Lucas ha recibido una sorpresa en su buzón de email; tan grata como la que hizo él mismo a la ciudad de Barcelona.

Tío,

¿Sabes cuando quieres decir algo y no sabes cómo, porque parece que sólo soltando un mogollón de globos tu alma desahoga?

Perdón por llenar tu correo, pero necesitaba agradecerte, y escribir es mi única opción.
Vi algunos comentarios de gente que vive en Barcelona pero no vieron tus globos.
Yo estaba de paso por Europa. Estuve en 10 países y 15 ciudades viajando solamente con la mochila, para conocer el viejo continente. Y yo estaba en Barcelona, en la Sagrada Familia, el dia y hora en que decidiste soltar tus dosis de vida a la ciudad. Claro que no ha sido pura casualidad…
Seguro conoces la sensación de pasar por un desconocido y recibir una sonrisa a cambio de nada.

Pensé: “Algún loco (con todo el respeto) es feliz y decidió decírselo al mundo (mundo este que esta desacostumbrado a ver felicidad en el día a día). Imagínate ahora el tamaño de la sonrisa que los barceloneses tenían al abrir las cartas.

Yo no sabía de qué iba. Solo vi un montón de gente corriendo detrás de globos de colores, con una sonrisa enorme, encantadas. Me quedé disfrutando la bonita escena, y fue lo suficiente para llenar mi alma, y me quedé muy ligera, ¿sabes? Seguí mi passeo con una sonrisa en la cara.

Sólo ahora, hace algunos minutos, vi el video en el Facebook de un amigo. Entonces me puse aún más contenta de haber estado allí. He venido a agradecerte por el coraje de manifestar tu felicidade.

¡Muchas gracias!
Espero que seas muy feliz en cualquier ciudad, porque la felicidad no te acompaña, viene de ti.
Para que todas las personas (privilegiadas) de tu vida te enseñen el bien, y se contagien con él.
Para que todos los dias te despiertes sentindo que has nascido otra vez, como un pájaro, y ¡que vueles muy alto!

Que tengas nietos maravillosos que te escuchen y te enseñen aún más, con la sabiduria que solo los niños tienen.

Sigo con un ingrediente más. Quise escribirte porque imagino que estos mensajes son como tus globos: regresan a ti. Este es mi singelo y sincero globo. Sólo espero que llegue a su destino.

¡Cúidate!
Un abrazo grande,
Natalia Sá.
Brasileña, de Paraíba, João Pessoa. Arquitecta y urbanista, enamorada del baile de salón, artes escénicas y canto, amante de la vida y a favor de quien hace el bien.

Lucas ha recibido una sorpresa en su buzón de email; tan grata como la que hizo él mismo a la ciudad de Barcelona.

Tío,

¿Sabes cuando quieres decir algo y no sabes cómo, porque parece que sólo soltando un mogollón de globos tu alma desahoga?

Perdón por llenar tu correo, pero necesitaba agradecerte, y escribir es mi única opción.
Vi algunos comentarios de gente que vive en Barcelona pero no vieron tus globos.
Yo estaba de paso por Europa. Estuve en 10 países y 15 ciudades viajando solamente con la mochila, para conocer el viejo continente. Y yo estaba en Barcelona, en la Sagrada Familia, el dia y hora en que decidiste soltar tus dosis de vida a la ciudad. Claro que no ha sido pura casualidad…
Seguro conoces la sensación de pasar por un desconocido y recibir una sonrisa a cambio de nada.

Pensé: “Algún loco (con todo el respeto) es feliz y decidió decírselo al mundo (mundo este que esta desacostumbrado a ver felicidad en el día a día). Imagínate ahora el tamaño de la sonrisa que los barceloneses tenían al abrir las cartas.

Yo no sabía de qué iba. Solo vi un montón de gente corriendo detrás de globos de colores, con una sonrisa enorme, encantadas. Me quedé disfrutando la bonita escena, y fue lo suficiente para llenar mi alma, y me quedé muy ligera, ¿sabes? Seguí mi passeo con una sonrisa en la cara.

Sólo ahora, hace algunos minutos, vi el video en el Facebook de un amigo. Entonces me puse aún más contenta de haber estado allí. He venido a agradecerte por el coraje de manifestar tu felicidade.

¡Muchas gracias!
Espero que seas muy feliz en cualquier ciudad, porque la felicidad no te acompaña, viene de ti.
Para que todas las personas (privilegiadas) de tu vida te enseñen el bien, y se contagien con él.
Para que todos los dias te despiertes sentindo que has nascido otra vez, como un pájaro, y ¡que vueles muy alto!

Que tengas nietos maravillosos que te escuchen y te enseñen aún más, con la sabiduria que solo los niños tienen.

Sigo con un ingrediente más. Quise escribirte porque imagino que estos mensajes son como tus globos: regresan a ti. Este es mi singelo y sincero globo. Sólo espero que llegue a su destino.

¡Cúidate!
Un abrazo grande,
Natalia Sá.
Brasileña, de Paraíba, João Pessoa. Arquitecta y urbanista, enamorada del baile de salón, artes escénicas y canto, amante de la vida y a favor de quien hace el bien.