Pongamos que hablo de una buena resaca en Madrid. Retrocedo por si alguien se ha perdido ya: ¿que a qué me refiero con ‘una buena resaca’? Pues a una de esas que te hace despertar con la boca seca como la piel de un elefante, la voz ‘tomada’ (por decirlo finamente) y un cansancio vital solo superado por el hambre. Precisamente de eso, de calmar el hambre de las fieras deshidratadas va este artículo.

Venga, que sí, que me vas a decir que hace años que no te encuentras así pero que ‘puedes recordar cuando te pasaba’. Sí, claro, y lo que pasó el día de tu cumple o tras aquel concierto al que estabas deseando ir no cuenta, ¿verdad? Te hagas el longuis o no, aquí vamos a hablar del hambre de resaca. Ese hambre voraz como un león en plena Sabana africana y antojizo cual mujer encinta.

Porque sí, amigo. Una buena resaca puede pedirle a tu cuerpo que te hagas un arroz a la cubana, -y oye, que si tienes de todo en casa es el súper plan para no salir. O también te puede mantener quietecito, como si tu sofá fuera un ataúd, y darte en cuerpo y alma a la pizza a domicilio: ‘mu’ rica opción, para qué negarlo. Pero los designios del hambre de resaca pueden hacer de las suyas y estar en plan paladar refinado, o de pico fino, o de ‘necesito comida asiática’, y un largo etcétera. Y en ese caso lo que hay que hacer veloz como un rayo es darte una ducha, adecentarte, y salir rumbo a algunos templos del buen deglutir.

Créditos: License CC0

Gochear, pero en plan saludable: comida raw

Cannibal es tu sitio. Todo productos crudos o semicrudos. Un sitio sofisticado y muy chulo en el local donde antes estaba el Café Oliver. Tiene una carta variada y sabrosa a partes iguales, con un tomate excepcional, tartar de atún picante apto para grandes necesidades de picor y un ceviche de vieiras de morirse.

Una publicación compartida de He Nar (@henarrr) el

Si lo que te apetece es un brunch

Pero que sea contundente. Massa Pizza es el tuyo. Aquí te puedes poner como el kiko y comer a deshoras huevos rancheros, benedict, ensalada, pizza… Todo ello dentro de un menú de brunch bueno, bonito y barato en pleno Chueca.

Necesitas una mezcla de sabores: Asia fusión

Cacahuete con picante con kimchi con lo que se te ocurra. Tengo una solución: pásate por el Cortezo Yatai Market y vete comiendo de aquí y de allá: baos, ramen. Vete a la parte del fondo y disfruta con el puesto vietnamita, y con Smok Mok y sus ‘bravasians’, su ensalada con kimchi o sus famosas bolas de dragón (bocadillo de albóndigas ahumadas con salsa barbacoa japonesa). Informal, abierto non stop todo el día todos los días… De nada.

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El cuerpo te pide algo entre panes

Hay toda una gama de bocadillos de nueva generación que están muy -pero que muy- ricos. En John Barrita, nueva propuesta de los creadores de La Tasquería, saciarás tu hambre con fornidos bocatas (no te vayas sin probar la focaccia de sardina ahumada) y unas curiosas croquetas que es mejor que las degustes tú mismo, entre un montón de delicias que tienen para elegir. Si por lo que matarías es por el clásico bocata de pastrami como el que tomaste en aquel viaje y que te salvó una gran situación resaquil como esta, te animo a ir a Craft 19, un puesto de cerveza y sándwiches donde al de pastrami no le falta mejunge (ni mantequilla) y el de pulled pork directamente te deja con la boca abierta.

Estás de ceviche

Llevas días pensándolo y hoy te estalla esa apetencia y se transforma en urgencia. Que matas por un buen ceviche, vaya. Con su toque cítrico, su pescado fresco, su exotismo y una sensación refrescante en tu boca. Para comer uno bien rico puedes ir a Piscomar By Jhosef, un restaurante peruano cuya sensación de familiaridad te hará sentir como en casa.

Platos de cuchara y tenedor con sustancia

Además de las múltiples opciones de cocido madrileño o de guisos asturianos, gallegos o andaluces que puedas encontrar, te voy a dar una recomendación más atípica: vete de cabeza a por el plato del día de Los Chuchis, el restaurante de cocina inglesa de Lavapiés. Si vas en domingo el ‘sunday roast’ te inundará el olfato y volarás con cada bocado. Un señor menú que de cara a una buena resaca resulta más que perfecto.

Créditos: Henar Ortega

Si a la cena vuelve a apetecer incursión gastronómica: rienda suelta. Se trata de luchar contra esa mosca cojonera que es la resaca, y si es con buen sabor de boca, mucho mejor.

Venga, que sí, que me vas a decir que hace años que no te encuentras así pero que ‘puedes recordar cuando te pasaba’. Sí, claro, y lo que pasó el día de tu cumple o tras aquel concierto al que estabas deseando ir no cuenta, ¿verdad? Te hagas el longuis o no, aquí vamos a hablar del hambre de resaca. Ese hambre voraz como un león en plena Sabana africana y antojizo cual mujer encinta.

Porque sí, amigo. Una buena resaca puede pedirle a tu cuerpo que te hagas un arroz a la cubana, -y oye, que si tienes de todo en casa es el súper plan para no salir. O también te puede mantener quietecito, como si tu sofá fuera un ataúd, y darte en cuerpo y alma a la pizza a domicilio: ‘mu’ rica opción, para qué negarlo. Pero los designios del hambre de resaca pueden hacer de las suyas y estar en plan paladar refinado, o de pico fino, o de ‘necesito comida asiática’, y un largo etcétera. Y en ese caso lo que hay que hacer veloz como un rayo es darte una ducha, adecentarte, y salir rumbo a algunos templos del buen deglutir.

Créditos: License CC0

Gochear, pero en plan saludable: comida raw

Cannibal es tu sitio. Todo productos crudos o semicrudos. Un sitio sofisticado y muy chulo en el local donde antes estaba el Café Oliver. Tiene una carta variada y sabrosa a partes iguales, con un tomate excepcional, tartar de atún picante apto para grandes necesidades de picor y un ceviche de vieiras de morirse.

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Si lo que te apetece es un brunch

Pero que sea contundente. Massa Pizza es el tuyo. Aquí te puedes poner como el kiko y comer a deshoras huevos rancheros, benedict, ensalada, pizza… Todo ello dentro de un menú de brunch bueno, bonito y barato en pleno Chueca.

Necesitas una mezcla de sabores: Asia fusión

Cacahuete con picante con kimchi con lo que se te ocurra. Tengo una solución: pásate por el Cortezo Yatai Market y vete comiendo de aquí y de allá: baos, ramen. Vete a la parte del fondo y disfruta con el puesto vietnamita, y con Smok Mok y sus ‘bravasians’, su ensalada con kimchi o sus famosas bolas de dragón (bocadillo de albóndigas ahumadas con salsa barbacoa japonesa). Informal, abierto non stop todo el día todos los días… De nada.

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El cuerpo te pide algo entre panes

Hay toda una gama de bocadillos de nueva generación que están muy -pero que muy- ricos. En John Barrita, nueva propuesta de los creadores de La Tasquería, saciarás tu hambre con fornidos bocatas (no te vayas sin probar la focaccia de sardina ahumada) y unas curiosas croquetas que es mejor que las degustes tú mismo, entre un montón de delicias que tienen para elegir. Si por lo que matarías es por el clásico bocata de pastrami como el que tomaste en aquel viaje y que te salvó una gran situación resaquil como esta, te animo a ir a Craft 19, un puesto de cerveza y sándwiches donde al de pastrami no le falta mejunge (ni mantequilla) y el de pulled pork directamente te deja con la boca abierta.

Estás de ceviche

Llevas días pensándolo y hoy te estalla esa apetencia y se transforma en urgencia. Que matas por un buen ceviche, vaya. Con su toque cítrico, su pescado fresco, su exotismo y una sensación refrescante en tu boca. Para comer uno bien rico puedes ir a Piscomar By Jhosef, un restaurante peruano cuya sensación de familiaridad te hará sentir como en casa.

Platos de cuchara y tenedor con sustancia

Además de las múltiples opciones de cocido madrileño o de guisos asturianos, gallegos o andaluces que puedas encontrar, te voy a dar una recomendación más atípica: vete de cabeza a por el plato del día de Los Chuchis, el restaurante de cocina inglesa de Lavapiés. Si vas en domingo el ‘sunday roast’ te inundará el olfato y volarás con cada bocado. Un señor menú que de cara a una buena resaca resulta más que perfecto.

Créditos: Henar Ortega

Si a la cena vuelve a apetecer incursión gastronómica: rienda suelta. Se trata de luchar contra esa mosca cojonera que es la resaca, y si es con buen sabor de boca, mucho mejor.

Tags : MadridResaca
mm
Henar con H de hedonismo. Recomendadora profesional. Muchos años enviando a gente a los sitios adecuados. Camino por la vida en una eterna vacación (o eso intento). Profesional camaleónica, soy periodista, consultora de comunicación y gestora cultural freelance. No conoces a nadie a quien le flipe más Madrid (y mi barrio, Antón Martín). Cine, música, arte, ocio urbano, comer, beber, salir, y demás. Bajar a comprar pan y acabar en una despedida de soltero en Ibiza (de La Costa Brava) como way of life.