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6 ideas para aprovechar la hora extra del cambio de hora

Ha llegado, y no hemos podido evitarlo. No teníamos suficiente con el fin del verano, ahora también nos cambian la hora.

Ha llegado, y no hemos podido evitarlo. No teníamos suficiente con el fin del verano, ahora también nos cambian la hora. Además de frío, oscuridad. La madrugada del 27 al 28 de octubre, a las 3, serán las 2. Un momento, eso es… ¿de sábado a domingo? ¿Ganamos una hora? ¿En fin de semana? Al parecer no todo está perdido, esto se traduce en: tienes 60 minutos, ¡aprovéchalos!

1. Enterarte por qué se cambia la hora. Todos los octubres la misma historia. Sabes que cambian la hora pero te olvidas de los motivos. Te suena algo sobre el “ahorro energético” o que Franco se quiso alinear con Hitler en la segunda Guerra Mundial, pero a ti te sigue fastidiando salir de trabajar y que sea de noche. Cuando investigues descubrirás, además, que este año se ha generado un debate sobre los pros y contras de cambiar al horario de invierno y puede que este sea el último que se haga. Aprovecha tu hora extra para empaparte de argumentos y tener un nuevo tema de conversación con tus vecinos en el ascensor.

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2. Pensar chistes ingeniosos sobre el cambio de hora y tuitearlos. Tirar de memes sobre ‘Regreso al futuro’ es un clásico. También puedes reflexionar sobre las consecuencias del jet lag o compartir consejos para modificar el canto de los gallos. Twitter es tu plataforma y la noche del cambio de hora tu momento para triunfar.

3. Hacer aquello para lo que nunca encuentras tiempo. Véase obligaciones como: lavar los platos, limpiar el baño, planchar la tonga de ropa que colocaste hace dos semanas en la silla de tu habitación o, incluso, estudiar inglés y justificar el nivel B2 de tu CV.

4. Ver un capítulo de tu serie favorita. Repetido, pendiente, es igual, póstrate delante del sofá con un bol de palomitas y emplea tus 60 minutos en ver un capítulo de una serie, un monólogo o un documental sobre fusión nuclear. También puedes leer un libro [nota: quítale el polvo antes].

5. Retrasar la hora de tus relojes. O, en su defecto, observar atentamente cómo tu smartphone lo hace por ti. Aún usamos relojes que no se “cambian” solitos: el de pulsera, siempre y cuando no sea digital; el despertador a pilas que usas desde que ibas al colegio y cuyo tic-tac te ayuda a conciliar el sueño cada noche; el reloj de la cocina, que siempre tiene 10 minutos de retraso (no te olvides de hacer el cálculo para mantener la tradición); y, si has heredado recientemente, es posible que cuentes con el cuco de tu abuela. Y recuerda sentirte afortunado: Antonio necesitará algo más de una hora.

 

©Twitter [@jaberpo]

6. Seguir la fiesta o… durmiendo. Obvias, pero no por ellas menos importantes. Si estás de fiesta y alguien te espera en casa, puedes trolearlo con el ‘toque de queda’; o simplemente alargar el karaoke y tus bailoteos, lo que nunca harías con una clase de crossFit. Por contra, si eres de género marmota, disfruta de tu hora extra de sueño.

Ya lo sabes. Este sábado, a las 3 serán las 2. Tú verás qué haces con la hora extra.

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Asfalto, caucho, gasolina, velocidad…, adrenalina. Solo concibo la vida bajo un casco a 300 km/h. Soy periodista deportiva, ni por fama ni por dinero, sino por convertir el motor en mi forma de vida. Lo mismo doy gritos en una grada, como te cubro una rueda de prensa. Canaria de nacimiento, me mudé a Barcelona por su circuito y me quedé por su afición.