No nos engañemos. No todo el mundo sueña con esquiar en invierno. Ni con la tabla de snow más pro. Pero esto no quiere decir que esa parte del mundo no quiera disfrutar de la nieve.

¿Te cuentas entre esa minoría aplastante? Hay mil maneras de divertirte en el paisaje blanco. Y sin irte a los confines del mundo. Aquí cerquita.

Una buena forma de pasar un divertido fin de semana al más puro estilo nórdico (porque a ellos les sobra la nieve, y saben muy bien cómo montárselo), es hacer una ruta con raquetas de nieve. Una práctica muy segura que permite explorar bellos e inaccesibles parajes de la mano de un guía experto.

raquetasdenieve
Unas raquetas como las de antes por twofoldla.

 

Truquillo: Prueba a hacerlo al atardecer o la luz de la luna. Es impresionante.

Si lo de sudar andando por la nieve te parece demasiado surrealista, siéntate y surca la nieve en un cómodo trineo tirado por auténticos perros siberianos. Como si estuvieras cruzando la mismísima tundra siberiana, vaya, pero si pasar tanto frío.

Truquillo: ¿Qué tal sustituir el trineo por una moto de nieve? A velocidad no la gana nadie…

Y por si alguna vez acabas aterrizando en lo más profundo de Siberia y no te queda más remedio que hacer noche… no estaría nada mal saber cómo construir una casita con el material más abundante de tu alrededor, ¿no? No es que sea un escenario muy habitual, pero tú por si acaso, toma nota de los sabios esquimales y aprende a construir un confortable iglú. Como sabemos que es bastante probable que no tengas ninguno a mano, hay talleres de varias horas que te enseñan las técnicas ancestrales con las que este pueblo construía sus hogares a base de bloques de hielo.

Y por supuesto, después de un día repleto de diversión en la nieve toca descansar estilo nórdico, es decir, con un buen fuego delante y una taza de chocolate humeante (seguro que ya lo estás visualizando…) ¡ñam!

¿Te cuentas entre esa minoría aplastante? Hay mil maneras de divertirte en el paisaje blanco. Y sin irte a los confines del mundo. Aquí cerquita.

Una buena forma de pasar un divertido fin de semana al más puro estilo nórdico (porque a ellos les sobra la nieve, y saben muy bien cómo montárselo), es hacer una ruta con raquetas de nieve. Una práctica muy segura que permite explorar bellos e inaccesibles parajes de la mano de un guía experto.

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Unas raquetas como las de antes por twofoldla.

 

Truquillo: Prueba a hacerlo al atardecer o la luz de la luna. Es impresionante.

Si lo de sudar andando por la nieve te parece demasiado surrealista, siéntate y surca la nieve en un cómodo trineo tirado por auténticos perros siberianos. Como si estuvieras cruzando la mismísima tundra siberiana, vaya, pero si pasar tanto frío.

Truquillo: ¿Qué tal sustituir el trineo por una moto de nieve? A velocidad no la gana nadie…

Y por si alguna vez acabas aterrizando en lo más profundo de Siberia y no te queda más remedio que hacer noche… no estaría nada mal saber cómo construir una casita con el material más abundante de tu alrededor, ¿no? No es que sea un escenario muy habitual, pero tú por si acaso, toma nota de los sabios esquimales y aprende a construir un confortable iglú. Como sabemos que es bastante probable que no tengas ninguno a mano, hay talleres de varias horas que te enseñan las técnicas ancestrales con las que este pueblo construía sus hogares a base de bloques de hielo.

Y por supuesto, después de un día repleto de diversión en la nieve toca descansar estilo nórdico, es decir, con un buen fuego delante y una taza de chocolate humeante (seguro que ya lo estás visualizando…) ¡ñam!

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Asturiana de pro afincada en Barcelona (y bien agustito que está). De espíritu aventurero y amante de la comunicación, el mundo digital, los proyectos web, los viajes, la lectura y el cine. Estudia chino por placer y ha caído de forma inexorable en las redes del running. Entradas la tiene atrapada desde hace un tiempo… ¡no hay nada como la farándula!