¡Madre mía la vuelta de vacaciones! Madrugar, el metro en hora punta, la rutina, los compañeros de trabajo contando sus vacaciones -¿por qué, señor, por qué?- y, sí, el estrés -¡oh, no, otra vez tú!-. Ahora que habíamos conseguido desconectar y olvidarnos incluso del teléfono móvil, nos toca retomar la vida donde la dejamos antes de tumbarnos en la hamaca de la playa. O sea, drama. Pero de nada sirve lamentarse.

Antes de que la depresión postvacacional haga acto de presencia, ¿qué tal si organizamos una escapada de estas perfectas para reencontrarse con los amigos, la naturaleza y recuperar las ganas de vivir? Pues tenemos el destino perfecto. Osona, un pequeño paraíso situado en el corazón de Cataluña donde poder desconectar, disfrutar del aire libre y practicar todo tipo de deportes. ¡Adiós kilos de más! ¡Adiós aburrida rutina! ¡Hasta nunca!

En un periquete organizamos una escapada de fin de semana con un nutrido grupo de amigos. ¡Benditos grupos de whatsapp! Unos quieren pasear y disfrutar de la gastronomía -son los más listos, claro-. Otros prefieren lanzarse en tirolina, y que no falten los que no pueden despegarse de su bicicleta y van con ella hasta el fin del mundo. ¡Menudo lío! Menos si nuestro destino es Osona. Ahí van a poder hacer de todo y más. Para que luego digan que los houdinis no somos unos genios planificando viajes. ¡Si es que deberían regalarnos por Navidad! Después de unas pocas horas de coche, con sus paradas, sus charlas y su ‘¿pero quién ha puesto esta canción?’, aterrizamos en Vic, centro neurálgico de la comarca, para disfrutar de dos días de turismo activo, naturaleza salvaje, vistas impresionantes y un poco de descanso, que tampoco es cuestión de volver más cansados de lo que nos fuimos. ¿Alguien se apunta?

¡Aquí hemos venido a subir en globo!

Cualquiera que haya visitado Vic sabe que las posibilidades que ofrece la ciudad son casi infinitas. Desde un tranquilo paseo por el centro -¡no se pierdan la catedral!-, una visita al templo romano -en un estado de conservación envidiable tras haber permanecido oculto durante una buena parte de su historia- o a alguno de los museos que acoge la ciudad, hasta dejarse tentar por un buen vermut en una terraza y las bondades de la gastronomía local para los más disfrutones. Pero aquí no hemos venido a estar de brazos cruzados, ¿verdad? ‘¡Somos valientes! ¡Tenemos ganas de aventura! ¿Sí? ¿Seguro? ¡Seguro! A ver si luego nos vamos a arrepentir… ¡Gallina!’. Es el momento de dejarse llevar por la excitación y romper la rutina. Es el momento de montar en globo. ‘¿En globo? Sí, ¡en globo!’. Que no se diga que no somos turistas atrevidos…

Una foto publicada por Joaquim Colomer Cullell (@jococu82) el 6 de Sep de 2016 a la(s) 2:24 PDT

Nada más sencillo que reservar el viaje en globo antes incluso de salir de casa. A través de la web de turismo de Osona podremos encontrar todo tipo de opciones para realizar estos viajes desde la misma ciudad de Vic. Tan solo nos queda elegir la versión que más se acople a nuestra escapada -las hay desde el viaje en globo sin más hasta combinaciones con excursiones a pie, con su almuerzo, sus fotos y su todo-. ¿Nos armamos de valor y allá vamos? ¡Venga! Las vistas desde los aires son espectaculares. ¡Qué paisaje! ¡Qué árboles! ¡Qué aire tan puro! Lo reconocemos, se nos escapó alguna lagrimita de la emoción -y de saber que no nos podemos quedar aquí a vivir para siempre jamás-. Una experiencia para no olvidar. Globos hay muchos, pero que recorran un paraje con tanto encanto seguro que no. ¡Y esto no ha hecho más que empezar!

¿Y si hacemos un poco de piragüismo también?

Con la emoción del viaje por los aires, nos trasladamos a Vilanova de Sau, uno de los municipios más populares de la comarca, situado, claro, junto al embalse de Sau. ¿Que qué vamos a hacer aquí? ¡Pues kayak! Madre mía, lo que no nos pase en este viaje… Como no somos unos expertos en piragüismo -¡basta de reírse!-, apostamos por la opción para novatos, principiantes y torpes. Menos mal que lo tienen todo pensado y antes de lanzarte al agua, nos dan unas clases preparatorias -se nota que son unos profesionales-. La versión más sencilla incluye una excursión de hora y media hasta el famoso campanario de Sant Romà -con la construcción del embalse, se sepultó el pueblo debajo del agua, dejando a la vista tan solo el extremo del campanario-. Fuimos, remamos, volvimos y no morimos en el intento. Esto lo convalidan por dos meses de gimnasio, ¿no? ¡Ya podemos decir que somos deportistas! ¡Bien!

Una foto publicada por Aixa Riba (@aixarp) el 31 de Ago de 2016 a la(s) 6:35 PDT

Pero las salidas en kayak son tan solo una de las muchas opciones que ofrece Osona. Hay rutas en bicicleta -muchas, muchísimas-, paseos a caballo, piragüismo, senderismo -desde la mismísima catedral de Vic puede llegarse hasta Sant Pere de Casserres, un antiguo monasterio benedictino, siguiendo una ruta de lo más atractiva-, ¡de todo! Y ya que hemos llegado en coche, ¿por qué no aprovecharlo un poco más? Osona incluye un buen catálogo de parques naturales que no deberíamos perdernos. Desde el ‘Parque Natural del Montseny’ hasta el ‘Parque del Castillo de Montesquiu’ o el ‘Espacio Natural Guilleries Savassona’. Remansos de paz y naturaleza ideales para perderse durante horas. Ahora, mejor planificar la visita antes de llegar, que las opciones son muchas y tampoco queremos terminar con los pies destrozados. Que una cosa es una escapada de fin de semana y otra muy distinta terminar en urgencias para que nos arranquen las botas de montaña. ¡Mesura, por favor!

Unas fiestas, unos bailes y cerveza, ¡mucha cerveza!

La mejor época para visitar Osona es a partir septiembre. Con el otoño la comarca se viene arriba y hay un montón de ferias y fiestas. Todas son buenas, pero si somos amantes de la música, los conciertos y los eventos al aire libre, en septiembre encontraremos dos citas casi obligatorias. Por una parte, el ‘Mercat de Música Viva de Vic‘, que este año celebra su 28ª edición -del 14 al 18 de septiembre-. Conciertos hasta la madrugada y ganas de pasarlo muy bien en uno de los festivales más consolidados del verano. Y, por otra, la ‘Festa del porc i la cervesa‘. Sí, han leído bien, una fiesta del cerdo y la cerveza. ¿Qué más hace falta para ser feliz? Un encuentro gastronómico en la ciudad de Manlleu los días 24 y 25 de septiembre donde degustar todo tipo de productos elaborados a partir del cerdo mientras se escucha música. Hay talleres de cocina, mercadillo y todo pensado para la familia completa. Salivamos solo de pensarlo.

Una foto publicada por la xènia (@themenjar) el 26 de Sep de 2015 a la(s) 2:47 PDT

Ni un minuto nos ha sobrado de nuestro fin de semana en Osona. ‘Descubre la esencia de Catalunya’, reza el lema de la comarca. Sin duda, nos ha dejado embriagados. Ahora, a ver quién es el guapo que vuelve a ponerse el despertador para ir a trabajar… ¡Qué ingrata es la vida! ¡Qué ingrata!

Antes de que la depresión postvacacional haga acto de presencia, ¿qué tal si organizamos una escapada de estas perfectas para reencontrarse con los amigos, la naturaleza y recuperar las ganas de vivir? Pues tenemos el destino perfecto. Osona, un pequeño paraíso situado en el corazón de Cataluña donde poder desconectar, disfrutar del aire libre y practicar todo tipo de deportes. ¡Adiós kilos de más! ¡Adiós aburrida rutina! ¡Hasta nunca!

En un periquete organizamos una escapada de fin de semana con un nutrido grupo de amigos. ¡Benditos grupos de whatsapp! Unos quieren pasear y disfrutar de la gastronomía -son los más listos, claro-. Otros prefieren lanzarse en tirolina, y que no falten los que no pueden despegarse de su bicicleta y van con ella hasta el fin del mundo. ¡Menudo lío! Menos si nuestro destino es Osona. Ahí van a poder hacer de todo y más. Para que luego digan que los houdinis no somos unos genios planificando viajes. ¡Si es que deberían regalarnos por Navidad! Después de unas pocas horas de coche, con sus paradas, sus charlas y su ‘¿pero quién ha puesto esta canción?’, aterrizamos en Vic, centro neurálgico de la comarca, para disfrutar de dos días de turismo activo, naturaleza salvaje, vistas impresionantes y un poco de descanso, que tampoco es cuestión de volver más cansados de lo que nos fuimos. ¿Alguien se apunta?

¡Aquí hemos venido a subir en globo!

Cualquiera que haya visitado Vic sabe que las posibilidades que ofrece la ciudad son casi infinitas. Desde un tranquilo paseo por el centro -¡no se pierdan la catedral!-, una visita al templo romano -en un estado de conservación envidiable tras haber permanecido oculto durante una buena parte de su historia- o a alguno de los museos que acoge la ciudad, hasta dejarse tentar por un buen vermut en una terraza y las bondades de la gastronomía local para los más disfrutones. Pero aquí no hemos venido a estar de brazos cruzados, ¿verdad? ‘¡Somos valientes! ¡Tenemos ganas de aventura! ¿Sí? ¿Seguro? ¡Seguro! A ver si luego nos vamos a arrepentir… ¡Gallina!’. Es el momento de dejarse llevar por la excitación y romper la rutina. Es el momento de montar en globo. ‘¿En globo? Sí, ¡en globo!’. Que no se diga que no somos turistas atrevidos…

Una foto publicada por Joaquim Colomer Cullell (@jococu82) el 6 de Sep de 2016 a la(s) 2:24 PDT

Nada más sencillo que reservar el viaje en globo antes incluso de salir de casa. A través de la web de turismo de Osona podremos encontrar todo tipo de opciones para realizar estos viajes desde la misma ciudad de Vic. Tan solo nos queda elegir la versión que más se acople a nuestra escapada -las hay desde el viaje en globo sin más hasta combinaciones con excursiones a pie, con su almuerzo, sus fotos y su todo-. ¿Nos armamos de valor y allá vamos? ¡Venga! Las vistas desde los aires son espectaculares. ¡Qué paisaje! ¡Qué árboles! ¡Qué aire tan puro! Lo reconocemos, se nos escapó alguna lagrimita de la emoción -y de saber que no nos podemos quedar aquí a vivir para siempre jamás-. Una experiencia para no olvidar. Globos hay muchos, pero que recorran un paraje con tanto encanto seguro que no. ¡Y esto no ha hecho más que empezar!

¿Y si hacemos un poco de piragüismo también?

Con la emoción del viaje por los aires, nos trasladamos a Vilanova de Sau, uno de los municipios más populares de la comarca, situado, claro, junto al embalse de Sau. ¿Que qué vamos a hacer aquí? ¡Pues kayak! Madre mía, lo que no nos pase en este viaje… Como no somos unos expertos en piragüismo -¡basta de reírse!-, apostamos por la opción para novatos, principiantes y torpes. Menos mal que lo tienen todo pensado y antes de lanzarte al agua, nos dan unas clases preparatorias -se nota que son unos profesionales-. La versión más sencilla incluye una excursión de hora y media hasta el famoso campanario de Sant Romà -con la construcción del embalse, se sepultó el pueblo debajo del agua, dejando a la vista tan solo el extremo del campanario-. Fuimos, remamos, volvimos y no morimos en el intento. Esto lo convalidan por dos meses de gimnasio, ¿no? ¡Ya podemos decir que somos deportistas! ¡Bien!

Una foto publicada por Aixa Riba (@aixarp) el 31 de Ago de 2016 a la(s) 6:35 PDT

Pero las salidas en kayak son tan solo una de las muchas opciones que ofrece Osona. Hay rutas en bicicleta -muchas, muchísimas-, paseos a caballo, piragüismo, senderismo -desde la mismísima catedral de Vic puede llegarse hasta Sant Pere de Casserres, un antiguo monasterio benedictino, siguiendo una ruta de lo más atractiva-, ¡de todo! Y ya que hemos llegado en coche, ¿por qué no aprovecharlo un poco más? Osona incluye un buen catálogo de parques naturales que no deberíamos perdernos. Desde el ‘Parque Natural del Montseny’ hasta el ‘Parque del Castillo de Montesquiu’ o el ‘Espacio Natural Guilleries Savassona’. Remansos de paz y naturaleza ideales para perderse durante horas. Ahora, mejor planificar la visita antes de llegar, que las opciones son muchas y tampoco queremos terminar con los pies destrozados. Que una cosa es una escapada de fin de semana y otra muy distinta terminar en urgencias para que nos arranquen las botas de montaña. ¡Mesura, por favor!

Unas fiestas, unos bailes y cerveza, ¡mucha cerveza!

La mejor época para visitar Osona es a partir septiembre. Con el otoño la comarca se viene arriba y hay un montón de ferias y fiestas. Todas son buenas, pero si somos amantes de la música, los conciertos y los eventos al aire libre, en septiembre encontraremos dos citas casi obligatorias. Por una parte, el ‘Mercat de Música Viva de Vic‘, que este año celebra su 28ª edición -del 14 al 18 de septiembre-. Conciertos hasta la madrugada y ganas de pasarlo muy bien en uno de los festivales más consolidados del verano. Y, por otra, la ‘Festa del porc i la cervesa‘. Sí, han leído bien, una fiesta del cerdo y la cerveza. ¿Qué más hace falta para ser feliz? Un encuentro gastronómico en la ciudad de Manlleu los días 24 y 25 de septiembre donde degustar todo tipo de productos elaborados a partir del cerdo mientras se escucha música. Hay talleres de cocina, mercadillo y todo pensado para la familia completa. Salivamos solo de pensarlo.

Una foto publicada por la xènia (@themenjar) el 26 de Sep de 2015 a la(s) 2:47 PDT

Ni un minuto nos ha sobrado de nuestro fin de semana en Osona. ‘Descubre la esencia de Catalunya’, reza el lema de la comarca. Sin duda, nos ha dejado embriagados. Ahora, a ver quién es el guapo que vuelve a ponerse el despertador para ir a trabajar… ¡Qué ingrata es la vida! ¡Qué ingrata!

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Bloguer con solera. Profesional de la palabra. Vedette del freelancismo. Inventor de la confusión. Me gano la vida escribiendo y gestionando mi imperio. Es duro, pero merece la pena.