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KOOZA y los secretos del mayor espectáculo del mundo

Detrás de tanto brillo, salto y malabares, se esconden un sinfín de secretos perfectamente entramados.

Recuerdo la primera vez que fui al circo. Casi no levantaba un palmo del suelo y me senté en una de esas sillas del público, de color rojo, con los pies flotando en el aire y la vista puesta en lo alto de la carpa. Todo lo que ocurrió después, me pareció tan grande y maravilloso que casi ni parpadeé en las dos horas que duraba el espectáculo. Su inmensidad me había cautivado y no quería salir de allí. Después de ver aquello, todo era posible. Un mundo infinito se acababa de abrir ante mi, y aunque luego fueron pasando los años, esa experiencia siempre la mantuve en mi recuerdo.

Pero hace poco, descubrí que toda esa magia no es solo una feliz memoria de mi infancia, sino que se trata de algo tan real como la vida misma. Existe un mundo que navega entre fantasía y realidad, donde nunca se pone el sol porque brilla tanto que todo lo ilumina a su paso, y enciende sonrisas hasta en las caras más frías. El Cirque Du Soleil es capaz de transformar cualquier cosa en una ilusión y de hacer fácil aquello que puede parecer imposible. Aún así, lo mejor de todo es que detrás de tanto brillo, tanto salto y tantos malabares, se esconden un sinfín de secretos perfectamente entramados que son los que realmente dan luz al espectáculo.

¿Y cómo te quedas si te digo que cada una de estas claves se encuentran dentro de una pequeña caja conocida como “KOOZA? Se trata de un tesoro en forma de espectáculo, que ha estado escondido durante 20 años, y que hoy se abre para sorprender y hacer volar la imaginación de todo el que se atreva a contemplarlo.

Los ingredientes de las sonrisas

KOOZA reparte fuerza y fragilidad a partes iguales, pero los ingredientes imprescindibles que le dan la estrella michelín al show son los cientos de kilos de sonrisas, una pizca de confusión y dos o tres cucharadas de armonía. Todo ello construye un mundo visual exótico y electrizante capaz de transportarte al espacio y a la jungla en cuestión de segundos. Pero, ¿cómo se consigue tal explosión de emociones?

La construcción de un personaje

Todo empieza con un montón de imágenes pegadas en la pared. La diseñadora de los trajes del espectáculo de Cirque du Soleil, Marie Chantale Vaillancourt, busca inspiración en fotografías que ella misma ha pegado en los muros de su taller, y las contempla en busca de aquél diseño que más tarde dará vida a un personaje bajo las luces y la carpa de colores. Tras la selección de varias de esas imágenes decide qué rumbo tomar, y poco a poco el personaje va cogiendo forma, como si de un jarrón de arcilla se tratase.

Más tarde hay que dotar de alma a la creación, que solo le falta una expresión que determine lo que siente. Y esa tarea le corresponde al maquillaje. Las pinceladas de color que se dibujan en su piel, determinan rasgos como su edad o las emociones que se esconden en su interior. Es sorprendente descubrir la magia que puede haber detrás de un puñado de pinceles o un bote de purpurina. Las posibilidades artísticas son infinitas y se logran creaciones realmente sorprendentes… ¡y escalofriantes!

En una máquina del tiempo

KOOZA es capaz de teletransportar a sus espectadores 20 años atrás, a los orígenes del Cirque du Soleil, como si de una máquina del tiempo se tratase. Cuenta la historia de Inocente, un solitario personaje que busca su lugar en el mundo, y aprovecha esta fragilidad para llevarla al extremo y mostrar el gran esfuerzo físico al que puede llegar el ser humano sobre un escenario. Durante su viaje, Inocente se encuentra con toda clase de sorpresas y personajes cómicos que lo harán sumergirse en mil y una aventuras. La audacia será su mayor aliada para superar cada uno de los retos que le depara el destino.

Aplausos por un tubo

Y como en todo buen circo, no pueden faltar los payasos, que emergen como de la nada, en una explosión de color y alegría. Estos personajes mostrarán su humor más descarado en busca y captura de las sonrisas del público. Eso sí, de la carcajada a la sorpresa hay muy poco margen. No te extrañes si confundes a los funambulistas y acróbatas con aves rapaces que se deslizan en el aire como si dispusieran de alas, desafiando a la gravedad. Y cuando casi no te quede respiración, deja las palomitas a un lado porque la rueda de la muerte es uno de los shows que más te harán temblar.

Te quedarás pegado al asiento, y recordarás con nostalgia tu profunda amistad con tu hoola-hoop, mientras contemplas la habilidad y el manejo de aros de algunos de los protagonistas, que combinan los movimientos más fluidos con la contorsión física, el equilibrio y la destreza mientras hacen girar hasta siete aros a la vez. Además, te maravillarás también con las cuerdas flojas que se cruzan en diagonal a una altura de 5 y 7,5 metros por encima del escenario. Suficiente como para dejarte sin aliento, ¿verdad?

Acróbatas, actores y música en directo

Pocas veces encontrarás un espectáculo tan completo, formado por 50 acróbatas, músicos, cantantes y actores que presentan una mezcla perfecta que reproduce el humor más atrevido. Además, la música en directo fusiona estilos como jazz, funk y ritmos de Bollywood que te harán bailar desde tu silla, como si no hubiera un mañana.

Pero antes de levantar el telón…

Si vives en la capi, estás de suerte, porque KOOZA abre sus puertas en Madrid el próximo 24 de octubre. Estás a muy pocos metros de descifrar los secretos de uno de los mayores shows del mundo. Sumérgete en su proceso de creación y siéntete como un niño que descubre la magia por primera vez. El Cirque Du Soleil hoy llama a la puerta de tu casa, cual genio con lámpara maravillosa, y créeme, sean cuales sean tus tres deseos, aquí se harán realidad.

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Amante de la música y las letras desde que tengo uso de razón, sueño con aprender todos los idiomas del mundo antes de los 30. No hay puzzle que se me resista, y tengo siempre las maletas listas para salir a la aventura. Las tres veces que he estado en África, he querido quedarme.