1. Palacio de Longoria

El edificio modernista más famoso de Madrid se ubica en Chueca y su estructura curvilínea lo convierten en todo un icono de esta etapa arquitectónica. Construido entre 1902 y 1904 por encargo del financiero Javier González Longoria, el palacio invita a descubrir la actual Sociedad General de Autores y Editores a través de una escalera imperial icónica en la que se refleja una enorme vidriera obra la Casa Maumejean. Ideal para iniciar una ruta modernista que se concentra especialmente en el corazón de la capital.

Calle de Fernando VI, 4.

2. Casa de los Lagartos

El modernismo trató de traer la naturaleza a la arquitectura, aunque en el caso de esta casa se lo tomaron algo más en serio. La prueba es la presencia de dos enormes lagartos, criaturas que recuerdan al amor por los reptiles de Gaudí y que resultó obra de Benito González del Valle en 1911. Tampoco os vamos a engañar, el resto de la casa no es digno de la Unesco, pero solo por sus dos salamandras ya merece la pena. Futura candidata a sensación Instagram, ya te lo avisamos.

Calle de Mejía Lequerica

3. Casino de Madrid

Seas jugador o no, el Casino de Madrid engloba algo más que cocktails lujosos y croupiers. De hecho, su estética es un claro deleite modernista acentuado por motivos como su majestuosa escalera interior, diseñada por José López Sallaberry y el escultor Ángel García Díaz que combinan las obras de Romero de Torres o Emilio Sala que lucen en sus paredes. Una máquina del tiempo única, sin duda.

Calle de Alcalá, 15.

4. Casa Gallardo

Si continúas hasta Plaza de España, seguro que tu mirada se detiene en otro de los grandes iconos modernistas de la capi: la Casa Gallardo. Considerado Bien de Interés Cultural, este edificio obra del arquitecto Federico Arias Rey ofrece unas fachadas de ricos detalles orgánicos como herraduras y balcones envueltos por enredaderas de piedra. Un nexo entre el barroquismo y el art noveau ideal de visitar antes de ver el atardecer en el cercano templo de Debod.

5. Compañía La Colonial

Si enfilas desde Plaza Mayor hasta La Almudena, te toparás con la Antigua Compañía La Colonial, una empresa chocolatera que decidió ubicar sus instalaciones en el corazón de Madrid en 1909. Y claro, poco pudieron resistirse a esos balcones de motivos florales o incluso unas palabras como “cacao” o “chocolate” todavía inscritas en algunos de sus extremos. Una belleza industrial donde predominan los grandes ventanales y una estética fascinante.

Si este fin de semana no tienes plan y quieres rememorar las clases de Historia del Arte, el centro de Madrid te lo pone fácil con esta ruta modernista para los sentidos.

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.