Si te preguntara qué conoces de Moscú, ¿qué crees que dirías? Rusia lleva la carga de un imaginario popular enorme y cientos de preconceptos sobre ella. ¡Conócela realmente y déjate seducir por ella!
Al decir Rusia se me viene a la cabeza decenas de imágenes, personajes y estereotipos que venimos escuchando hace décadas: comunismo, zares, Guerra Fría, frío Frozen, Kremlin, Dostoievski, Stalin, Putin, Gagarin, Pussy Riot, Ejército Rojo, catedrales ortodoxas, extravagancia…y ahora también Mundial de fútbol. Pero Rusia es mucho más que eso.
Winston Churchill dijo una vez que “Rusia es un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma”. Y le doy la razón. Por eso siempre quise ir a Rusia. No por Anna Karenina. No por el Vodka. No por las matrioshkas.
Llamadme superficial, morbosa o simplemente “ezpezial”, pero lo que realmente me intrigaba era esa fama de pueblo excéntrico y difícil de definir. Fama quizá acrecentada por las decenas de blogs frikis rusos que miré durante años, donde pude encontrar desde fotos caseras de gente abrazando seductoramente un AK47 sobre la moqueta de su salón rococó, como el casamiento entre un oso pardo con… un ruso. Oh yeah. Definitivamente tenía que ir.
Pero claro, Rusia es casi un continente. Y yo siempre ando escasa de vacaciones, por lo que debía descubrir toda esa irracionalidad maravillosa en apenas 3 días de puente en Moscú. Y en solo 3 días aprendí muchas cosas:
No solo viajas a un país
Apenas aterricé en Moscú, y sin más ayuda que un mapa de las estaciones de metro en inglés, me di cuenta de una verdad que me acompañaría durante todo el fin de semana: viajar, afortunadamente, desarma los prejuicios.
Quizá tanto Hollywood (¿otro prejuicio?) nos metió en la cabeza que el ruso te mira y te convierte en estatua de hielo, con esa mirada gélida es mejor no contrariarlo. Siempre con cara de pocos amigos, maleducado. Pero… no. Me encontré con personas más hospitalarias y amables que en otras ciudades con mejor fama. No sé si es porque vieron mi cara de Heidi perdida en la ciudad, pero en menos de 20 minutos 4 personas distintas me ayudaron a encontrar mi hotel y las estaciones de metro con la mayor de las sonrisas.
Consejo: llevarse un mapa del metro en inglés y otro en alfabeto cirílico. O abrazar a un ruso llorando.
Lo popular no tiene por qué ser aburrido o cutre
La red de metro de Moscú es un Museo, literalmente. La llaman el “Palacio del Pueblo” y merecido tiene el nombre. Te caes de culete al verlas: esculturas majestuosas, obras de arte arquitectónicas y pictóricas por donde mires. En Rusia todo es exagerado. Y eso me gusta. Vale la pena hacer un recorrido por esa dimensión paralela. Además, con la extensión gigantesca de la ciudad, el metro será tu mejor amigo.
Mi top 3 son Mayakovskaya, Komsomolskaya y Plóshchad Revolutsii. Recomiendo bajar las kilométricas escaleras mecánicas, hacer conexiones abismales y realizar un recorrido por varias estaciones. Además es una buena forma de plantarle cara al frío.
Solo como curiosidad: si coges la línea circular 5 notarás que la megafonía usa voces masculinas cuando avanzan en el sentido de las agujas del reloj y voces femeninas cuando va en sentido antihorario. ¿Por qué? Ni idea, pero los amo.
Los rusos tienen el idioma cirílico. Y el de los gestos
Los gestos en Rusia son un tema aparte. Podrías estar insultando fuerte a alguien o haciéndole una propuesta indecente con solo levantar un dedo. Es cosa seria. Por ejemplo, si levantas el puño con el pulgar escondido entre el dedo índice y el corazón, estás rechazando o negando algo. Pero no preocupéis, el gesto que más usaréis es el de golpearse con el dedo índice el cuello. Eso significa “otra pinta de cerveza por favor”. Lo entienden en todos los bares :)
El comunismo tiene mucha presencia todavía
Solo voy a decir que, en la alucinante Plaza Roja, el Mausoleo de Lenin mira hacia al GUM: el centro comercial más caro y lujoso de Europa. ¡Lenin, in your face! Literal.
El mundo ha vivido equivocado
¡Sí! Durante años y en miles de vermuts y comidas familiares hemos pedido por la famosa ensaladilla rusa… ¡que en Rusia no se llama así! Es verdad que el engaño es cruel pero superable, pero me niego a llamarle “Ensalada Olivier” como le dicen allí.
En fin, Rusia es un país increíble. Y Moscú una ciudad llena de sorpresas. No deja indiferente a nadie. Nunca lo dejó. Ni siquiera en el Mundial de fútbol.
