Ya lo decía Rafaella Carrá ‘en el sur se pasa mejor’ y ¿qué puede ser más al sur que La Valeta? La capital cultural europea 2018, el pretexto perfecto para escaparte a Malta y dártelas de cultureta (guiño).

Un día mirando un globo terráqueo (esos redondos que casi no se ven) caí en cuenta de la existencia de  una diminuta porción de tierra llamada Malta. Ahí, en mitad del Mediterráneo. Ella solita. Así que varios años después -no diré cuantos- me propuse a mí misma conquistarla con la mochila al hombro.

Ubiquémonos en el mapa. Malta es una isla que se encuentra en el mar Mediterráneo y cerca de las costas de Italia y Túnez. Su ubicación geográfica la ha convertido en un auténtico hervidero de cultura e historia. Y sí, acertaste, la Orden de los Caballeros de Malta, se llama así en honor a la isla; aunque solo estuvieron un par de siglos, el nombre sigue siendo legendario. La Valeta, su epicentro, tiene el título de ser la capital más sureña del continente europeo y la más pequeña. Pero, ¡ojo! porque lo que tiene de pequeña lo tiene de sorprendente, ya verás por qué. Con ese background comencemos nuestro viaje.

 

El Hollywood del Mediterráneo

Malta es algo así como la meca del cine de historias épicas y superproducciones en el Mediterráneo. Su arquitectura y atmósfera la han convertido en el escenario perfecto para películas como Gladiador, Troya y Ágora. Así que sí, cuando viste a Maximus darlo todo en el Coliseo y se te puso la piel de gallina, era Malta.

Si eres fan de Juego de Tronos también tengo algo guardado para ti. Dos de los momentos más importantes en la serie fueron rodados precisamente aquí (ojo spoliers): el inicio del romance entre Daenerys y Khal Drogo; y la escena que nos rompió el corazón en cachitos por primera vez, la muerte de Ned Stark. Después de eso nada volvió a ser igual.

Caballeros, piratas y otras curiosidades

Mi primera impresión al llegar a Malta fue que, en algún momento, me quedé dormida y mi avión fue cambiado por la Tardis. Aunque La Valeta es una ciudad moderna, aún conserva su encanto de antaño que a veces parece teletransportarte a una novela de Pérez-Reverte.

Malta tiene más de 7 mil años de historia y por sus costas han pasado griegos, romanos, turcos, franceses, ingleses y hasta piratas. Vamos, la crema y nata de la antigüedad, y cada uno dejó su rastro. Ya sean sus fuertes creados para protegerse de piratas, sus catacumbas romanas o sus peculiares cabinas telefónicas estilo inglés. Malta es, como diría Forrest Gump, “una caja de chocolates”.

Y por si te lo preguntabas, los archifamosos Caballeros de la Orden de Malta solo estuvieron en la isla un par de siglos, pero tuvieron que abandonarla tras la invasión Napoleónica. Hoy la sede oficial está en Roma.

Otra curiosidad que me llamó la atención es que a pesar de ser una isla pequeña tiene 365 iglesias, lo que significa que podrías ir a misa cada día del año sin repetir. ¿Qué tal? Si no eres muy religioso que digamos, igualmente te recomiendo visitar la Catedral de San Juan y su colección de pinturas de Caravaggio, o la Iglesia de Mosta y su impresionante cúpula, una pasada de arquitectura.

La cereza del pastel

Ya que andamos de culturetas no podemos prescindir de Mdina, la antigua capital, una ciudad rodeada de palacios que no te querrás perder. Apodada como ‘La ciudad del silencio’ por ser un respiro al ajetreo, es justo lo que necesitabas y no lo sabías. Al entrar lo primero que ves es la monumental puerta principal y ya te sientes como un héroe volviendo a casa de la guerra. No dejes de ir a la Catedral de San Pablo y el clásico paseo en carro tirado por caballos que te llevará por sus callejuelas. Mi favorito.

Barriga llena, vacaciones perfectas

Quizás Malta no es muy famosa por su comida, pero eso es solo porque el Gordon Ramsay maltés aún no ha tenido su reality show. Como buena isla tiene comida friski (fresca en castellano) ya sean vegetales, queso o pescado y todo de la más alta calidad, a un precio que no veíamos desde las pesetas (quizás exagero un poco, sólo quizás).

Aunque, si se trata de la comida más rica en Malta los locales te dirán que no son los pescados ni los mariscos, sino el Stuffa Tal Fenek, un plato que se prepara con conejo y es todo un manjar. Si eres de los que prefiere apurar el paso, siempre puedes encontrar un delicioso pastizzi o gbejniet.

#cisk u #pastizzi

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En el mar la vida es más sabrosa

He dejado lo mejor para el último. Malta además de ser el destino favorito para aprender inglés también es un destino de playa, y ¡qué playas! Todo el tiempo me pareció que el ambiente en la isla era bastante relajado, con la gente andando en chanclas y bermudas, un lujo que en pocos sitios se ve. El olor a mar está impregnado en el aire, y la verdad es que el tiempo pasa más lento.

Además, realmente es que nadie se aburre. Los locales disfrutan de bañarse en las aguas turquesas en sus ratos libres y los turistas los imitan. El ambiente, como lo puedes imaginar, es inigualable. La fiesta es buena y las cervezas rondan los 2 euros, así que ya me dirás.

Si te apetece algo más tranquilo, puedes subirte a las típicas barquitas de colores y recorrer las cuevas que son muchas y muy chulas.

El buceo es clave en Malta, no por nada es considerada como uno un auténtico paraíso para los buzos de todo el mundo. Sin importar si lo que buscas es ver fauna marina, arrecifes de corales, explorar las cuevas o encontrar algún tesoro perdido (que los hay según mi amigo André) lo vas a encontrar. Existen varias escuelas de buceo y hay tantas opciones como peces en el mar. La mejor parte es que es muy asequible.

©Lincese CC0

¿Ahora me crees que el sur es especial? Si aún no te he convencido, vívelo por ti mismo y entenderás porque este verano 2018 Malta lo va a petar y no te puedes quedar atrás.

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Abre bien los ojos, nada es como parece.