esta ruta, por lo que no estaría de más que grabases algún video. Igual te cuadra y además de influencer monetizas vídeos en Youtube.

Desde allí puedes seguir hasta el Refugio del Pilar, o descender por el PR LP 3 hasta el pie de la carretera que lleva al Roque de Los Muchachos. Desde estos caminos podrás disfrutar de una buena panorámica de toda la isla, así que no dejes de hacerlos.

© Dominic Dahncke

La realidad es que no importa cuál de estos senderos elijas. Yo, como buena canarina canariensis, me los he pateado todos, y no puedo decirte cuál es mi favorito porque cada uno de ellos tiene ese ‘algo’ único. Ese ‘algo’ mágico’. La Palma te da todo lo que imaginas y mucho más. Prepara tus botas de montaña y una buena mochila porque te espera un viaje inolvidable

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Cuando no sé algo, lo aprendo. Gastrónoma, seriéfila, viajera platónica y marinera. Leo tantas cosas que he perdido la cuenta. La banda sonora de mi vida la compusieron las Spice Girls en los 90s. Practico la religión Disney y prefiero el doblaje latino de La Sirenita. Ahora vivo en Madrid, pero como decía Pedro Guerra "mi casa está en el mar, con siete puertas".