Cuando Francisca García ganó el concurso de la frase más larga con tres letras no lo dudó ni un segundo. El viaje a Nueva York no estaba pensado para ella, tenía un destinatario mejor, su hija Noelia. Y sin pensárselo, se lo regaló.
Noelia pasó 7 días de ensueño (y de frío) en la Gran Manzana, y a su vuelta, esto es lo que nos cuenta:

1r día
El vuelo duró unas siete horas y media. El tiempo se me pasó volando, cuando quise darme cuenta ¡¡ya habíamos llegado!! Por fin iba a pisar suelo NY por 1ª vez en mi vida.
El hotel estaba en una situación inmejorable, en el Times Square. En cuanto me dieron la llave de la habitación dejé las maletas y salí corriendo hacia la calle. Confieso que cuando vi aquellas calles interminables pensé: ¡me voy a perder! Pero era muchísima mayor la emoción por descubrir cada rincón.
Empecé a caminar sin rumbo mientras observaba embelesada… y después de 45 minutos caminando di por casualidad con ¡Central Park! ¡Qué maravilla! De camino de vuelta al hotel me encontré con el Rockefeller Center, su precioso árbol de Navidad y la famosa pista de patinaje sobre hielo. Empezaron a caer copos de nieve muy ligeros.

Nueva York

2º día
Me puse el despertador a las 7:00, quería aprovechar el día lo máximo posible. La temperatura era de -15ºC pero me abrigué ¡más que un esquimal! Monté en metro hasta la estación de South Bay, para montarme en el Ferry gratuito que pasa muy cerca la Estatua De La Libertad. Disfruté detenidamente del magnífico paisaje marítimo y de los rascacielos que se veían al fondo. Después me fui a visitar la zona del World Trade Center y la zona cero, del museo salía gente llorando. Luego cogí un bus que me llevó por todo el barrio de Chinatown, y me bajé para ver los puestecillos y recorrerlo a pie. Estuve un buen rato por allí y me volví caminando para cenar en el McDonalds del Times Square. A las 21:00 de la noche estaba de vuelta en el hotel y me dormí a la espera de un nuevo y emocionante día.

3r día
Puse el despertador a la misma hora y me abrigué si cabe aún más. Decidí que hoy iba a pasar el día por las alturas. Primero me dirigí al Top of the Rocks situado en la Plaza Rockefeller, con una entrada que te permitía volver de noche. Una vez arriba, salí a la terraza y pude contemplar las mágicas vistas de los rascacielos de la ciudad y Central Park. Decidí que era el momento perfecto para irme al Empire State. Subí y observé detenidamente el paisaje desde cada ángulo para retener esa imagen en mi memoria y después de largo rato, bajé en el ascensor. Aproveché que estaba por allí para caminar por la 5ª Avenida acordándome de series de TV como Sexo en NY o Gossip Girl.
Tanto quería aprovechar cada segundo que me fui a la aventura a Coney Island, llegué de noche y por precaución decidí coger un bus para recorrerla sin bajarme. Volví de nuevo a mi zona de Times Square y utilicé mi entrada de noche de Top of the Rocks para ver las magníficas vistas de la ciudad y todas las luces.

Nueva York

4º día
La temperatura había mejorado ligeramente, pero me aseguré de ir bien abrigada. Mi primer plan de hoy era visitar el puente de Brooklyn, que une Manhattan con Brooklyn. Su arquitectura y sus arcos góticos son una maravilla. Disfruté mucho ese paseo. El siguiente plan del día: ya era hora de visitar un famoso barrio con fama de conflictivo, el Bronx. No se veían turistas y estuve caminando por allí un buen rato, aunque no me atreví a hacer muchas fotos. Más tarde volví de nuevo a Times Square y me puse en la cola de las taquillas TKTS de Broadway. Finalmente, y después de más de dos horas, el ansiado ticket para ver el musical Chicago ¡ya estaba en mi poder! Fui a ver la obra y me encantó. Era una maravilla ver cómo bailaban y cantaban los protagonistas. La historia tenía golpes graciosos (aunque no entendí al detalle todo lo que decían en inglés).

5º día
Amaneció con frío, pero menos que los días anteriores. Era viernes y la forma más bonita para aprovechar la mañana era irme ¡a la playita! Iba a visitar Coney Island y Brighton Beach. Estaba prohibido bañarse en el mar ,así que me metí en la arena para estar más cerca del agua.
A las 15:00 horas ya estaba otra vez en mi zona del Times Square mirando tiendas y comprando souvenirs. Antes de llegar a Nueva York tenían un plan inamovible para este día: ir al MOMA. Había leído que los viernes por la tarde era gratis y no podía desaprovechar la oportunidad. Es un museo rico en obras de diferentes periodos y estilos. Cuando lo cerraron, aproveché para irme visitar por dentro la iglesia de Saint Patrick. Cené en un McDonald que había pegando a mi hotel y volví a mi habitación.

Bronx

6º día
Me fui a visitar el barrio de Harlem, que por lo que había oído está considerado aún más peligroso que Bronx. Estuve caminando por las calles y no tuve ningún problema. Entré a una iglesia a escuchar Gospel y estaban ensayando, pero tuve la gran suerte de que me dejaron quedarme como invitada de lujo. Desde allí cogí un bus que me llevó a Bronx. Estuve un rato por allí también mirando tiendas y después volví a Times Square.
Por la tarde estuve de compras por mi zona ¡fue una locura! Había más gente por las calles que ningún otro día. Entré en el Toys R U, también en el famoso local del chocolate Hershey´s y en varias tiendas de moda. Se me hizo de noche y después de cenar volví a mi hotel.

7º día
Y llegó mi último día, no podía creer que ya hubieran pasado los siete días, ¡¡el tiempo se me había pasado volando!! Y me daba pena tener que volverme ya a España, pero me sentía feliz de haber podido vivir esta increíble experiencia, mi gran aventura en solitario en la que todo salió a la perfección. Aunque el avión salía a las 20:10 de la noche tenía el check out era a las 12:00. El poco tiempo que me quedaba lo aproveché para caminar por Times Square y la 5º avenida, y observar los magníficos rascacielos de “la ciudad que nunca duerme”.
A las 15:30 tenía que coger la VAN desde el hotel para ir al aeropuerto y hacer todas las gestiones tranquilamente. Había que ir con tiempo porque nunca se sabe los imprevistos que te pueden surgir.
Mi viaje llegaba a su fin: “Hasta otra NY”, ojalá nos volvamos a ver en un futuro no muy lejano, gracias por mostrarme tu magia y tu belleza… Esos fueron mis últimos pensamientos antes de subir al avión.

Nueva York

Ha sido un viaje maravilloso, inolvidable, una gran experiencia a nivel personal y espiritual, y una suerte poder hacerlo en la época navideña. Porque siempre tienes ilusión por hacer un viaje así pero nunca piensas que te vaya a tocar. Me siento realmente afortunada y agradecida, muchas gracias de corazón.
Y a todos los que leáis mi historia os digo: nunca dejéis de soñar, porque los sueños se hacen realidad.

Cuando Francisca García ganó el concurso de la frase más larga con tres letras no lo dudó ni un segundo. El viaje a Nueva York no estaba pensado para ella, tenía un destinatario mejor, su hija Noelia. Y sin pensárselo, se lo regaló.
Noelia pasó 7 días de ensueño (y de frío) en la Gran Manzana, y a su vuelta, esto es lo que nos cuenta:

1r día
El vuelo duró unas siete horas y media. El tiempo se me pasó volando, cuando quise darme cuenta ¡¡ya habíamos llegado!! Por fin iba a pisar suelo NY por 1ª vez en mi vida.
El hotel estaba en una situación inmejorable, en el Times Square. En cuanto me dieron la llave de la habitación dejé las maletas y salí corriendo hacia la calle. Confieso que cuando vi aquellas calles interminables pensé: ¡me voy a perder! Pero era muchísima mayor la emoción por descubrir cada rincón.
Empecé a caminar sin rumbo mientras observaba embelesada… y después de 45 minutos caminando di por casualidad con ¡Central Park! ¡Qué maravilla! De camino de vuelta al hotel me encontré con el Rockefeller Center, su precioso árbol de Navidad y la famosa pista de patinaje sobre hielo. Empezaron a caer copos de nieve muy ligeros.

Nueva York

2º día
Me puse el despertador a las 7:00, quería aprovechar el día lo máximo posible. La temperatura era de -15ºC pero me abrigué ¡más que un esquimal! Monté en metro hasta la estación de South Bay, para montarme en el Ferry gratuito que pasa muy cerca la Estatua De La Libertad. Disfruté detenidamente del magnífico paisaje marítimo y de los rascacielos que se veían al fondo. Después me fui a visitar la zona del World Trade Center y la zona cero, del museo salía gente llorando. Luego cogí un bus que me llevó por todo el barrio de Chinatown, y me bajé para ver los puestecillos y recorrerlo a pie. Estuve un buen rato por allí y me volví caminando para cenar en el McDonalds del Times Square. A las 21:00 de la noche estaba de vuelta en el hotel y me dormí a la espera de un nuevo y emocionante día.

3r día
Puse el despertador a la misma hora y me abrigué si cabe aún más. Decidí que hoy iba a pasar el día por las alturas. Primero me dirigí al Top of the Rocks situado en la Plaza Rockefeller, con una entrada que te permitía volver de noche. Una vez arriba, salí a la terraza y pude contemplar las mágicas vistas de los rascacielos de la ciudad y Central Park. Decidí que era el momento perfecto para irme al Empire State. Subí y observé detenidamente el paisaje desde cada ángulo para retener esa imagen en mi memoria y después de largo rato, bajé en el ascensor. Aproveché que estaba por allí para caminar por la 5ª Avenida acordándome de series de TV como Sexo en NY o Gossip Girl.
Tanto quería aprovechar cada segundo que me fui a la aventura a Coney Island, llegué de noche y por precaución decidí coger un bus para recorrerla sin bajarme. Volví de nuevo a mi zona de Times Square y utilicé mi entrada de noche de Top of the Rocks para ver las magníficas vistas de la ciudad y todas las luces.

Nueva York

4º día
La temperatura había mejorado ligeramente, pero me aseguré de ir bien abrigada. Mi primer plan de hoy era visitar el puente de Brooklyn, que une Manhattan con Brooklyn. Su arquitectura y sus arcos góticos son una maravilla. Disfruté mucho ese paseo. El siguiente plan del día: ya era hora de visitar un famoso barrio con fama de conflictivo, el Bronx. No se veían turistas y estuve caminando por allí un buen rato, aunque no me atreví a hacer muchas fotos. Más tarde volví de nuevo a Times Square y me puse en la cola de las taquillas TKTS de Broadway. Finalmente, y después de más de dos horas, el ansiado ticket para ver el musical Chicago ¡ya estaba en mi poder! Fui a ver la obra y me encantó. Era una maravilla ver cómo bailaban y cantaban los protagonistas. La historia tenía golpes graciosos (aunque no entendí al detalle todo lo que decían en inglés).

5º día
Amaneció con frío, pero menos que los días anteriores. Era viernes y la forma más bonita para aprovechar la mañana era irme ¡a la playita! Iba a visitar Coney Island y Brighton Beach. Estaba prohibido bañarse en el mar ,así que me metí en la arena para estar más cerca del agua.
A las 15:00 horas ya estaba otra vez en mi zona del Times Square mirando tiendas y comprando souvenirs. Antes de llegar a Nueva York tenían un plan inamovible para este día: ir al MOMA. Había leído que los viernes por la tarde era gratis y no podía desaprovechar la oportunidad. Es un museo rico en obras de diferentes periodos y estilos. Cuando lo cerraron, aproveché para irme visitar por dentro la iglesia de Saint Patrick. Cené en un McDonald que había pegando a mi hotel y volví a mi habitación.

Bronx

6º día
Me fui a visitar el barrio de Harlem, que por lo que había oído está considerado aún más peligroso que Bronx. Estuve caminando por las calles y no tuve ningún problema. Entré a una iglesia a escuchar Gospel y estaban ensayando, pero tuve la gran suerte de que me dejaron quedarme como invitada de lujo. Desde allí cogí un bus que me llevó a Bronx. Estuve un rato por allí también mirando tiendas y después volví a Times Square.
Por la tarde estuve de compras por mi zona ¡fue una locura! Había más gente por las calles que ningún otro día. Entré en el Toys R U, también en el famoso local del chocolate Hershey´s y en varias tiendas de moda. Se me hizo de noche y después de cenar volví a mi hotel.

7º día
Y llegó mi último día, no podía creer que ya hubieran pasado los siete días, ¡¡el tiempo se me había pasado volando!! Y me daba pena tener que volverme ya a España, pero me sentía feliz de haber podido vivir esta increíble experiencia, mi gran aventura en solitario en la que todo salió a la perfección. Aunque el avión salía a las 20:10 de la noche tenía el check out era a las 12:00. El poco tiempo que me quedaba lo aproveché para caminar por Times Square y la 5º avenida, y observar los magníficos rascacielos de “la ciudad que nunca duerme”.
A las 15:30 tenía que coger la VAN desde el hotel para ir al aeropuerto y hacer todas las gestiones tranquilamente. Había que ir con tiempo porque nunca se sabe los imprevistos que te pueden surgir.
Mi viaje llegaba a su fin: “Hasta otra NY”, ojalá nos volvamos a ver en un futuro no muy lejano, gracias por mostrarme tu magia y tu belleza… Esos fueron mis últimos pensamientos antes de subir al avión.

Nueva York

Ha sido un viaje maravilloso, inolvidable, una gran experiencia a nivel personal y espiritual, y una suerte poder hacerlo en la época navideña. Porque siempre tienes ilusión por hacer un viaje así pero nunca piensas que te vaya a tocar. Me siento realmente afortunada y agradecida, muchas gracias de corazón.
Y a todos los que leáis mi historia os digo: nunca dejéis de soñar, porque los sueños se hacen realidad.