Muchos no habrían apostado hace cinco años por un modelo de ocio como el que ofrecen las Room Escapes. En la época de las pantallas, la realidad virtual y la diversión ligada a la tecnología, cada vez más personas pagan dinero por dejar a un lado su móvil y encerrarse una hora en una habitación con un grupo de amigos buscando poner a prueba su intelecto.

Las Room Escape nacieron hace apenas diez años en Japón como una manera de aprovechar el tirón de los videojuegos point&click consistentes en encontrar pistas mediante la exploración de un escenario. No obstante, la versión analógica consiguió en muy poco tiempo superar en popularidad a su hermano virtual y convertirse en una opción de ocio tan extendida en todo el mundo que ha conseguido conquistar incluso al ya expresidente de los Estados Unidos. En Europa, la ciudad de referencia para los escapistas no es otra que Budapest en donde ParaPark tiene una de las habitaciones mejor valoradas en el ranking mundial.

Pero ¿qué tienen las Room Escape para que hayan conseguido conquistar a jugadores de todo el mundo? Analizamos las cinco claves de uno de los negocios del momento.

Cada partida es diferente

El orden en el que se encuentran las pistas, el tiempo que se invierte en descifrarlas, el número de jugadores y sus habilidades, son algunos de los factores que contribuyen a hacer única cada experiencia en una Room Escape.

La mayoría de las salas basan su premisa y ambientación en una historia pero lo que pasa una vez se cierra la puerta y se inicia la cuenta atrás sólo depende de las personas encerradas en su interior. Además, la mayoría de empresas disponen de varias salas con diferente dificultad y algunas incluso crean experiencias personalizadas y diferentes para cada grupo, adaptando el juego a sus necesidades.

Cualquiera puede participar

Las Room Escapes son la opción perfecta para el ocio familiar. Cualquier persona, sea cual sea su edad o condición física, puede disfrutar sin problema de las aventuras que proponen las salas y funcionar como parte fundamental del equipo.

Salvo excepciones —las creadas para pasar miedo como por ejemplo las de Horror Box, de alto contenido gore—, las Room Escape están libres de violencia, lenguaje ofensivo o escenas intensas, y jugar es tan sencillo, y puede hacerse de tantas formas, que que todo el mundo consigue encontrar una dinámica con la que puede colaborar.

Por si fuera poco, su modelo basado en las dinámicas acción-recompensa consigue que los jugadores se sientan progresivamente más implicados y atraídos por lo que sucede en la habitación.

Tiene carácter cooperativo

A diferencia de otros juegos que se basan en la competición, las Room Escape necesitan del trabajo conjunto de todas las mentes del grupo para resolver el misterio. Esto hace que sean la actividad idónea para estudiar y mejorar las dinámicas de grupo, hecho que no ha pasado desapercibido en las empresas que, cada vez más, se animan a organizar y promover partidas entre sus empleados.

Entre las cualidades que se ejercitan y entrenan jugando en una Room Escape se encuentran el pensamiento lateral y el deductivo pero estos no sirven de nada si no se combinan con una sólida comunicación entre todos los miembros del equipo.

El precio es muy asequible

El precio medio por partida en España oscila entre los 8 y 15 euros por persona, lo que se sitúa muy cerca del precio de una entrada de cine, la opción de ocio favorita de los españoles. Sin embargo, la percepción de los usuarios es que la experiencia de escapismo es mucho más satisfactoria que la que ofrecen las salas por lo que el gasto se asimila como si fuera mucho menor.

Porque es divertido antes, durante y después

Al ser un juego que se disfruta en grupo, la experiencia no queda limitada al momento que se pasa dentro de la habitación sino que los instantes previos, en los que se experimenta el nerviosismo ante lo desconocido, y los posteriores, en los que se repasan anécdotas, pasan también a formar parte satisfactoria de la experiencia.

Por todas estas razones las Room Escape son un negocio en alza en todo el mundo, lo que ha creado una cantera de verdaderos expertos en descifrar incluso las pistas más críticas. A los diseñadores sólo les quedan dos opciones: imitar el modelo de The Basement, sala de Los Ángeles famosa por su dificultad (sólo el 20% de jugadores consiguen escapar en el nivel más sencillo); o añadir a la mezcla unas gotas de competición. Así nace la Liga Room Escape de Atrápalo que este año ha celebrado su segunda edición.

Liga Atrápalo Room Escape

Durante cuatro meses —del 1 de octubre del 2016 al 31 de enero del 2017— los aspirantes a Sherlock Holmes, organizados en equipos de 2 a 5 personas, deberán demostrar no sólo que pueden resolver hasta las más intrincadas habitaciones sino probar que pueden hacerlo mucho más rápido que nadie. Sólo así conseguirán sumar los puntos necesarios para ponerse a la cabeza del ranking.

¿Y el premio para los mejores escapistas? pues, como no puede ser de otra manera, una escapada de fin de semana a Madrid, Barcelona o Sevilla y otras dos partidas de Room Escape para que puedan seguir practicando lo que mejor se les da. Porque los escapistas profesionales no nacen, se hacen.

Las Room Escape nacieron hace apenas diez años en Japón como una manera de aprovechar el tirón de los videojuegos point&click consistentes en encontrar pistas mediante la exploración de un escenario. No obstante, la versión analógica consiguió en muy poco tiempo superar en popularidad a su hermano virtual y convertirse en una opción de ocio tan extendida en todo el mundo que ha conseguido conquistar incluso al ya expresidente de los Estados Unidos. En Europa, la ciudad de referencia para los escapistas no es otra que Budapest en donde ParaPark tiene una de las habitaciones mejor valoradas en el ranking mundial.

Pero ¿qué tienen las Room Escape para que hayan conseguido conquistar a jugadores de todo el mundo? Analizamos las cinco claves de uno de los negocios del momento.

Cada partida es diferente

El orden en el que se encuentran las pistas, el tiempo que se invierte en descifrarlas, el número de jugadores y sus habilidades, son algunos de los factores que contribuyen a hacer única cada experiencia en una Room Escape.

La mayoría de las salas basan su premisa y ambientación en una historia pero lo que pasa una vez se cierra la puerta y se inicia la cuenta atrás sólo depende de las personas encerradas en su interior. Además, la mayoría de empresas disponen de varias salas con diferente dificultad y algunas incluso crean experiencias personalizadas y diferentes para cada grupo, adaptando el juego a sus necesidades.

Cualquiera puede participar

Las Room Escapes son la opción perfecta para el ocio familiar. Cualquier persona, sea cual sea su edad o condición física, puede disfrutar sin problema de las aventuras que proponen las salas y funcionar como parte fundamental del equipo.

Salvo excepciones —las creadas para pasar miedo como por ejemplo las de Horror Box, de alto contenido gore—, las Room Escape están libres de violencia, lenguaje ofensivo o escenas intensas, y jugar es tan sencillo, y puede hacerse de tantas formas, que que todo el mundo consigue encontrar una dinámica con la que puede colaborar.

Por si fuera poco, su modelo basado en las dinámicas acción-recompensa consigue que los jugadores se sientan progresivamente más implicados y atraídos por lo que sucede en la habitación.

Tiene carácter cooperativo

A diferencia de otros juegos que se basan en la competición, las Room Escape necesitan del trabajo conjunto de todas las mentes del grupo para resolver el misterio. Esto hace que sean la actividad idónea para estudiar y mejorar las dinámicas de grupo, hecho que no ha pasado desapercibido en las empresas que, cada vez más, se animan a organizar y promover partidas entre sus empleados.

Entre las cualidades que se ejercitan y entrenan jugando en una Room Escape se encuentran el pensamiento lateral y el deductivo pero estos no sirven de nada si no se combinan con una sólida comunicación entre todos los miembros del equipo.

El precio es muy asequible

El precio medio por partida en España oscila entre los 8 y 15 euros por persona, lo que se sitúa muy cerca del precio de una entrada de cine, la opción de ocio favorita de los españoles. Sin embargo, la percepción de los usuarios es que la experiencia de escapismo es mucho más satisfactoria que la que ofrecen las salas por lo que el gasto se asimila como si fuera mucho menor.

Porque es divertido antes, durante y después

Al ser un juego que se disfruta en grupo, la experiencia no queda limitada al momento que se pasa dentro de la habitación sino que los instantes previos, en los que se experimenta el nerviosismo ante lo desconocido, y los posteriores, en los que se repasan anécdotas, pasan también a formar parte satisfactoria de la experiencia.

Por todas estas razones las Room Escape son un negocio en alza en todo el mundo, lo que ha creado una cantera de verdaderos expertos en descifrar incluso las pistas más críticas. A los diseñadores sólo les quedan dos opciones: imitar el modelo de The Basement, sala de Los Ángeles famosa por su dificultad (sólo el 20% de jugadores consiguen escapar en el nivel más sencillo); o añadir a la mezcla unas gotas de competición. Así nace la Liga Room Escape de Atrápalo que este año ha celebrado su segunda edición.

Liga Atrápalo Room Escape

Durante cuatro meses —del 1 de octubre del 2016 al 31 de enero del 2017— los aspirantes a Sherlock Holmes, organizados en equipos de 2 a 5 personas, deberán demostrar no sólo que pueden resolver hasta las más intrincadas habitaciones sino probar que pueden hacerlo mucho más rápido que nadie. Sólo así conseguirán sumar los puntos necesarios para ponerse a la cabeza del ranking.

¿Y el premio para los mejores escapistas? pues, como no puede ser de otra manera, una escapada de fin de semana a Madrid, Barcelona o Sevilla y otras dos partidas de Room Escape para que puedan seguir practicando lo que mejor se les da. Porque los escapistas profesionales no nacen, se hacen.

Tags : Room Escape
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