La noche de brujas está cerca. Ya te habrás dado cuenta porque las referencias a este día las tienes hasta en la sopa. Hoy Halloween se relaciona con el disfraz de calabacita sexy o de payasos como Pennywise, pero en realidad es una tradición muy antigua que esconde cierto encanto. La próxima vez que vayas a una fiesta sorprende a tus amigos o esa personita tan especial con estos curiosos datos.

Vale, a lo mejor piensas que no es más que una celebración absurda que se ha hecho famosa por los churros hollywoodenses, pero permíteme sacarte de tu error. Para mí la noche de Halloween es especial y cada año me emociona, incluso cuando no salgo de casa y solo veo maratones de películas de terror tumbada en el sillón. Quizás es la sensación de que por un día lo creepy es aceptable y la gente (a excepción de los grinchs) está de buen humor, porque aceptémoslo, Halloween o Noche de Brujas es sinónimo de fiesta y amigos.

¿Te das cuenta del potencial de este día? A mí la sola idea de disfrazarme porque sí, me parece de lo más guay, y es algo que solo nos podemos permitir unos cuantos días al año…, bueno, si no quieres que te asocien con la señora de los gatos de Los Simpsons.

Pero, más allá de los disfraces y los chuches (los de la niña de Rajoy también), ¿sabes de donde viene el Halloween y por qué se ha vuelto tan popular? Aquí te presento algunos datos que quizás no sabías sobre la Noche de Brujas (léase con tono Vincent Price).

Tú disfraz tiene origen pagano

La tradición de Halloween viene de una antigua creencia celta -de más de mil años- llamada Samhain. Además de ser una especie de ‘Año Nuevo’ o comienzo de la época oscura, esta era la noche en la que los espíritus de los muertos volvían del más allá al mundo de los vivos. Algo así como los tatarabuelos de los zombis multiplicado por mil.

Evidentemente a los celtas de entonces no les apetecía tener un muerto en casa, por lo que, con tal de espantar a los malos espíritus, acostumbraban disfrazarse y utilizar máscaras terroríficas. De allí, querido houdini, es de donde viene la tradición de utilizar disfraces. A mí me resulta difícil imaginarme como una celebración pagana tan vieja se ha convertido en un fenómeno de la cultura pop, pero esa es la magia de la reinterpretación histórica.

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La leyenda de Jack O’ Lantern

Cuando piensas en Halloween lo primero que viene a la mente es una calabaza (o varias) talladas o no. Vamos, es un elemento tan popular que hasta tiene su propio emoji, así como las Kardashians. Pero, ¿conoces la leyenda que hay detrás?.

Erase una vez… La historia cuenta que un hombre llamado Jack, un granjero avaro y vicioso, solía pasar sus días en una taberna bebiendo hasta endeudarse. Un buen día se encontró con el Diablo -nada más y nada menos- y prometió darle su alma a cambio de que le pagara sus deudas pendientes. Jack, quien aparentemente no estaba familiarizado con el concepto de “venderle tu alma al Diablo nada bueno te traerá”, se pasó de ‘listillo’ y logró chantajear al Diablo no una, sino dos veces para evitar que se llevase su alma. Al final como toda buena historia tiene una moraleja y el amigo Jack tuvo que pagar por sus actos, ‘como Dios manda’ diría mi abuela. Al morir no pudo entrar al cielo, pero tampoco al infierno, así que estuvo condenado a vagar por siempre sin rumbo y acompañado solo de una pequeña brasa dentro de un nabo.

Cuando los irlandeses emigraron a Estados Unidos llevaron consigo muchas de sus tradiciones. Estas se fueron adaptando poco a poco al nuevo entorno: por ejemplo, el nabo se cambió por las calabazas y vaya que fue una buena idea, sería difícil imaginarse un nabo tenebroso.

Leyendas urbanas y el  “Trick or Treat

El clásico “truco o trato” seguro lo has visto por lo menos un millón de veces en todas las películas y series habidas y por haber, como Elliot y E.T disfrazado de fantasmita. La tradición consiste en que los niños se disfrazan y van de casa en casa pidiendo chuches, y si los vecinos se niegan pueden convertirse en víctimas de alguna que otra travesurilla.

Esta costumbre tan inocente en apariencia, se ha convertido en caldo de cultivo para las leyendas urbanas. La más famosa es la de los cuchillos escondidos en las golosinas: la paranoia ha llegado tan lejos que, el año pasado, la policía ofreció a los padres analizar con rayos X los chuches de manera gratuita. ¿Qué tal? Así hasta CSI se queda corto.

Un poquito de brujería

Halloween también está lleno de rituales para todos aquellos que quieran sacar la Sabrina o el Merlín que llevan dentro. Si lo tuyo es la onda esotérica y te inclinas más por los hechizos, aquí tengo un par de ritos que se pueden hacer desde la comodidad de casa y que no incluyen ouijas. Prueba y dinos si funcionó.

Para olvidar… En un recipiente coloca pétalos de rosas, agua y un espejo. A las las doce de la noche del día 31, coge con las dos manos el recipiente y elevalo, como en los rituales que ves en la películas. Cierra los ojos y piensa en lo que quieras olvidar. Después, tal y como lo hace la Bestia con la Bella, en tu espejito mágico visualiza cómo te gustaría que fuera tu vida. Fácil y sencillo. Apuesto a que tienes todo los ingredientes a la mano.

Para buscar el amor… En una hoja escribe los aspectos que te gustaría cambiar de tu situación sentimental: desde mejorar la relación con tu pareja actual o el deseo de encontrar a esa media naranja (o limón). Debes encender una vela roja y repetir en voz alta lo que escribiste tres veces. Quema el papel junto con dos ramas de canela y,  cuando se convierta en ceniza, vierte un poco de agua para después lanzarlas por la ventana. Al final, deja la vela encendida hasta que se consuma. Aclaro que nunca lo he intentado, pero no cuesta nada probar. Si no funciona siempre podrás volver al Tinder.

Créditos: CC0 License

Halloween puede no ser tu tradición favorita, pero sin duda es un pretexto excelente para divertirse. Saber un poco más de dónde viene y por qué se celebra no le hace daño a nadie…¿o sí?, cualquiera que sea tu plan asegúrate de divertirte y contaros cual es tu parte favorita.

Vale, a lo mejor piensas que no es más que una celebración absurda que se ha hecho famosa por los churros hollywoodenses, pero permíteme sacarte de tu error. Para mí la noche de Halloween es especial y cada año me emociona, incluso cuando no salgo de casa y solo veo maratones de películas de terror tumbada en el sillón. Quizás es la sensación de que por un día lo creepy es aceptable y la gente (a excepción de los grinchs) está de buen humor, porque aceptémoslo, Halloween o Noche de Brujas es sinónimo de fiesta y amigos.

¿Te das cuenta del potencial de este día? A mí la sola idea de disfrazarme porque sí, me parece de lo más guay, y es algo que solo nos podemos permitir unos cuantos días al año…, bueno, si no quieres que te asocien con la señora de los gatos de Los Simpsons.

Pero, más allá de los disfraces y los chuches (los de la niña de Rajoy también), ¿sabes de donde viene el Halloween y por qué se ha vuelto tan popular? Aquí te presento algunos datos que quizás no sabías sobre la Noche de Brujas (léase con tono Vincent Price).

Tú disfraz tiene origen pagano

La tradición de Halloween viene de una antigua creencia celta -de más de mil años- llamada Samhain. Además de ser una especie de ‘Año Nuevo’ o comienzo de la época oscura, esta era la noche en la que los espíritus de los muertos volvían del más allá al mundo de los vivos. Algo así como los tatarabuelos de los zombis multiplicado por mil.

Evidentemente a los celtas de entonces no les apetecía tener un muerto en casa, por lo que, con tal de espantar a los malos espíritus, acostumbraban disfrazarse y utilizar máscaras terroríficas. De allí, querido houdini, es de donde viene la tradición de utilizar disfraces. A mí me resulta difícil imaginarme como una celebración pagana tan vieja se ha convertido en un fenómeno de la cultura pop, pero esa es la magia de la reinterpretación histórica.

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La leyenda de Jack O’ Lantern

Cuando piensas en Halloween lo primero que viene a la mente es una calabaza (o varias) talladas o no. Vamos, es un elemento tan popular que hasta tiene su propio emoji, así como las Kardashians. Pero, ¿conoces la leyenda que hay detrás?.

Erase una vez… La historia cuenta que un hombre llamado Jack, un granjero avaro y vicioso, solía pasar sus días en una taberna bebiendo hasta endeudarse. Un buen día se encontró con el Diablo -nada más y nada menos- y prometió darle su alma a cambio de que le pagara sus deudas pendientes. Jack, quien aparentemente no estaba familiarizado con el concepto de “venderle tu alma al Diablo nada bueno te traerá”, se pasó de ‘listillo’ y logró chantajear al Diablo no una, sino dos veces para evitar que se llevase su alma. Al final como toda buena historia tiene una moraleja y el amigo Jack tuvo que pagar por sus actos, ‘como Dios manda’ diría mi abuela. Al morir no pudo entrar al cielo, pero tampoco al infierno, así que estuvo condenado a vagar por siempre sin rumbo y acompañado solo de una pequeña brasa dentro de un nabo.

Cuando los irlandeses emigraron a Estados Unidos llevaron consigo muchas de sus tradiciones. Estas se fueron adaptando poco a poco al nuevo entorno: por ejemplo, el nabo se cambió por las calabazas y vaya que fue una buena idea, sería difícil imaginarse un nabo tenebroso.

Leyendas urbanas y el  “Trick or Treat

El clásico “truco o trato” seguro lo has visto por lo menos un millón de veces en todas las películas y series habidas y por haber, como Elliot y E.T disfrazado de fantasmita. La tradición consiste en que los niños se disfrazan y van de casa en casa pidiendo chuches, y si los vecinos se niegan pueden convertirse en víctimas de alguna que otra travesurilla.

Esta costumbre tan inocente en apariencia, se ha convertido en caldo de cultivo para las leyendas urbanas. La más famosa es la de los cuchillos escondidos en las golosinas: la paranoia ha llegado tan lejos que, el año pasado, la policía ofreció a los padres analizar con rayos X los chuches de manera gratuita. ¿Qué tal? Así hasta CSI se queda corto.

Un poquito de brujería

Halloween también está lleno de rituales para todos aquellos que quieran sacar la Sabrina o el Merlín que llevan dentro. Si lo tuyo es la onda esotérica y te inclinas más por los hechizos, aquí tengo un par de ritos que se pueden hacer desde la comodidad de casa y que no incluyen ouijas. Prueba y dinos si funcionó.

Para olvidar… En un recipiente coloca pétalos de rosas, agua y un espejo. A las las doce de la noche del día 31, coge con las dos manos el recipiente y elevalo, como en los rituales que ves en la películas. Cierra los ojos y piensa en lo que quieras olvidar. Después, tal y como lo hace la Bestia con la Bella, en tu espejito mágico visualiza cómo te gustaría que fuera tu vida. Fácil y sencillo. Apuesto a que tienes todo los ingredientes a la mano.

Para buscar el amor… En una hoja escribe los aspectos que te gustaría cambiar de tu situación sentimental: desde mejorar la relación con tu pareja actual o el deseo de encontrar a esa media naranja (o limón). Debes encender una vela roja y repetir en voz alta lo que escribiste tres veces. Quema el papel junto con dos ramas de canela y,  cuando se convierta en ceniza, vierte un poco de agua para después lanzarlas por la ventana. Al final, deja la vela encendida hasta que se consuma. Aclaro que nunca lo he intentado, pero no cuesta nada probar. Si no funciona siempre podrás volver al Tinder.

Créditos: CC0 License

Halloween puede no ser tu tradición favorita, pero sin duda es un pretexto excelente para divertirse. Saber un poco más de dónde viene y por qué se celebra no le hace daño a nadie…¿o sí?, cualquiera que sea tu plan asegúrate de divertirte y contaros cual es tu parte favorita.

mm
Abre bien los ojos, nada es como parece.