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Cómo Khaleesi recorrió Poniente en 3 días

No, no vamos a hacer un maratón de 7 temporadas antes de que llegue la batalla final de Juego de Tronos. Vamos a patear Poniente, ¡que es mucho mejor!

El próximo 14 de abril se estrenará en HBO la octava y última temporada de Juego de tronos, posiblemente el momento más esperado de la cultura popular de toda la década, sino del siglo (Star Wars, Avengers y demás pelotazos, perdonadme).

Y como todo está que arde, los grupos de WhatsApp de spoilers (sí, los hay) ya han comenzado a circular y más de uno se ha pedido vacaciones para el día del episodio final, vamos a echar más leña al fuego. Y es que desde HBO nos han comunicado que en algún momento de este año también habrá un capítulo especial en el que Khaleesi viaje en el tiempo a los 7 Reinos de 2019. Un lugar ahora llamado Irlanda en el que todos los escenarios de su épica contienda han sido reunidos. El episodio tendrá algo de drama intimista y documental, han añadido. Aquí tenéis un primer avance.

Os transcribimos en primicia todo el contenido de ese capítulo inédito.

De bosques, lobos y castillos icónicos

En este capítulo, Khaleesi empieza su ruta de la serie desde el principio. Más concretamente en el Parque Forestal de Tollymore, un lugar de cascadas susurrantes y secuoyas rojas conocido en su mundo como El Bosque Encantado. Sí, sí, ese mismo en el que supimos de los Caminantes Blancos por primera vez y donde los lobos de los Stark correteaban libremente antes de ser adaptado por los de Invernalia. “Pues esto es más bonito”, le dice Khaleesi a la cámara en algún momento.

Después, la todopoderosa Reina de Dragones se toma un porridge con fruta fresca y miel en Olive Bizarre, una estrafalaria cafetería donde descubre que hay vida más allá de comer corazones de caballos. De hecho, aquí le dan ganas de hacerse vegana.

Tras unas cuantas tazas de té, prosigue la ruta por los antiguos 7 Reinos hasta la abadía de Inch, un hermoso templo fundado en 1180 donde también se gestó el inicio de la Guerra de los Cinco Reyes comandada por su casi cuñado, Robb Stark, tras la muerte de su casi suegro Ned Stark.

Tras conocer la historia de un hombre llamado San Patricio, la protagonista llega a uno de los lugares más esperados: un castillo de Ward que resulta ser la misma Invernalia, lugar donde su amorcito Jon Nieve pasó gran parte de sus años mozos hasta volver a conquistarlo. Nostalgia, mucha nostalgia. Y ya que está aquí, aprovecha para ponerse al día con el tiro al arco y almorzar una parrillada en el salón. Lo de vegana le dura poco.

Al atardecer, también visita la bahía de Quintin, exactamente igual que el panorama del castillo de Stokeworth en el que Jaime Lannister y Bronn del Aguasnegras rescataron a la princesa Myrcella de Dorne.

Al final del día, la reina está agotada, pero ha visto dragones volando en algún lugar y se propone encontrarlos.

Había tréboles en el Nido de Águilas

Tras cambiar el cuero por una chaquetita de entretiempo, Khaleesi prosigue su aventura a través de El Cuello, conocido como meseta de Antrim en 2019. Ese  lugar donde nuestro “querido” Meñique comió el tarro a Sansa para casarse con Ramsay Bolton.

Pero es allí, tras cruzar el fuerte de Knockdhu, un bastión irlandés de la Edad de Bronce exquisito, cuando a Khaleesi se le hacen los ojos chirivitas al reencontrarse con el Mar Dothraki, en el irlandés valle de Shillanavogy. Fue aquí donde cabalgó junta a su querido Khal Droho y su traidor hermano allá por la primera temporada.  Y se echa a llorar. Ya os avisamos de que este capítulo tiraría mucho por el drama intimista.

Khaleesi está tan atacada que ni se da cuenta de que el valle de Glenariff es el mismo lugar que la Piedra de las Ronas, morada donde Lord Yohn Royce pasó a ser el tutor de Robin Arryn, Señor del Nido de Águilas. Ni tampoco por las cuevas de Cushendun donde Melisandre invocó al demonio de sombra antes de asesinar al hermano de Stannis.

Como tiene que llegar a tiempo a la batalla final, Daenerys se deja caer por la bahía de Murlough para liberar más esclavos a los que llevarse a Poniente. Después, todos caminan a través de la campiña por la ruta costera de La Calzada para terminar navegando por el mar del norte hasta el pueblo de Ballintoy, que diga Pyke, morada de los Hombres del Hierro.

Comienzan a escucharse tambores de guerra y las masas la aplauden a través de los retorcidos árboles de Dark Hedges, nombre irlandés del Camino Real por el que una vez desfiló la Guardia de la Noche.

El clímax se acerca.

Hacerse un Dracarys

El final del capítulo está ahí y Khaleesi necesita refuerzos para volver al Poniente de verdad antes de la batalla final. Recuerda a las hermanas Sand en la playa de Portstewart Strand, donde quizás, si vencen a la guerra, un día se comprará una casita con Jon en la que envejecer juntos.

– ¿Y Melisandre? ¡¡Dónde está Melisandre!? Invocando al Dios de Luz en el templo de Mussenden, una réplica del templo de Vesta en Roma.

Finalmente, tras una catfight tonta y una visita a las Cuevas de Marble Arch aka Guarida del Señor Relámpago, Khaleesi se encuentra con ellos.

Sus queridos dragones sobrevuelan Binevenagh, el mismo lugar donde una vez se refugiaron tras huir de las arenas de combate en Meereen. Un Dracarys, un cambio de vestuario y uno de ellos desciende dispuesto a ser montado. A Khaleesi se le han pasado volando estos 3 días en ese otro Poniente. De hecho, juraría que en la serie se le hizo mucho más largo el peregrinaje.

Para cuando piensan volver a Poniente a derrotar a los Caminantes Blancos, Khaleesi se detiene. Los 7 Reinos ya se encuentran preparados entre las llanuras. Solo entonces se ha dado cuenta de que, realmente, siempre estuvo allí.  

Y mientras, a nosotros se nos ha quedado una ruta de lo más mona para esta Semana Santa.

Porque, que no te engañen: ¡Juego de Tronos es Irlanda!

Lo de ponerle 7 Reinos y Poniente a los lugares era solo para darle más dramatismo.

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Alicantino de nacimiento, amante de cualquier lugar con mínimas de 25ºC. Mi debilidad es escribir en cafés secretos, tengo curry en las venas y una palmera tatuada (tiene su miga, aunque no lo parezca). Una vez gané un premio en Japón.