1. Paco de Lucía según Okuda

Considerado como uno de los grandes artistas urbanos de nuestro país, el cántabro Okuda alcanzó el cúlmen de su trayectoria cuando recibió el encargo de inmortalizar al músico Paco de Lucía en la estación de metro del mismo nombre ubicada en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Titulado “Entre dos universos” en referencia al tema de De Lucía “Entre dos aguas”, este mural navega desde 2015 entre la iconografía y el universo pop convertido en uno de los grandes referentes del arte urbano de la capital.

2. El reloj de sol de la calle de Sombrerete

Corría 1985 cuando el artista Andrés Aragonés decidió adelantarse a la fiebre del street art trazando una de las obras urbanas más bellas en la conocida como Casa de la Vela, en la calle del Sombrerete de Lavapiés. Una obra que en la que una mujer recoge la ropa en el corazón de un reloj de sol sobrevolado de la paloma evocando la universalidad de uno de los barrios más multiétnicos de Madrid.

3. La sororidad según Poni

En un rincón de la deliciosa Plaza de la Puerta Cerrada, no lejos de la Plaza Mayor, no solo encontramos la única taberna de Madrid en la que aún podemos pagar en pesetas, sino también uno de los murales más estimulantes de la ciudad. Firmado por la artista mexicana Hilda Plafox, más conocida como Poni, esta obra en la que dos mujeres de diferente raza se agarran de la mano a escondidas es un homenaje a la sororidad y la unión entre las mujeres de todo el mundo. Uno de los favoritos de este autor, tengo que reconocerlo.

4. Manos atadas, por Borondo

La represión de las fuerzas policiales en un hito tan histórico como fue el 15 de mayo de 2011 es el tema principal de varias obras de arte urbano que tiñen el barrio de Tetuán. Pero de todas ellas, quizás la más impactante sea la firmado por el artista Borondo, el cual dibuja a un hombre y una mujer de espaldas con las manos atadas. Una de las obras de arte urbano más famosas de Madrid, sin duda.

5. El chimpancé pensador de Noaz

Tras el hiatus que marcó Malasaña entre su época ochentera y su condición de barrio hipster, el corazón urbano de Madrid se visteió de cientos de ilustraciones. Una de ellas, firmada por el artista Noaz, se ubica en la calle Augusto Figueroa y representa a un chimpancé que se replantea “en qué piensan los gobernantes” entre tiendas vintage y pintadas atemporales.

A diferencia de unos años atrás en los que el arte urbano era concebido como acto vandálico, el color, las formas y la creatividad han convertido este género en una de las ventanas al pensamiento y la protesta más estimulantes.

Tags : Arte urbano
mm
Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.