Luces brillantes, bolas de colores, artesanías tradicionales, dulces típicos o gastronomía local hay en cualquier mercadillo de Navidad del mundo. Pero son los mercados de Navidad del centro y norte de Europa los que ostentan el privilegio de ser los más espectaculares tanto para visitarlos, como para disfrutarlos.

Pequeñas, medianas y grandes ciudades del centro y norte de Europa se transforman durante el mes de diciembre en escenarios donde el espíritu navideño, el religioso y el consumista se mezclan en perfecta sintonía. Los mercados de Navidad o Adviento tienen su origen en Dresde (Alemania) en el año 1434. Poco a poco proliferan por la región como si fueran níscalos bajo los pinos en otoño. Durante el S. XX, la tradición se extiende más allá de la zona de influencia de Alemania, y se instalan por casi todo el mundo. Incluso han llegado a lugares tan distintos y nuestros como Sevilla, Barcelona o Madrid. Y para muestra, veamos una escenita de una las películas españolas más navideñas, “La Gran Familia” (1962). El entrañable Pepe Isbert tiene demasiados nietos a su cargo en pleno mercadillo de Navidad de la Plaza Mayor de Madrid. Normal que alguno se le despiste…

Para que no te pierdas como Chencho, vamos a hacer un recorrido por algunos de los más auténticos mercados de Navidad. Pero antes, abrígate. Por ahí arriba hace frío y ten a mano una tacita de vino caliente, el ubicuo por aquellos lares, glühwein.

[redbox text=”El calentador de abrigos, un lujazo que hay que probar almenos una vez” position=”left”]

En Berlín podemos disfrutar de casi 60 mercados de Navidad. Ante semejante oferta destacamos el mercado del barrio de Spandau, por ser de los más grandes. Eso sí, siempre hay mucha gente. Si las aglomeraciones no te van, lo mejor es ir al edificio de la Kulturbraurei en la zona de Prenzlauer Berg. En los patios interiores de la antigua fábrica, se realiza el mercado de Navidad Lucía (centrado en la cultura nórdica). Y se revela como uno de los más acogedores y calentitos mercados gracias a las hogueras instaladas.

Mercado_berlin
Mercado de Navidad de Berlín.
Foto de H. Füller.

 

Si hay una ciudad fuera de Alemania que se vuelca con los mercados de Navidad, esa es Viena. La primera parada obligatoria es el mercado Kultur frente al poderoso Palacio de Schonbrunn. Es todo un espectáculo contemplar la ingente cantidad de luces que cuelgan de él mientras te tomas un vino caliente especiado. Mucho más tranquilo es el mercado de Spittelberg, un barrio “cuento” donde hasta el Mr. Scrooge más amargado sentiría un impulso de bonhomía que le haría reconciliarse con la vida. En realidad, cualquier lugar de la Viena histórica es una regalo para la vista. Pero también para el gusto y el olfato, gracias al delicioso punsch (un licor caliente) y al olor de las castañas asadas que impregna a toda la ciudad durante el Adviento.

Los mercados de Navidad de Bruselas no podían organizarse de otra manera que no fuera alrededor de su Grand Place. El esfuerzo y celebración del Adviento por los belgas es semejante o superior al de cualquier gran ciudad alemana y lo atestigua la enorme noria desde la que podemos contemplar unas estupendas vistas de la ciudad. Ya sobre el suelo, recorremos los más de dos kilómetros que forman los puestos de venta de regalos, objetos decorativos y disfrutamos de la rica gastronomía belga. Y si nos hemos quedado con ganas de más, es toda una experiencia patinar (aunque sea mal) en la pista de hielo acondicionada, cómo no… en la Grand Place.

 

grandplace
La Grand Place de Bruselas en Navidad.
Foto de: Amaya & Laurent.

Nos ponemos doble calcetín y llegamos a Copenhague. De los muchos mercados que se celebran, el mejor es el del Tivoli Gardens.
[redbox text=”El Tivoli Gardens es uno de los Parques de Atracciones más antiguos del mundo aún en uso” position=”right”]
En Navidad organiza un mercado donde la ambientación está inspirada en los cuentos del célebre escritor danés Hans Christian Andersen. Y consiguen lo que se proponen: fusionar la imaginería infantil de los cuentos de Andersen e imbuirla del espíritu navideño propio del Adviento. Los más pequeños se lo pasarán mejor que en Disneylandia. En el resto de la ciudad, pequeños mercados harán las delicias de los que sepan valorar la sabrosa y prestigiosa gastronomía danesa que merece un artículo para ella sola.

El mercado de Navidad de Tallin es de los más recientes, pero eso no ha impedido que ya sea uno de los más visitados del continente. Es muy probable que durante el Adviento haya nieve todos los días. Por lo que la estampa navideña que creías que sólo existía como fondo de pantalla (un poco cursi) al natural, te dejará maravillado. Hay que mencionar también los gorros, bufandas y jerseys hechos a mano que tan bien vendrán en una ciudad como Tallin en esta época. Pero los estonios saben bien como entrar en calor, y su gastronomía lo demuestra: sopas calientes, salchichas, mazapanes… y como no, un “devuélvemealavida” vino caliente. Y tomando un vasito de glühwein es como mejor se podrá admirar el gran abeto iluminado de la plaza del Ayuntamiento. Dicen que es el primero que se izó en el mundo, allá por 1441…

 

tallin
Carne ahumada y quesos en el Mercado de Navidad de Tallin, Estonia.
Foto de: Mandy.

 

Terminamos, dejando por el camino a otros mercados tan bonitos como el de Salzburgo, Praga, Colonia, Estrasburgo, o Estocolmo… Y regresamos a nuestro (por ahora) tibio invierno. Esperamos que no haya resultado un empacho esta acumulación de “buen rollo” que desprenden los mercados de Navidad europeos más genuinos. Pero es que ellos no tienen la culpa de ser tan monos. Total, apenas duran cuatro semanas al año… creo que es completamente soportable. Y más, si se tiene un poco de glühwein cerca…

gluhwein
Delicioso glühwein de Navidad.
Foto de: Tim Lucas.

Pequeñas, medianas y grandes ciudades del centro y norte de Europa se transforman durante el mes de diciembre en escenarios donde el espíritu navideño, el religioso y el consumista se mezclan en perfecta sintonía. Los mercados de Navidad o Adviento tienen su origen en Dresde (Alemania) en el año 1434. Poco a poco proliferan por la región como si fueran níscalos bajo los pinos en otoño. Durante el S. XX, la tradición se extiende más allá de la zona de influencia de Alemania, y se instalan por casi todo el mundo. Incluso han llegado a lugares tan distintos y nuestros como Sevilla, Barcelona o Madrid. Y para muestra, veamos una escenita de una las películas españolas más navideñas, “La Gran Familia” (1962). El entrañable Pepe Isbert tiene demasiados nietos a su cargo en pleno mercadillo de Navidad de la Plaza Mayor de Madrid. Normal que alguno se le despiste…

Para que no te pierdas como Chencho, vamos a hacer un recorrido por algunos de los más auténticos mercados de Navidad. Pero antes, abrígate. Por ahí arriba hace frío y ten a mano una tacita de vino caliente, el ubicuo por aquellos lares, glühwein.

[redbox text=”El calentador de abrigos, un lujazo que hay que probar almenos una vez” position=”left”]

En Berlín podemos disfrutar de casi 60 mercados de Navidad. Ante semejante oferta destacamos el mercado del barrio de Spandau, por ser de los más grandes. Eso sí, siempre hay mucha gente. Si las aglomeraciones no te van, lo mejor es ir al edificio de la Kulturbraurei en la zona de Prenzlauer Berg. En los patios interiores de la antigua fábrica, se realiza el mercado de Navidad Lucía (centrado en la cultura nórdica). Y se revela como uno de los más acogedores y calentitos mercados gracias a las hogueras instaladas.

Mercado_berlin
Mercado de Navidad de Berlín.
Foto de H. Füller.

 

Si hay una ciudad fuera de Alemania que se vuelca con los mercados de Navidad, esa es Viena. La primera parada obligatoria es el mercado Kultur frente al poderoso Palacio de Schonbrunn. Es todo un espectáculo contemplar la ingente cantidad de luces que cuelgan de él mientras te tomas un vino caliente especiado. Mucho más tranquilo es el mercado de Spittelberg, un barrio “cuento” donde hasta el Mr. Scrooge más amargado sentiría un impulso de bonhomía que le haría reconciliarse con la vida. En realidad, cualquier lugar de la Viena histórica es una regalo para la vista. Pero también para el gusto y el olfato, gracias al delicioso punsch (un licor caliente) y al olor de las castañas asadas que impregna a toda la ciudad durante el Adviento.

Los mercados de Navidad de Bruselas no podían organizarse de otra manera que no fuera alrededor de su Grand Place. El esfuerzo y celebración del Adviento por los belgas es semejante o superior al de cualquier gran ciudad alemana y lo atestigua la enorme noria desde la que podemos contemplar unas estupendas vistas de la ciudad. Ya sobre el suelo, recorremos los más de dos kilómetros que forman los puestos de venta de regalos, objetos decorativos y disfrutamos de la rica gastronomía belga. Y si nos hemos quedado con ganas de más, es toda una experiencia patinar (aunque sea mal) en la pista de hielo acondicionada, cómo no… en la Grand Place.

 

grandplace
La Grand Place de Bruselas en Navidad.
Foto de: Amaya & Laurent.

Nos ponemos doble calcetín y llegamos a Copenhague. De los muchos mercados que se celebran, el mejor es el del Tivoli Gardens.
[redbox text=”El Tivoli Gardens es uno de los Parques de Atracciones más antiguos del mundo aún en uso” position=”right”]
En Navidad organiza un mercado donde la ambientación está inspirada en los cuentos del célebre escritor danés Hans Christian Andersen. Y consiguen lo que se proponen: fusionar la imaginería infantil de los cuentos de Andersen e imbuirla del espíritu navideño propio del Adviento. Los más pequeños se lo pasarán mejor que en Disneylandia. En el resto de la ciudad, pequeños mercados harán las delicias de los que sepan valorar la sabrosa y prestigiosa gastronomía danesa que merece un artículo para ella sola.

El mercado de Navidad de Tallin es de los más recientes, pero eso no ha impedido que ya sea uno de los más visitados del continente. Es muy probable que durante el Adviento haya nieve todos los días. Por lo que la estampa navideña que creías que sólo existía como fondo de pantalla (un poco cursi) al natural, te dejará maravillado. Hay que mencionar también los gorros, bufandas y jerseys hechos a mano que tan bien vendrán en una ciudad como Tallin en esta época. Pero los estonios saben bien como entrar en calor, y su gastronomía lo demuestra: sopas calientes, salchichas, mazapanes… y como no, un “devuélvemealavida” vino caliente. Y tomando un vasito de glühwein es como mejor se podrá admirar el gran abeto iluminado de la plaza del Ayuntamiento. Dicen que es el primero que se izó en el mundo, allá por 1441…

 

tallin
Carne ahumada y quesos en el Mercado de Navidad de Tallin, Estonia.
Foto de: Mandy.

 

Terminamos, dejando por el camino a otros mercados tan bonitos como el de Salzburgo, Praga, Colonia, Estrasburgo, o Estocolmo… Y regresamos a nuestro (por ahora) tibio invierno. Esperamos que no haya resultado un empacho esta acumulación de “buen rollo” que desprenden los mercados de Navidad europeos más genuinos. Pero es que ellos no tienen la culpa de ser tan monos. Total, apenas duran cuatro semanas al año… creo que es completamente soportable. Y más, si se tiene un poco de glühwein cerca…

gluhwein
Delicioso glühwein de Navidad.
Foto de: Tim Lucas.
Pablo García Cuadrado
Cuentista con experiencia en finales felices y que sobre todo, intenta disfrutar del viaje. Como periodista de motor que es, lo dejaría todo por un improvisado “road trip”, aunque también se conforma con las posibilidades de una excursión a la vuelta de la esquina. Pero como muchas veces no pasa nada, se va al cine tan contento. Y cuando le toca, está encantado de escribir por aquí de lugares y viajes chulos.