Siempre me han atraído las historias de terror. Desde pequeña me han producido una fascinación extraña. Cuando descubrí que prácticamente toda Escocia está envuelta en un rollo paranormal, decidí que no me lo podía perder. Un avión y me planté en Edimburgo con mi grabadora y mi detector electromagnético. Una vez allí, no encontré mejor manera de describir la misteriosa urbe que la frase del poeta escocés Hugh MacDiarmid: “un sueño de un dios loco”.

Sería casi un pecado ir a Escocia y no experimentar, por lo menos, algún tipo de evento o atracción paranormal. Las calles están repletas de “tours fantasmagóricos”, que desde luego atraen a todos los turistas, incluso se puede ver algún escocés que intenta pasar desapercibido entre los guiris. Apuesto a que más de uno lo toma como actividad de domingo.

Aunque Edimburgo es una ciudad de ensueño, con sus castillos y pinta medieval, es mundialmente conocida como una de las capitales de los fenómenos paranormales. ¡Qué no te engañe su apariencia de cuento de hadas! No por nada la Universidad de Edimburgo fue una de las primeras en el mundo en tener una Unidad de Parapsicología, y vaya que se lo toman en serio. Los escoces están muy orgullosos de figurar en los primeros puestos en las listas de los sitios más embrujados del mundo.

De picnic

La muerte para los escoces es algo tan natural que no es raro ver en los cementerios a parejas demostrándose amor, amigos de botellón o simplemente un picnic familiar cuando el clima lo permite. Porque cuando sale el sol, la mejor manera de disfrutarlo es relajándose al lado de alguna cripta para disfrutar de un buen libro o simplemente tomar el sol. Porque claro, los escoceses creen en fantasmas, pero también en un bronceado perfecto.

La primera parada

La primera parada obligada es sin duda la famosa Royal Mile, que empieza en el Castillo de Edimburgo (un favorito en Instagram) y termina en Holyroodhouse. Ambos sitios son conocidos por estar encantados con reyes malditos, reinas sanguinarias, brujas y hechiceras. Fue justo en los jardines de Holyroodhouse, donde se quemaba a las mujeres consideradas brujas, y como dato curioso, los pelirrojos eran presa fácil, ya sabemos de donde se inspiraron para Melisandre de Game of Thrones.

Hasta en la cerveza

Cuenta la leyenda que cuando una persona iba a morir ahorcada, el condenado tenía derecho a un último trago, porque ante todo está la hospitalidad escocesa y, seamos sinceros, una buena birra no se le niega a nadie. Es por eso que existe un pub que lleva por nombre “The last drop”: la última gota, famoso por estar en la plaza donde las familias se reunían a ver el espectáculo de la horca. Era la mejor manera de pasar el tiempo cuando aún no existía la televisión.

Como dato curioso, es común encontrar en los pubs de toda la vida, una pequeña placa con el nombre del “fantasma de la casa” como lo conocen los locales. Seguramente algún Barney Gumble que después de muerto se mantiene fiel a su Moe Szyslak. Porque con unas copas encima todos somos amigos, vivos y muertos por igual.

La segunda parada

Uno de los sitios preferidos para los amantes del poltergeist es el cementerio Greyfriars. Su villanazo estrella es el Sanguinario Mackenzie, quien fue director fiscal en el siglo XVII y responsable de la política persecutoria de Carlos II en Escocia; con ese currículo ni siquiera Lord Voldemort le podría robar el puesto. Fue tan pero tan malo que la vibra que rodea su tumba ha causado eventos muy extraños, dignos de la peli Los Cazafantasmas o una serie de misterios.

El mausoleo tiene una pinta de “seguro que aquí te matan o por lo menos algo te pasa”, y existen innumerables leyendas y testimonios que lo confirman. Los eventos más inocentes son rasguños y moretones que la gente nota al día siguiente en la ducha, pero los casos más extremos hablan de posesiones diabólicas y encuentros cercanos con el más allá. Yo, en lo personal, me encontré con un pájaro muerto enfrente de la tumba… ¿Coincidencia?

Aunque existe algo aún peor. Algo que no se le desea ni a tu peor enemigo, más terrible que ver la cara de Regan MacNeil a media noche, y es cuando la batería de los móviles se descarga de manera inexplicable, o cuando las fotos del mausoleo que pensabas compartir en Instagram misteriosamente salen borrosas. ¡Eso sí que te hará llorar!

Cuando crees que lo has visto todo, te enteras que a unos metros del mausoleo maldito, está el patio de un colegio privado y muy pijo, por cierto, que está junto al cementerio, y en donde los críos juegan felices de la vida a la hora del recreo. Aunque en realidad, el verdadero susto debe ser para los padres cuando cada fin de mes les llega la factura de este colegio tan finolis, que además se rumora sirvió de inspiración a J.K. Rowling para Howgarts. Definitivamente no hay mejor marketing que ese.

Oh Harry Potter

El cementerio de Greyfriars, también guarda otro secretito no tan secreto. Resulta que además del colegio -el de los niños pijos- la autora de Harry Potter, decidió tomar prestado el nombre de algunos de los muertitos para sus personajes. Así, puedes encontrar apellidos como el de McGonagall o Riddle, que probablemente te resultará conocidos. Muy cerca de allí, me recomendaron visitar la cafetería The Elephant House, otra joya ‘potteriana’. El sitio que no pasa desapercibido para los fanáticos del mago, es famoso porque la entonces desconocida Rowling solía sentarse y escribir lo que se convertiría en el primer libro de su exitosa saga. Si te apetece puedes ir a tomar un café y sentir la onda bohemia del lugar, y porque no, inspirarte para empezar a escribir un libro.

Las catacumbas  

Y si de opciones se trata, Edimburgo no falla. No apto para claustrofóbicos, también existe la experiencia de las catacumbas. ¡Todo un clásico! Historias de miseria, abandono y muerte, son los ingredientes perfectos para este recorrido de ensueño (o pesadilla) por los túneles oscuros. Estas catacumbas fueron el hogar de prostitutas, familias y criminales por igual, entre ellos los asesinos Burke y Hare, tristemente célebres por matar a sus víctimas para después vender sus cadáveres al anatomista Robert Knox, cosa de todos los días en el siglo XIX. Si te animas a entrar, respira profundo; lo vas a necesitar. Por cierto, si el morbo es lo tuyo, existe una billetera hecha con la piel de Burke en el museo de cirujanos de Escocia, ¿karma?

Otra opción más teatral es el Mary King’s Close, que muestra cómo se vivía en el Edimburgo del siglo XVII, cuando algunas calles fueron tapiadas y la gente quedó atrapada en una especie de ‘ciudad subterránea’ que fue azotada por la peste. La experiencia ofrece una baño de historia al puro estilo escocés, que tiene como colofón una habitación llena de juguetes y peluches, que los turistas llevan a la niña fantasma que dicen deambula por los callejones. La escena es de horror, quizá ideal para plasmar en una peli de James Wan.

Si eres de los escépticos, recomiendo que lo intentes y si no sientes nada, al menos la experiencia puede resultar divertida.  ¡Ah! Y no olvidéis leer los periódicos locales, ya  que en ocasiones se publican noticias relacionadas con fantasmas; tal vez se encuentren algo interesante. Como en esa vez -de la que aún hablan los edimburgueses- en la que informaron sobre unos niños que fueron atacados de manera inexplicable, cuando jugaban cerca de la tumba de Mackenzie. Recomiendo ir preparado y disfrutar la aventura llena de misterios que esta hermosa ciudad ofrece.

Sería casi un pecado ir a Escocia y no experimentar, por lo menos, algún tipo de evento o atracción paranormal. Las calles están repletas de “tours fantasmagóricos”, que desde luego atraen a todos los turistas, incluso se puede ver algún escocés que intenta pasar desapercibido entre los guiris. Apuesto a que más de uno lo toma como actividad de domingo.

Aunque Edimburgo es una ciudad de ensueño, con sus castillos y pinta medieval, es mundialmente conocida como una de las capitales de los fenómenos paranormales. ¡Qué no te engañe su apariencia de cuento de hadas! No por nada la Universidad de Edimburgo fue una de las primeras en el mundo en tener una Unidad de Parapsicología, y vaya que se lo toman en serio. Los escoces están muy orgullosos de figurar en los primeros puestos en las listas de los sitios más embrujados del mundo.

De picnic

La muerte para los escoces es algo tan natural que no es raro ver en los cementerios a parejas demostrándose amor, amigos de botellón o simplemente un picnic familiar cuando el clima lo permite. Porque cuando sale el sol, la mejor manera de disfrutarlo es relajándose al lado de alguna cripta para disfrutar de un buen libro o simplemente tomar el sol. Porque claro, los escoceses creen en fantasmas, pero también en un bronceado perfecto.

La primera parada

La primera parada obligada es sin duda la famosa Royal Mile, que empieza en el Castillo de Edimburgo (un favorito en Instagram) y termina en Holyroodhouse. Ambos sitios son conocidos por estar encantados con reyes malditos, reinas sanguinarias, brujas y hechiceras. Fue justo en los jardines de Holyroodhouse, donde se quemaba a las mujeres consideradas brujas, y como dato curioso, los pelirrojos eran presa fácil, ya sabemos de donde se inspiraron para Melisandre de Game of Thrones.

Hasta en la cerveza

Cuenta la leyenda que cuando una persona iba a morir ahorcada, el condenado tenía derecho a un último trago, porque ante todo está la hospitalidad escocesa y, seamos sinceros, una buena birra no se le niega a nadie. Es por eso que existe un pub que lleva por nombre “The last drop”: la última gota, famoso por estar en la plaza donde las familias se reunían a ver el espectáculo de la horca. Era la mejor manera de pasar el tiempo cuando aún no existía la televisión.

Como dato curioso, es común encontrar en los pubs de toda la vida, una pequeña placa con el nombre del “fantasma de la casa” como lo conocen los locales. Seguramente algún Barney Gumble que después de muerto se mantiene fiel a su Moe Szyslak. Porque con unas copas encima todos somos amigos, vivos y muertos por igual.

La segunda parada

Uno de los sitios preferidos para los amantes del poltergeist es el cementerio Greyfriars. Su villanazo estrella es el Sanguinario Mackenzie, quien fue director fiscal en el siglo XVII y responsable de la política persecutoria de Carlos II en Escocia; con ese currículo ni siquiera Lord Voldemort le podría robar el puesto. Fue tan pero tan malo que la vibra que rodea su tumba ha causado eventos muy extraños, dignos de la peli Los Cazafantasmas o una serie de misterios.

El mausoleo tiene una pinta de “seguro que aquí te matan o por lo menos algo te pasa”, y existen innumerables leyendas y testimonios que lo confirman. Los eventos más inocentes son rasguños y moretones que la gente nota al día siguiente en la ducha, pero los casos más extremos hablan de posesiones diabólicas y encuentros cercanos con el más allá. Yo, en lo personal, me encontré con un pájaro muerto enfrente de la tumba… ¿Coincidencia?

Aunque existe algo aún peor. Algo que no se le desea ni a tu peor enemigo, más terrible que ver la cara de Regan MacNeil a media noche, y es cuando la batería de los móviles se descarga de manera inexplicable, o cuando las fotos del mausoleo que pensabas compartir en Instagram misteriosamente salen borrosas. ¡Eso sí que te hará llorar!

Cuando crees que lo has visto todo, te enteras que a unos metros del mausoleo maldito, está el patio de un colegio privado y muy pijo, por cierto, que está junto al cementerio, y en donde los críos juegan felices de la vida a la hora del recreo. Aunque en realidad, el verdadero susto debe ser para los padres cuando cada fin de mes les llega la factura de este colegio tan finolis, que además se rumora sirvió de inspiración a J.K. Rowling para Howgarts. Definitivamente no hay mejor marketing que ese.

Oh Harry Potter

El cementerio de Greyfriars, también guarda otro secretito no tan secreto. Resulta que además del colegio -el de los niños pijos- la autora de Harry Potter, decidió tomar prestado el nombre de algunos de los muertitos para sus personajes. Así, puedes encontrar apellidos como el de McGonagall o Riddle, que probablemente te resultará conocidos. Muy cerca de allí, me recomendaron visitar la cafetería The Elephant House, otra joya ‘potteriana’. El sitio que no pasa desapercibido para los fanáticos del mago, es famoso porque la entonces desconocida Rowling solía sentarse y escribir lo que se convertiría en el primer libro de su exitosa saga. Si te apetece puedes ir a tomar un café y sentir la onda bohemia del lugar, y porque no, inspirarte para empezar a escribir un libro.

Las catacumbas  

Y si de opciones se trata, Edimburgo no falla. No apto para claustrofóbicos, también existe la experiencia de las catacumbas. ¡Todo un clásico! Historias de miseria, abandono y muerte, son los ingredientes perfectos para este recorrido de ensueño (o pesadilla) por los túneles oscuros. Estas catacumbas fueron el hogar de prostitutas, familias y criminales por igual, entre ellos los asesinos Burke y Hare, tristemente célebres por matar a sus víctimas para después vender sus cadáveres al anatomista Robert Knox, cosa de todos los días en el siglo XIX. Si te animas a entrar, respira profundo; lo vas a necesitar. Por cierto, si el morbo es lo tuyo, existe una billetera hecha con la piel de Burke en el museo de cirujanos de Escocia, ¿karma?

Otra opción más teatral es el Mary King’s Close, que muestra cómo se vivía en el Edimburgo del siglo XVII, cuando algunas calles fueron tapiadas y la gente quedó atrapada en una especie de ‘ciudad subterránea’ que fue azotada por la peste. La experiencia ofrece una baño de historia al puro estilo escocés, que tiene como colofón una habitación llena de juguetes y peluches, que los turistas llevan a la niña fantasma que dicen deambula por los callejones. La escena es de horror, quizá ideal para plasmar en una peli de James Wan.

Si eres de los escépticos, recomiendo que lo intentes y si no sientes nada, al menos la experiencia puede resultar divertida.  ¡Ah! Y no olvidéis leer los periódicos locales, ya  que en ocasiones se publican noticias relacionadas con fantasmas; tal vez se encuentren algo interesante. Como en esa vez -de la que aún hablan los edimburgueses- en la que informaron sobre unos niños que fueron atacados de manera inexplicable, cuando jugaban cerca de la tumba de Mackenzie. Recomiendo ir preparado y disfrutar la aventura llena de misterios que esta hermosa ciudad ofrece.

mm
Abre bien los ojos, nada es como parece.