Hace poco una amiga me regaló entradas para ver El guardaespaldas. A mí, sinceramente, el título me sonaba a chino: no había oído hablar ni de la película original de Whitney Houston y Kevin Costner. Pero como me apunto a todo lo que suene a novedad me planté en la Gran Vía para disfrutar del espectáculo.

Llegó el día de la función. La gente se agolpa en la puerta del Teatro Coliseum. Nos abrimos paso entre el gentío y encontramos nuestras butacas, perfectamente centradas. Una voz en off informa de que el espectáculo va a comenzar, como en las películas. Esta noche actuarán Iván Sánchez en el papel del guardaespaldas y Andrea Sánchez del Solar, cover de Fela Domínguez, como Rachel Marron. Se apagan las luces y empieza lo bueno.

Llevaba sin ir a ver un musical en directo desde que vi Cabaret en el Palacio de Festivales de Santander. Podemos estar hablando, tranquilamente, de hace 10 años. Recuerdo que me maravilló: la música, las coreografías, el humor, el vestuario, el toquecillo picante.

El guardaespaldas también me ha sorprendido. Los cambios de escenario son constantes, porque los decorados consisten en unos paneles móviles y la proyección de imágenes sobre dichos paneles. Esto ayuda mucho a que te metas en la historia. Los vestuarios varían también a una velocidad vertiginosa. A veces te preguntas cómo son capaces de cambiarse en dos minutos cuando a ti te lleva en tu casa por lo menos 20, y eso que vas sin presiones.

La música… bueno, te lo puedes imaginar. Todos los temazos de Whitney Houston y encima con unas coreografías de infarto. Escuchar en directo canciones como I wanna dance with somebody es genial, se te empieza a mover el culo en el asiento de la emoción.

Y bueno, sí, falta Whitney Houston… pero la verdad es que la voz de Andrea Sánchez es impresionante. Siendo la intérprete suplente, te hace preguntarte cómo cantará Fela Domínguez, aunque no lamenté en ningún momento que no actuara esa noche. ¡Ah! Y si eres fan de Física o química asegúrate de ir una de las noches en que actúa Maxi Iglesias, que se alterna con Iván Sánchez en el papel de guardaespaldas.

 

Mis partes favoritas son las que tienen vestuarios llamativos, canciones marchosas y coreografías perfectamente coordinadas. No obstante, Damaris Martínez lo peta en las canciones lentas en su papel de hermana de Rachel. Tiene un vozarrón que te dejará con la lagrimilla al borde del ojo.

Pero ¿sabes qué es lo que más me ha gustado del musical? Durante una de las canciones, mientras sonaba un saxo, me di cuenta de que brillaba una luz en los costados del teatro. Cuando giré la cabeza ahí estaba el intérprete, tocando. Desconozco si es habitual que los musicales tengan música en directo, pero le daba un toque impresionante tenerlos ahí, porque la música parecía rodearte por todas partes.

No puedo contarte mucho más porque empezaría a destriparte la función. Todo lo que te la podría destripar teniendo en cuenta que la historia es bastante fiel al guion original, claro. Si todavía no te has decidido echa un vistazo a esta entrevista con los protas, que seguro que tienen más poder de convicción. Se nota que tienen un buen rollo tremendo entre ellos.

Si te mola el rollo inmersivo, te recomiendo ir a ver la representación un martes. Ese día, una hora antes de la función, tendrás la ocasión de charlar con algunos de los actores y actrices, que te contarán sus experiencias en el musical.

Ya sabes: pilla tus entradas cuanto antes porque El guardaespaldas estará en cartel solo hasta el 1 de abril y las sesiones están abarrotadas.

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Crecí en el norte y viajo buscando el mar. Me encanta el olor de los laboratorios de fotografía y los libros viejos. A veces me pongo digital y escribo en blogs sobre cosas.