La Corporación para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN, por sus siglas en inglés) empezará mañana jueves a aceptar solicitudes para dominios de nivel superior (o sea, ese añadido después del punto en una dirección, como .com o .org.

Los dominios. Una imagen de ivanpw en Flickr.

Es decir, que cualquier persona o empresa que quiera podrá pedir un dominio personalizado. Una solicitud que será evaluada estrictamente por la ICANN, pues algunas organizaciones y marcas ya han expresado su preocupación.

Bueno, cualquiera que pueda y esté dispuest@ a pagar los 185.000 dólares (unos 144.000 euros) que costará presentar candidatura.

Pero, ¿te imaginas tu web del plan “www.laura.martinez” a secas? O “bar.manolo“, o una agencia de viajes “www.hasta.luego“…

Algunas ciudades como Londres, Nueva York, París, Sydney, Roma y Berlín lo tienen ya en mente.

¿Tú lo harías o qué?

Sea como sea, seguro será una revolución en la red. Y es que Internet, como la vida (ya lo decíamos el lunes), tiene la gran cosa de ser un continuo enigma.

La Corporación para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN, por sus siglas en inglés) empezará mañana jueves a aceptar solicitudes para dominios de nivel superior (o sea, ese añadido después del punto en una dirección, como .com o .org.

Los dominios. Una imagen de ivanpw en Flickr.

Es decir, que cualquier persona o empresa que quiera podrá pedir un dominio personalizado. Una solicitud que será evaluada estrictamente por la ICANN, pues algunas organizaciones y marcas ya han expresado su preocupación.

Bueno, cualquiera que pueda y esté dispuest@ a pagar los 185.000 dólares (unos 144.000 euros) que costará presentar candidatura.

Pero, ¿te imaginas tu web del plan “www.laura.martinez” a secas? O “bar.manolo“, o una agencia de viajes “www.hasta.luego“…

Algunas ciudades como Londres, Nueva York, París, Sydney, Roma y Berlín lo tienen ya en mente.

¿Tú lo harías o qué?

Sea como sea, seguro será una revolución en la red. Y es que Internet, como la vida (ya lo decíamos el lunes), tiene la gran cosa de ser un continuo enigma.