Dicen que nunca te irás a la cama sin aprender algo nuevo. Lo que hoy no me esperaba, con la edad que una ya tiene, era aprender una palabra nueva: “resiliencia”. Por un momento ha sido como volver a preescolar. He abierto los ojos, he preguntado qué significaba y, del mismo modo que cuando aprendías una palabrota nueva en el colegio, la he grabado en mi mente y pienso usarla siempre que pueda.
Resiliencia se puede aplicar a muchos aspectos de la vida y tiene diferentes definiciones, pero sin duda me quedo con esta: “La capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado”. Toma ya. Haz una captura de pantalla, que no se te olvide.
Puede que pienses que soy una motivada y que tampoco es para tanto, pero lo bestial es que he sabido de la resiliencia al conocer a los niños y niñas de la Fundación Make-A-Wish. Son pequeños héroes sin capa que trabajan cada día para conseguir su mayor ilusión, mientras hacen crecer al máximo su resiliencia. Todo ello mientras cumplen una gran misión: la superación de una enfermedad grave.
El objetivo, y donde se crea la magia, es que estos niños, por medio de un sueño que creen imposible -como hacerse amigo de Bob Esponja, nadar con Flipper o convertirse en sirena por una día- consiguen fuerzas y energía para seguir adelante. Y lo que es más increíble, “cuando consiguen lo que para ellos era impensable, se crea en su interior la idea de que lo imposible se puede alcanzar”.
Ya te había avisado de que era una superpalabra. A ver si te sale decirme ahora que no puedes con el lunes.
*El Redondeo Solidario de Atrápalo del mes de noviembre se destina a la Fundación Make-A-Wish Spain. Si conoces más formas de hacer un mundo mejor escríbenos a atrapalosocial@atrapalo.com.
