Ginebra y tónica, la mezcla de moda. El popular combinado forma parte de nuestras vidas y es extraño encontrar a alguien que en sus casas no tenga preparado un limón y una copa 'balón'. Te explicamos curiosidades de esta bebida.

En las cuestiones importantes, uno debe tomar partido. Como, por ejemplo, en materia de gin-tonics.

Ahora mismo cualquier persona informada se identifica sin duda con uno de estos dos perfiles:

a) Estás loco por los gin-tonics, comparas los botánicos de los cientos de ginebras que hay en el mercado y debates con tus amigos sobre la composición química del agua de las tónicas; o

b) Estás harto de este delirio repentino y generalizado por una bebida que hasta hace poco era solo otro cubata más.

Sea como sea, y aunque los caminos de la moda son inescrutables, no está de más conocer algunas interioridades sobre tan estimado y versátil cóctel.

Y como decía Nietzsche que quien ignora la historia está condenado a repetirla, tened en cuenta que ya hubo una célebre “fiebre” por la ginebra en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, cuando el destilado y la venta de esta bebida aún no habían sido legislados, y su consumo por parte de la población provocaba borracheras y peligrosas intoxicaciones, lo que hizo que la bebida se forjara una muy mala reputación.

El artista inglés William Hogarth comparó en dos célebres grabados de 1751 los peligros de la  importada ginebra frente a la embriaguez mucho más amigable que proporcionaba la cerveza local.  La ginebra promovía el caos, el vicio y la muerte, hasta que las madres desatendieran fatalmente  a sus hijos…

 La cerveza, en cambio, propiciaba siempre, según este artista, un clima de hermandad y bonhomía en la comunidad…

Y es que los orígenes de la ginebra no hay que buscarlos, como la mayoría creíamos, en las Islas Británicas. Con todo, es cierto que fue en Inglaterra donde este licor, destilado principalmente a partir de las bayas de enebro, se popularizó y se expandió a todo el mundo.

Así que, hablando de gin-tonics, sabías que…

  1. La ginebra no es inglesa (ni suiza): su invención se atribuye a un médico, el doctor alemán residente en Holanda Franciscus Sylvius, que la destiló hacia mediados del siglo XVII a partir de bayas de enebro, cebada, anises, cardamomo y cilantro, entre otras hierbas. El nombre original holandés es genever.
  2. La ginebra fue un medicamento: como tantos otros productos de gran consumo, legales o no, los usos originales de la ginebra eran medicinales. Se le atribuían propiedades para tratar el lumbago, cálculos biliares, gota y dolores estomacales. También se suministró como remedio contra la peste negra, aunque más bien sin éxito.
  3. Ginebra para los nervios: los soldados holandeses empleaban la ginebra como antídoto para los nervios antes de entrar en combate. De ahí la expresión ‘coraje holandés’.
  4. El gin-tonic viene de la India: fue hacia finales del siglo XIX. Los colonos ingleses de la India debían tomar quinina para combatir el paludismo endémico de esa zona, generalmente consumida en forma de agua tónica con gas, una bebida medicinal y refrescante inventada por otro alemán, Jacob Schweppe, esta vez afincado en Londres. Para compensar el característico sabor amargo de la tónica, a los solados ingleses se les ocurrió añadirle ginebra.
  5. El gin-tonic engorda: como toda bebida alcohólica, este combinado tiene una considerable aportación calórica: alrededor de 170-175 calorías, casi como medio litro de cerveza. Por supuesto, esto puede aumentar en función de los ingredientes de complemento que le añadas, pero curiosamente no es la ginebra lo que más engorda, sino la tónica, relativamente alta en azúcar a pesar de su amargura. Así, para quemar un gin-tonic necesitarías una tabla de cardio como ésta de unos 15 minutos.

En las cuestiones importantes, uno debe tomar partido. Como, por ejemplo, en materia de gin-tonics.

Ahora mismo cualquier persona informada se identifica sin duda con uno de estos dos perfiles:

a) Estás loco por los gin-tonics, comparas los botánicos de los cientos de ginebras que hay en el mercado y debates con tus amigos sobre la composición química del agua de las tónicas; o

b) Estás harto de este delirio repentino y generalizado por una bebida que hasta hace poco era solo otro cubata más.

Sea como sea, y aunque los caminos de la moda son inescrutables, no está de más conocer algunas interioridades sobre tan estimado y versátil cóctel.

Y como decía Nietzsche que quien ignora la historia está condenado a repetirla, tened en cuenta que ya hubo una célebre “fiebre” por la ginebra en Inglaterra a mediados del siglo XVIII, cuando el destilado y la venta de esta bebida aún no habían sido legislados, y su consumo por parte de la población provocaba borracheras y peligrosas intoxicaciones, lo que hizo que la bebida se forjara una muy mala reputación.

El artista inglés William Hogarth comparó en dos célebres grabados de 1751 los peligros de la  importada ginebra frente a la embriaguez mucho más amigable que proporcionaba la cerveza local.  La ginebra promovía el caos, el vicio y la muerte, hasta que las madres desatendieran fatalmente  a sus hijos…

 La cerveza, en cambio, propiciaba siempre, según este artista, un clima de hermandad y bonhomía en la comunidad…

Y es que los orígenes de la ginebra no hay que buscarlos, como la mayoría creíamos, en las Islas Británicas. Con todo, es cierto que fue en Inglaterra donde este licor, destilado principalmente a partir de las bayas de enebro, se popularizó y se expandió a todo el mundo.

Así que, hablando de gin-tonics, sabías que…

  1. La ginebra no es inglesa (ni suiza): su invención se atribuye a un médico, el doctor alemán residente en Holanda Franciscus Sylvius, que la destiló hacia mediados del siglo XVII a partir de bayas de enebro, cebada, anises, cardamomo y cilantro, entre otras hierbas. El nombre original holandés es genever.
  2. La ginebra fue un medicamento: como tantos otros productos de gran consumo, legales o no, los usos originales de la ginebra eran medicinales. Se le atribuían propiedades para tratar el lumbago, cálculos biliares, gota y dolores estomacales. También se suministró como remedio contra la peste negra, aunque más bien sin éxito.
  3. Ginebra para los nervios: los soldados holandeses empleaban la ginebra como antídoto para los nervios antes de entrar en combate. De ahí la expresión ‘coraje holandés’.
  4. El gin-tonic viene de la India: fue hacia finales del siglo XIX. Los colonos ingleses de la India debían tomar quinina para combatir el paludismo endémico de esa zona, generalmente consumida en forma de agua tónica con gas, una bebida medicinal y refrescante inventada por otro alemán, Jacob Schweppe, esta vez afincado en Londres. Para compensar el característico sabor amargo de la tónica, a los solados ingleses se les ocurrió añadirle ginebra.
  5. El gin-tonic engorda: como toda bebida alcohólica, este combinado tiene una considerable aportación calórica: alrededor de 170-175 calorías, casi como medio litro de cerveza. Por supuesto, esto puede aumentar en función de los ingredientes de complemento que le añadas, pero curiosamente no es la ginebra lo que más engorda, sino la tónica, relativamente alta en azúcar a pesar de su amargura. Así, para quemar un gin-tonic necesitarías una tabla de cardio como ésta de unos 15 minutos.