Algo que parece tan simple como unas patatas bañadas en una salsa, puede convertirse en arte o en desastre. Pueden estar apegadas a lo tradicional o ser unas modernas sin remedio, cortadas a tacos o a láminas, con salsas más o menos picantes. Cada brava es diferente y cada bar que las sirve, un universo propio.

1. Bar Tomás en Sarrià

No nombrar esta institución en bravas sería un auténtico delito. Son una leyenda e ir hasta Sarrià desde cualquier parte, aunque pille a trasmano, debería ser una obligación. Sus patatas se caracterizan porque se cortan no a taquitos, sino a lo largo e irregulares. La salsa es una mezcla de un alioli fino pero con intenso sabor a ajo y un aceite especiado picante.

Major de Sarrià, 49

2. Senyor Vermut

Patatas con diferentes cortes: cuadrados, rectángulos, etc… acompañadas por un alioli hecho en casa cada día. El aceite que rocía las patatas se especia con pimentón picante y finalmente van coronadas con pimientos verdes asados. Si hay alguien capaz de desbancar al Tomás en Barcelona, este es el Senyor Vermut. Y encima son muy baratas.

Provença, 85

3. Informal

De entrada sorprende el precio en carta, pero en cuento te las sirven se empieza a entender, y en el momento en que las pruebas, todo adquiere sentido. No son tacos, no son rectángulos, son varillas crujientes de milhojas de patata formadas por láminas finísimas…y piensas: ¡menudo curro! La salsa se sirve en unos cuencos aparte y es un alioli suave y una salsa atomatada con un punto de picante.

Passeig Colom, 9

4. La Taverna del Clínic

La sofisticación en bravas las encontrarás en este lugar, premiado en varias ocasiones por ello. Se presentan en forma de cilindros crujientes y doraditos, en cuyo interior están rellenos con una suave salsa rosa. Coronan los cilindros semillas de sésamo negro y cebollino. El sabor es opinable, pero desde luego el emplatado no tiene competencia.

Carrer del Rosselló, 155

5. Sant Antoni Gloriós

Nada como decir que algo es secreto, para que se nos disparen las curiosidades. Esto pasa aquí, que las recetas de la mayonesa y la salsa brava son un misterio. Así que toca ir a desentrañar qué es lo que hace que tengan ese balance perfecto entre cremosidad y picante.

Carrer de Manso, 42

6. Vivanda

También en Sarriá encontramos una propuesta muy interesante, ya que han desarrollado una patata brava muy innovadora. Están más asadas que fritas, y el alioli que las acompaña, va ligado con un aceite de sobrasada cocida.  Tienes aparte un aceite picante, que puedes echar hasta darles tu perfecto punto de “bravas”.

Carrer Major de Sarrià, 134

Yo no sé vosotros, pero yo ya tengo el antojo de una patata crujiente en mi paladar y el picor de un buen pimentón en mis labios. El dilema ahora es: ¿por donde empiezo? Pues por el principio y en orden, como la patata manda.

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Piensa alto, siente hondo, habla claro