El ritmo de vida que llevamos todos… ciudad, trabajo, ruidos, contaminación y prisas nos permite hacernos un regalo de vez en cuando y por su proximidad y su precio, los Spas son uno de los productos estrellas. El regalo del día de hoy, un Spa.
Será por las descripciones, que llaman como cantos de sirena llenando la cabeza de ideas como mente y espíritu, sensaciones, experiencias, aromas, evasión… pero sobretodo relax; los Spas son los grandes triunfadores de esta década.
El concepto Spa surgió hace años cuando se abrió el primero de estos centros en la ciudad belga de Spa. Desde el s. XIV esta ciudad era visitada por sus aguas manantiales, que hicieron famoso en todo el mundo el concepto de “aguas curativas” o Spa.
Los Spas ofrecen espacios con un ambiente de relax, luces tenues y música, si hay, chill out. Un chapuzón, un baño caliente, unos chorritos en la espalda, una sauna y una piscina congelada… pueden hacer más por ti que una vida de psicoanalistas. Además del relax los Spas son una fuente de belleza. Hasta Cleopatra, muy lista ella, se daba baños con leche de burra, ya sabía que lo mejor para cuidar la belleza es no sufrir estrés.
No hace falta estar enfermo para regalarse una sesión de Spa, simplemente, querer estar un par de horas sin ruido, sin exigencias, sin nadie aparte de ti y lo que tu cuerpo te pida.
¿Quién no quiere darse un regalo? ¿Una hora sin ruido ni exigencias? ¡Yo me apunto!
El ritmo de vida que llevamos todos… ciudad, trabajo, ruidos, contaminación y prisas nos permite hacernos un regalo de vez en cuando y por su proximidad y su precio, los Spas son uno de los productos estrellas. El regalo del día de hoy, un Spa.
Será por las descripciones, que llaman como cantos de sirena llenando la cabeza de ideas como mente y espíritu, sensaciones, experiencias, aromas, evasión… pero sobretodo relax; los Spas son los grandes triunfadores de esta década.
El concepto Spa surgió hace años cuando se abrió el primero de estos centros en la ciudad belga de Spa. Desde el s. XIV esta ciudad era visitada por sus aguas manantiales, que hicieron famoso en todo el mundo el concepto de “aguas curativas” o Spa.
Los Spas ofrecen espacios con un ambiente de relax, luces tenues y música, si hay, chill out. Un chapuzón, un baño caliente, unos chorritos en la espalda, una sauna y una piscina congelada… pueden hacer más por ti que una vida de psicoanalistas. Además del relax los Spas son una fuente de belleza. Hasta Cleopatra, muy lista ella, se daba baños con leche de burra, ya sabía que lo mejor para cuidar la belleza es no sufrir estrés.
No hace falta estar enfermo para regalarse una sesión de Spa, simplemente, querer estar un par de horas sin ruido, sin exigencias, sin nadie aparte de ti y lo que tu cuerpo te pida.
¿Quién no quiere darse un regalo? ¿Una hora sin ruido ni exigencias? ¡Yo me apunto!
