Se ha acabado agosto y, con él, también tus ganas de vivir. Saber que durante los próximos meses la única playa que verás va a ser la del salvapantallas de tu ordenador te ha empujado a hacer acopio de un buen número de antidepresivos y a verter más lágrimas que 'El diario de Noa'. Pero, aunque no lo creas, septiembre puede venir cargadito de cosas buenas. ¿Piensas que estoy intentando animarte? En parte sí, pero, créeme, el inicio del otoño puede ser mejor de lo que pensabas.

El día que murió Chanquete empezaste a intuir algo que los años acabarían por confirmar: el final del verano raramente podía traer algo bueno. El regreso de las vacaciones no solo implica decir adiós a largas jornadas bajo el sol o a exóticos destinos, también supone enfrentarse de nuevo a algo que temes más que a sentarte al lado de tu cuñado en la comida de Navidad: la rutina. Por eso, si quieres que este mes venga con tantas novedades como un catálogo de Ikea, existen unos cuantos talleres y actividades que harán mucho más llevadera tu vuelta al trabajo.

Además, para que sea muy fácil, seguro y rápido hacerte con el curso que más te interese, Atrápalo acaba de aliarse con Visa Checkout, un método que hará que te olvides de rellenar formularios e introducir tu número de tarjeta cada vez que te toque pagar. Parece fácil, ¿verdad? ¡Lo es!

Saca al cocinillas que llevas dentro

Los tuppers que llevas a la oficina han provocado risas y espanto a partes iguales. Es tal la magnitud de la tragedia que tus compañeros de trabajo no se atreven a acercarse a tu comida en un radio de 10 metros. Pero ellos no son los únicos que saben que una cucharada de tus platos podría ser más peligrosa que un grupo de gremlins jugando con pistolas de agua. Tú, que abres los tupper con el nerviosismo del que atraviesa un campo de minas, eres consciente de que te la estás jugando a cada bocado.

Una publicación compartida de @husband_of_a_foodblogger el

Así que si aún tienes algo de aprecio por tu vida, ¿por qué no aprendes a mezclar los ingredientes sin temer que el resultado sea (literalmente) explosivo? Para ello, existen multitud de cursos que te enseñarán a desenvolverte entre fogones y que harán que tus creaciones culinarias sean de lo más apetecibles.

Aunque si a ti lo único que te mueve a saber cocinar es una sed de venganza más grande que la de Uma Thurman en ‘Kill Bill’, podrás dejar con la boca abierta a aquellos que se burlaron de ti convirtiéndote en alumno de algún taller más sofisticado. Apúntate a un curso de cocina macrobiótica, molecular o vegana y energética gracias a la facilidad con la que Visa Checkout te permite realizar tus pagos y benefíciate, además, de un descuento de 5 euros. No está nada mal, ¿verdad?

Siempre es un buen momento para seguir estudiando

Como buen creyente rezas cada noche. Y lo haces para que un huracán de gran fuerza descargue toda su furia sobre tu lugar de trabajo. Por eso no puedes negar que con cada nuevo amanecer sigues albergando la esperanza de que tu taza del desayuno, esa que siempre augura que ‘hoy va a ser un gran día porque tú eres el más cuqui del mundo mundial’, tenga razón de una vez por todas. Sin embargo, la madre naturaleza aún no se ha puesto de tu parte y te toca seguir soportando a un jefe con un humor más variable que el tiempo en Londres.

Y ni hablemos de lo desaprovechado que estás… Tú, un tipo intuitivo, inteligente, rápido y con un carisma que ni el de Don Johnson en los 80 llevas un buen puñado de años desempeñando el trabajo más aburrido de la galaxia. ¿No crees que quizá ha llegado el momento de estudiar algo que te permita tomar un nuevo rumbo profesional? ¿Te preguntas el qué? ¡Las opciones son de lo más variadas!

Si sabías que Michael Douglas debía alejarse de Sharon Stone a los pocos minutos de empezar ‘Instinto básico’ y solo necesitaste ver la cara a Norman Bates para intuir que no andaba muy fino de la azotea, existen cursos que te permitirán sacar partido a tus innatas aptitudes como sabueso. Estudiar criminología tal vez te brinde nuevas oportunidades laborales.

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En caso de que la idea de convertirte en un Sherlock Holmes del siglo XXI no te convenza, las alternativas siguen siendo muchas. Podrás aprender a cortar el bacalao con un MBA en Administración y Dirección de Empresas, entrenar tus manos para dar los mejores masajes del sur de Europa o  descubrir que eres mejor organizando bodas que Napoleón planeando tácticas militares.

Deshazte de la negatividad y conviértete en un ser de luz

En apenas unos días has pasado de escuchar el romper de las olas del mar a las impertinencias de tus superiores y eso, quieras que no, desequilibraría los chakras hasta al mismísimo Dalai Lama. Y como tienes claro que tus jefes te van a seguir irritando más que Gracita Morales cantando el ‘My hearth will go on’, es mejor que vayas pensando en alguna actividad que te impida instalarte en el lado oscuro durante el resto del año. Una buena idea sería apuntarte a una práctica que cuenta ya con una gran legión de adeptos: el yoga.

También puedes intentar serenar tu espíritu con un curso de pintura y relajación con mandalas, meditando o dándole al torno a lo Demi Moore en ‘Ghost’ con un taller de alfarería. Las opciones que Visa checkout pone al alcance de tu mano (o, mejor dicho, de tu dedo) no se acaban aquí: puedes desconectar de todo dando un paseo a caballo, visitando un circuito termal o disparando a tus amigos en una partida de paintball. ¡Qué demonios, cada uno se desestresa como puede!

El día que murió Chanquete empezaste a intuir algo que los años acabarían por confirmar: el final del verano raramente podía traer algo bueno. El regreso de las vacaciones no solo implica decir adiós a largas jornadas bajo el sol o a exóticos destinos, también supone enfrentarse de nuevo a algo que temes más que a sentarte al lado de tu cuñado en la comida de Navidad: la rutina. Por eso, si quieres que este mes venga con tantas novedades como un catálogo de Ikea, existen unos cuantos talleres y actividades que harán mucho más llevadera tu vuelta al trabajo.

Además, para que sea muy fácil, seguro y rápido hacerte con el curso que más te interese, Atrápalo acaba de aliarse con Visa Checkout, un método que hará que te olvides de rellenar formularios e introducir tu número de tarjeta cada vez que te toque pagar. Parece fácil, ¿verdad? ¡Lo es!

Saca al cocinillas que llevas dentro

Los tuppers que llevas a la oficina han provocado risas y espanto a partes iguales. Es tal la magnitud de la tragedia que tus compañeros de trabajo no se atreven a acercarse a tu comida en un radio de 10 metros. Pero ellos no son los únicos que saben que una cucharada de tus platos podría ser más peligrosa que un grupo de gremlins jugando con pistolas de agua. Tú, que abres los tupper con el nerviosismo del que atraviesa un campo de minas, eres consciente de que te la estás jugando a cada bocado.

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Así que si aún tienes algo de aprecio por tu vida, ¿por qué no aprendes a mezclar los ingredientes sin temer que el resultado sea (literalmente) explosivo? Para ello, existen multitud de cursos que te enseñarán a desenvolverte entre fogones y que harán que tus creaciones culinarias sean de lo más apetecibles.

Aunque si a ti lo único que te mueve a saber cocinar es una sed de venganza más grande que la de Uma Thurman en ‘Kill Bill’, podrás dejar con la boca abierta a aquellos que se burlaron de ti convirtiéndote en alumno de algún taller más sofisticado. Apúntate a un curso de cocina macrobiótica, molecular o vegana y energética gracias a la facilidad con la que Visa Checkout te permite realizar tus pagos y benefíciate, además, de un descuento de 5 euros. No está nada mal, ¿verdad?

Siempre es un buen momento para seguir estudiando

Como buen creyente rezas cada noche. Y lo haces para que un huracán de gran fuerza descargue toda su furia sobre tu lugar de trabajo. Por eso no puedes negar que con cada nuevo amanecer sigues albergando la esperanza de que tu taza del desayuno, esa que siempre augura que ‘hoy va a ser un gran día porque tú eres el más cuqui del mundo mundial’, tenga razón de una vez por todas. Sin embargo, la madre naturaleza aún no se ha puesto de tu parte y te toca seguir soportando a un jefe con un humor más variable que el tiempo en Londres.

Y ni hablemos de lo desaprovechado que estás… Tú, un tipo intuitivo, inteligente, rápido y con un carisma que ni el de Don Johnson en los 80 llevas un buen puñado de años desempeñando el trabajo más aburrido de la galaxia. ¿No crees que quizá ha llegado el momento de estudiar algo que te permita tomar un nuevo rumbo profesional? ¿Te preguntas el qué? ¡Las opciones son de lo más variadas!

Si sabías que Michael Douglas debía alejarse de Sharon Stone a los pocos minutos de empezar ‘Instinto básico’ y solo necesitaste ver la cara a Norman Bates para intuir que no andaba muy fino de la azotea, existen cursos que te permitirán sacar partido a tus innatas aptitudes como sabueso. Estudiar criminología tal vez te brinde nuevas oportunidades laborales.

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En caso de que la idea de convertirte en un Sherlock Holmes del siglo XXI no te convenza, las alternativas siguen siendo muchas. Podrás aprender a cortar el bacalao con un MBA en Administración y Dirección de Empresas, entrenar tus manos para dar los mejores masajes del sur de Europa o  descubrir que eres mejor organizando bodas que Napoleón planeando tácticas militares.

Deshazte de la negatividad y conviértete en un ser de luz

En apenas unos días has pasado de escuchar el romper de las olas del mar a las impertinencias de tus superiores y eso, quieras que no, desequilibraría los chakras hasta al mismísimo Dalai Lama. Y como tienes claro que tus jefes te van a seguir irritando más que Gracita Morales cantando el ‘My hearth will go on’, es mejor que vayas pensando en alguna actividad que te impida instalarte en el lado oscuro durante el resto del año. Una buena idea sería apuntarte a una práctica que cuenta ya con una gran legión de adeptos: el yoga.

También puedes intentar serenar tu espíritu con un curso de pintura y relajación con mandalas, meditando o dándole al torno a lo Demi Moore en ‘Ghost’ con un taller de alfarería. Las opciones que Visa checkout pone al alcance de tu mano (o, mejor dicho, de tu dedo) no se acaban aquí: puedes desconectar de todo dando un paseo a caballo, visitando un circuito termal o disparando a tus amigos en una partida de paintball. ¡Qué demonios, cada uno se desestresa como puede!

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Lo primero que hago al llegar a la playa es buscar el punto más elevado al que huir en caso de tsunami. Soy así de previsora. Cuando no estoy buscando salidas de emergencia o comprando conservas para llenar la despensa del búnker, voy al cine, leo, duermo y finjo ser normal.