Si a Calabria se le considera la punta de la bota italiana, Los Cabos podría ser perfectamente el tacón de California. Situado al Sur del estado de Baja California, esta región mexicana te permitirá vivir entre dos mundos al más puro estilo del Ministerio del Tiempo. Podrás degustar los placeres más sencillos, como dar un paseo por la pintoresca plaza de San José del Cabo; y también los más sofisticados, como jugar al golf en un resort de lujo rodeado de un paisaje espectacular.

Pero no estarás solo en este viaje, ya que miles de ballenas tienen este destino en su agenda. ¿Sabes por qué? Porque Los Cabos es ese paraíso natural que estabas esperando.

Si hablamos de México seguramente lo primero que te venga a la cabeza sean mariachis, tequila y el día de los muertos. Pero quedarse ahí sería como decir que España son toros, paella y fiesta. Hay mucho más. Los Cabos es la joya que durante siglos estuvo escondida al mundo y que, en la actualidad, se mueve con singular estilo entre el lujo y lo tradicional. Pero no es algo que se pueda procesar de golpe, así que vayamos por partes:

La quedada anual de las ballenas

Todos los años, miles de ballenas grises emprenden un viaje de más de 20.000 kilómetros para llegar a aguas mexicanas en torno a la mitad de diciembre y conocer a otras ballenas, enrollarse y dar a luz pequeños ballenatos. Una especie de quedada de Tinder de animales de 15 metros de largo y 40 toneladas. Además, este simpático cetáceo no es nada reservado, y acostumbra a celebrar sus conquistas saltando fuera del agua y luciéndose con orgullo en lo que se conoce como ‘el brinco de la victoria’. Fuera de bromas: el avistamiento de ballenas en Los Cabos es uno de los espectáculos naturales más emocionantes que existen. No te lo puedes perder.

En la variedad, está la diversión

Un buen ejemplo de la diversidad de Los Cabos la encontramos en la comida. Todos los sabores de méxico gozan aquí de buena salud: frijoles, chiles, nachos, quesadillas, buenas ‘chelas’ (cervezas), y si te va algo un poco más fuerte, un poco de mezcal. Pero si un día se te pone el hocico fino, quieres ir un paso más allá y paladear la cocina mexicana más sofisticada… ¡estás de suerte! Tienes a tu disposición una gran variedad de restaurantes de lujo con chefs de talla internacional. Así que, si disfrutas por igual de un taco con una cerveza en la plaza del pueblo como de una cena de alta gama, Los Cabos sabrá darte en cada momento lo que más te apetezca.

Postureo máximo

¡Quitémonos las máscaras! Si vas a Los Cabos, vas a dar envidia a todo el mundo a través de tu cuenta de Instagram. En esta red social lo que más triunfa son las imágenes de estilos de vida en las que cuentas dónde vas, qué haces, con quién y siempre todo es lo más cool, lo más trendy y lo más in. Ahí van varias ideas para postear y que tus likes suban como la espuma: jugando al golf en uno sus espectaculares campos, disfrutando de una relajante mañana bajo los chorros de agua termal en un spa, haciendo snorkel junto a un colorido Pez Dorado y unos impresionantes arrecifes de coral, practicando yoga en una de sus maravillosas playas de arena dorada… Pero, sobre todo, la joya de la corona: dando una vuelta en yate con el Arco de Cabo San Lucas de fondo. ¡Lo vas a petar! NOTA: no te olvides de dejar el móvil un rato y sacarle todo el jugo a la vida.

Una ciudad de cine

¿Te acuerdas de la película del Zorro? ¿Recuerdas sus calles y plazas? Pues así es San José del Cabo. Esta antigua y pintoresca ciudad se mantiene intacta desde hace siglos y parece que el paso del tiempo no es más que un invento moderno. Recorre sus calles con tranquilidad, sin ajetreos, sin e-mails urgentes, sin prisa. Siéntate en un banco en la plaza y disfruta de la belleza de los cosas simples. Vive un momento auténtico asistiendo a una misa en su increíble iglesia de estilo colonial. Disfrutas de las costumbres del lugar, aquí tradición y cultura se dan en la mano. Y aquí, seguramente, olvides tu contraseña del ordenador del trabajo, el pin del móvil y hasta cómo te llamas.

Hay que terminar en el mar

Después de varios días de turismo, pesca deportiva, surf, el avistamiento de las ballenas, restaurantes, vida nocturna, golf y compras… acabas agotado. Porque pasárselo bien es muy cansado. Así que, no hay mejor final para tu viaje que pasar unos días en un resort tirado a la bartola en Cabo San Lucas. Sus playas te dejarán sin habla. Por eso, muchas celebridades eligen este destino en busca de privacidad huyendo de los focos y buscando un momento de relajación máxima donde liberar todo el estrés de la vida pública. Si lo hacen ellos… ¿Por qué no lo vas a hacer tú?

Créditos: Turismo de Los Cabos (visitaloscabos.travel)

Todo esto no es más que la punta del iceberg. Hay mucho más, Los Cabos es infinito, pero sintiéndolo mucho este artículo es finito y tiene que que tener un punto y final. Los Cabos es un estado mental. Un lugar al que recurrir cuando necesitas escapar del mundanal ruido. Un refugio para el cuerpo y la mente. El sitio donde todas tus percepciones se alinean y sientes que el mundo está en equilibrio. Cuando la gente dice eso de ‘el mundo es un lugar maravilloso para vivir’ no están exagerando, están hablando de Los Cabos.

Si hablamos de México seguramente lo primero que te venga a la cabeza sean mariachis, tequila y el día de los muertos. Pero quedarse ahí sería como decir que España son toros, paella y fiesta. Hay mucho más. Los Cabos es la joya que durante siglos estuvo escondida al mundo y que, en la actualidad, se mueve con singular estilo entre el lujo y lo tradicional. Pero no es algo que se pueda procesar de golpe, así que vayamos por partes:

La quedada anual de las ballenas

Todos los años, miles de ballenas grises emprenden un viaje de más de 20.000 kilómetros para llegar a aguas mexicanas en torno a la mitad de diciembre y conocer a otras ballenas, enrollarse y dar a luz pequeños ballenatos. Una especie de quedada de Tinder de animales de 15 metros de largo y 40 toneladas. Además, este simpático cetáceo no es nada reservado, y acostumbra a celebrar sus conquistas saltando fuera del agua y luciéndose con orgullo en lo que se conoce como ‘el brinco de la victoria’. Fuera de bromas: el avistamiento de ballenas en Los Cabos es uno de los espectáculos naturales más emocionantes que existen. No te lo puedes perder.

En la variedad, está la diversión

Un buen ejemplo de la diversidad de Los Cabos la encontramos en la comida. Todos los sabores de méxico gozan aquí de buena salud: frijoles, chiles, nachos, quesadillas, buenas ‘chelas’ (cervezas), y si te va algo un poco más fuerte, un poco de mezcal. Pero si un día se te pone el hocico fino, quieres ir un paso más allá y paladear la cocina mexicana más sofisticada… ¡estás de suerte! Tienes a tu disposición una gran variedad de restaurantes de lujo con chefs de talla internacional. Así que, si disfrutas por igual de un taco con una cerveza en la plaza del pueblo como de una cena de alta gama, Los Cabos sabrá darte en cada momento lo que más te apetezca.

Postureo máximo

¡Quitémonos las máscaras! Si vas a Los Cabos, vas a dar envidia a todo el mundo a través de tu cuenta de Instagram. En esta red social lo que más triunfa son las imágenes de estilos de vida en las que cuentas dónde vas, qué haces, con quién y siempre todo es lo más cool, lo más trendy y lo más in. Ahí van varias ideas para postear y que tus likes suban como la espuma: jugando al golf en uno sus espectaculares campos, disfrutando de una relajante mañana bajo los chorros de agua termal en un spa, haciendo snorkel junto a un colorido Pez Dorado y unos impresionantes arrecifes de coral, practicando yoga en una de sus maravillosas playas de arena dorada… Pero, sobre todo, la joya de la corona: dando una vuelta en yate con el Arco de Cabo San Lucas de fondo. ¡Lo vas a petar! NOTA: no te olvides de dejar el móvil un rato y sacarle todo el jugo a la vida.

Una ciudad de cine

¿Te acuerdas de la película del Zorro? ¿Recuerdas sus calles y plazas? Pues así es San José del Cabo. Esta antigua y pintoresca ciudad se mantiene intacta desde hace siglos y parece que el paso del tiempo no es más que un invento moderno. Recorre sus calles con tranquilidad, sin ajetreos, sin e-mails urgentes, sin prisa. Siéntate en un banco en la plaza y disfruta de la belleza de los cosas simples. Vive un momento auténtico asistiendo a una misa en su increíble iglesia de estilo colonial. Disfrutas de las costumbres del lugar, aquí tradición y cultura se dan en la mano. Y aquí, seguramente, olvides tu contraseña del ordenador del trabajo, el pin del móvil y hasta cómo te llamas.

Hay que terminar en el mar

Después de varios días de turismo, pesca deportiva, surf, el avistamiento de las ballenas, restaurantes, vida nocturna, golf y compras… acabas agotado. Porque pasárselo bien es muy cansado. Así que, no hay mejor final para tu viaje que pasar unos días en un resort tirado a la bartola en Cabo San Lucas. Sus playas te dejarán sin habla. Por eso, muchas celebridades eligen este destino en busca de privacidad huyendo de los focos y buscando un momento de relajación máxima donde liberar todo el estrés de la vida pública. Si lo hacen ellos… ¿Por qué no lo vas a hacer tú?

Créditos: Turismo de Los Cabos (visitaloscabos.travel)

Todo esto no es más que la punta del iceberg. Hay mucho más, Los Cabos es infinito, pero sintiéndolo mucho este artículo es finito y tiene que que tener un punto y final. Los Cabos es un estado mental. Un lugar al que recurrir cuando necesitas escapar del mundanal ruido. Un refugio para el cuerpo y la mente. El sitio donde todas tus percepciones se alinean y sientes que el mundo está en equilibrio. Cuando la gente dice eso de ‘el mundo es un lugar maravilloso para vivir’ no están exagerando, están hablando de Los Cabos.

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Lo que más me gusta del siglo XXI es que todavía seguimos usando un palo metálico que pone El Siguiente para distinguir nuestra compra de la de los demás en el supermercado.