Tienes tus vacaciones en agosto, y este año decides cambiar los fiordos noruegos por Andalucía, porque eres de extremos y así de atrevido. Bien hecho valiente. Si además, sigues mis consejos de buena andaluza, te lo vas a gozar sin morir en el intento.

Te has animado a visitar Andalucía porque el sur es bueno, bonito y barato, porque Sevilla tiene un color especial, y porque llevas escuchando toda la vida decir a Raffaela que para hacer bien el amor hay que venir al sur. No has aguantado más la presión, y a pesar de las altas temperaturas, te has liado el pareo a la cabeza y aquí estás. Pues bienvenido.

El Patrimonio es un fresco

Si a ti lo que te gusta es más el turismo cultural que el playeo, estás de enhorabuena. Andalucía es una de las regiones de Europa donde se concentran mayor número de monumentos “Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO”. Dato importante: muchos son iglesias. Piensa bien: las iglesias son fresquitas. A buen entendedor…

Por la Alhambra de Granada, el monumento más visitado de toda España, corre más agua que en un parque acuático. Albercas, aljibes, fuentes, y los jardines del Generalife serán tu mejor aliado. Lo mismo sucede con los Reales Alcázares en Sevilla. Descansa a la sombra de sus parras y refréscate en las fuentes, tal y como el príncipe Oberyn Martell lo hacía, no olvides que estamos en el reino de Dorne.

Tú, que no es que seas muy practicante, lo de visitar iglesias como que no te motiva. Pero te aseguro que cuando entres a la Catedral de Sevilla o la Mezquita de Córdoba, viniendo de soportar un sol justiciero, vas a caer de rodillas. Puede incluso, que comiences a creer en Dios.

No sin mi humidificador

¿Qué son esos espacios exteriores que parecen Mordor, pero donde te sirven cañas de cervezas y tapas de jamón? Son las terrazas dotadas de humidificadores para refrescar la atmósfera. Y, como están por todas partes en cada localidad andaluza, allí es donde debes dirigirte en tus paradas para comer y/o refrescarte. Matarás tres pájaros de un tiro: no pasar calor, alimentarte y creerte por un rato que estás en lluvia de estrellas. Tras pasar la cortina de humo, ya no serás la turista desarrapada que llegó, saldrás pisando fuerte, nivel: como Beyoncé sale al escenario. Combatir el calor es importante, pero la autoestima mucho más.

Dieta fresca y ligera

Por muy fan que seas de Paquita Salas, mejor guarda los torreznos, y tírate de cabeza al gazpacho, que es mucho más almodovariano y folklórico. Tarazona es un destino de invierno, ahora estamos en el sur.  

La gastronomía andaluza es variada y de calidad, así que tienes para elegir y aburrirte: Salmorejo, ajoblanco, pipirrana, boquerones en vinagre, mariscos, pescaito frito, y mucha fruta fresca. Sobre todo, melón y sandía, para la noche y el día. En cuanto a las bebidas, es fundamental disfrutar de una caña de cerveza como sólo saben ponerlas aquí: helada. El tinto de verano, es otro de nuestros amores en el sur. Amor de verano: dulce, refrescante e intenso. No te aseguro que no vayas a salir del restaurante haciendo ochos, pero eso sí, hidratado que es lo importante.

¡Siesta!

Allá donde fueres, haz lo que vieres. En Andalucía en verano, la vida se paraliza entre las 2 y las 6 de la tarde aproximadamente. Y que conste que no es por vagancia, es porque no se puede hacer absolutamente nada más que tumbarte como un lagarto. Pura supervivencia. Descansar en las horas más críticas, y recuperar fuerzas para disfrutar del resto de la tarde y la noche. Estés en Sevilla, Cádiz, Córdoba o Jaén, la oferta hotelera en Andalucía es impresionante, y el aire acondicionado una garantía asegurada. Aprovéchalo.

También puedes aprovechar la sombra de un típico patio cordobés, o el gustico de la brisa marinera en Cádiz, para ejercer nuestro Yoga Ibérico.

Salir a la fresquita

La “fresquita” no es un nombre de folklórica flamenca, es una franja de tiempo que empieza con la caída del sol. En los pueblos, se sacan sillas a la acera y se hacen corrillos de charlas. En las ciudades grandes, las terrazas y las calles se animan como en ninguna hora del día. Los espacios abiertos al lado de los ríos, o en los paseos marítimos al lado del mar, serán tu placer y descanso nocturno. ¡Busca Toby, busca!

Vestir bien

A ver entiéndeme, que a mí me da igual si vas hecho un mamarracho, yo lo que quiero es que ese mamarracho no se muera del bochorno en una esquina. Pantalones cortos, camisetas de tirantes, chanclas, vestidos fresquitos. Si vas dispuesto a aprovechar hasta las horas de máximo peligro, no olvides un gorro o gorra. Tus neuronas te lo agradecerán.

Llevar una bandana a lo Axl Rose en la mochila, para mojar en una fuente y refrescarte la frente, puede salvarte de algún mareillo.

© Sonsoles Lozano

Y no olvides el complemento por excelencia en el sur: el abanico. Además de andar super integrado con la cultura andaluza, el abanico te permite tener tus momentos ‘Loco Mía’, que es todo lo que una persona necesita en esta vida. ¿Para que nos vamos a engañar?. Ah, y que sirve para darse aire. Eso también.

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Piensa alto, siente hondo, habla claro