El cambio climático se ha convertido en un asunto de primer orden, tanto en la agenda política, como en la empresarial.
La problemática ha pasado de ser una preocupación exclusiva de un puñado de científicos y expertos, que luchaban por difundir el Club de Roma, o por reducir la emisión de gases en el Protocolo de Kyoto, a representar una preocupación ‘real’ o que se muestra como real, entre las cúpulas directivas.
Es curioso que este cambio lo haya conseguido Al Gore a través de un documental. Un político, ex candidato a la Casa Blanca, ha dado voz a todos esos expertos a los que se ha ignorado durante años.
Tanto si es un interés real, como si se trata de un emblema publicitario, colgarse la etiqueta de ‘energía renovable’ es actualmente sinónimo de buena imagen y Google se ha apuntado al carro.
Ya nació como una empresa comprometida con el medio ambiente, pero ha ido más allá, y además de utilizar energía solar o moverse en vehículos eléctricos en su sede de Silicon Valley (California), Google se implica en la producción de energía eléctrica de fuentes renovables.
Su objetivo es conseguir una instalación que produzca la energía necesaria para abastecer una ciudad como San Francisco y para ello, aportará al proyecto el capital y la tecnología necesaria.
Otras noticias relacionadas:
– Google anunciaba que crearía energía limpia.
– Las costas no serán como ahora las conocemos.
– Europa propone una Alianza Global contra el cambio climático.
¿Qué opináis? Pensáis que el interés de empresas y políticos por el cambio climático es real o sólo forma parte de una campaña de imagen.
El cambio climático se ha convertido en un asunto de primer orden, tanto en la agenda política, como en la empresarial.
La problemática ha pasado de ser una preocupación exclusiva de un puñado de científicos y expertos, que luchaban por difundir el Club de Roma, o por reducir la emisión de gases en el Protocolo de Kyoto, a representar una preocupación ‘real’ o que se muestra como real, entre las cúpulas directivas.
Es curioso que este cambio lo haya conseguido Al Gore a través de un documental. Un político, ex candidato a la Casa Blanca, ha dado voz a todos esos expertos a los que se ha ignorado durante años.
Tanto si es un interés real, como si se trata de un emblema publicitario, colgarse la etiqueta de ‘energía renovable’ es actualmente sinónimo de buena imagen y Google se ha apuntado al carro.
Ya nació como una empresa comprometida con el medio ambiente, pero ha ido más allá, y además de utilizar energía solar o moverse en vehículos eléctricos en su sede de Silicon Valley (California), Google se implica en la producción de energía eléctrica de fuentes renovables.
Su objetivo es conseguir una instalación que produzca la energía necesaria para abastecer una ciudad como San Francisco y para ello, aportará al proyecto el capital y la tecnología necesaria.
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