¡Suelta ese San Jacobo ahora mismo! Tira el jamón cocido por la ventana y no mires abajo. ¡Escupe el espetec que estás masticando, diablos! ¿Acaso no te has enterado de que comer sano es la religión definitiva?

El Anticristo ya no es el hijo de Satán, no hablamos de un crío con ojeras y tres seises tatuados en el perineo, el verdadero Anticristo es la comida procesada, la carne envasada, el embutido, los callos, toda esa grasa malévola que lleva años contaminando los adentros del español medio.

[redbox text=”¿Has cambiado el bistec por la salchicha de tofu, las lentejas estofadas por la quinoa? Guarda esta guía: se puede comer más, pero no más sano.” position=”right”]

La Barcelona moderna ha dicho basta. En la capital catalana hay una pasa… ¡de salud! De ahí que cada vez haya más restaurantes vegetarianos (o algo parecido) en la ciudad. Eso sí, el mundo de la comida sana no es uniforme, no todos siguen las mismas reglas. Los hay que de vez en cuando necesitan saltarse el manual de instrucciones. Los hay que van de duros por la vida, y se ciñen a una dieta estricta de verduras, hojas y tubérculos varios. Y qué decir de la facción vegana hardcore: auténticos héroes gastronómicos capaces de ser felices metiéndose en el cuerpo los mismos alimentos que un reno.

Barcelona que ha sabido adaptarse a todas estas sensibilidades con el paso del tiempo, ya cuenta en su geografía gastronómica con auténticos templos del yantar saludable; lugares para todos los gustos: desde los más radicales, pasando por los que solo evitan la carne, hasta los vegetarianos de 10:00 a 14:00. ¿Has cambiado el bistec por la salchicha de tofu, las lentejas estofadas por la quinoa? Guarda esta guía: se puede comer más, pero no más sano.

Vegetarianos a tiempo parcial

Sanos, pero sin pasarse. Apostáis por las verduras y los vegetales, pero de vez en cuando esa dorada al horno y ese bistequito no os lo quita nadie. Bien. Vuestro templo se llama Flax & Kale (calle Tallers, 74B), un espacio que cura el alma (y la resaca) a base de comida plant based y algunas incursiones de pescado de primerísima calidad. El burger de atún y wasabi, las ensaladas, los bols y los zumos cold pressed son obligatorios.

flaxandkale

Si vuestro hipsterismo es incontenible, Federal Café (calle Parlament, 39) os recibirá con una carta sana, repleta de verduras, pero con concesiones absolutamente irresistibles con las que acabaréis pecando: pedid cualquier cosa con huevos y llorad. También os costará contener el llanto cuando os lleguen los ravioli a la mesa en el Carabassa (carrer Carabassa, 19). Este restaurante italiano juega con las verduras y vegetales en casi todos sus platos y colorea una carta equilibrada y sabrosísima: comerte una lasaña y no sentirte culpable no tiene precio.

carabassa

Si queréis exotismo con mucha presencia vegetal, una opción interesante es Un Capítol de Vietnam (Calle Nàpols, 266): platos vietnamitas de verdad, con sopas, rollos frescos y ensaladas que no harán saltar las alarmas de vuestro detector flexitariano. Si tenéis toda la tarde, en Elsa y Fred (calle Rec Comtal, 11) encontrareis tapas y platillos sanos, con producto de calidad y mucho mimo: el burguer de atún es delicioso. Si en cambio tenéis prisa, un día frenético, pero no queréis bocata chungo, existe un fast food ideal para flexitarianos, con tolerancia cero a los químicos y conservantes, llamado Bon (calle Enrique Granados, 135): wraps, ensaladas, pasta platos calientes, bols de fruta, sopas.. Y todo en envases reciclables, que nadie se ponga nervioso.

bon

Por cierto, si sois flexitarianos en proceso de conversión hacia el vegetarianismo, el mejor restaurante para que la transición sea indolora es Aguaribay (Carrer Ramon Turró, 181), un vegetariano que no lo parece: biológico, ecológico, imaginativo y con unos platos de pasta y un veggie burger que os convertirá definitivamente a la gran V.

aguaribai

Verde que te quiero verde

Palabras mayores. Vegetarianos. Sin bromas. Esa carne y ese pescado, te los metes por donde te quepan. Los templos de la gran V se esparcen por toda la geografía barcelonesa.

Para los que vais a tiro fijo, Teresa Carles (calle Jovellanos 2), es EL VEGETARIANO. Amaltea (carrer Diputació, 164) también es una apuesta segura. Su bufé de ensaladas nunca falla y tampoco sus platos vegetarianos sin concesiones. En L’Hortet (calle Pintor Fortuny, 32) también presumen de veteranía y savoir faire. Pasta, ensaladas, entrantes, todo se ciñe al rigor vegetariano, pero luce sabroso, sabe de fábula, te hace olvidar que estás en un vegetariano. En Vegetalia (calle Escudellers, 54) también satisfarán vuestras ansias de salud a precios competitivos. Si queréis comida casera militante en la intimidad, en parejita, Cafè Camelia (calle Verdi, 79) es el sitio: love is in the air. Si buscáis sabores exóticos, Govinda (Plaça Vila Madrid, 4) os mimará con su cocina hindú vegetariana y un aloo matar cósmico.

govinda

Para los vegetarianos más radicales, Rasoterra (calle del Palau, 5) es seguramente una de las mejores y más incorruptibles opciones: producto de proximidad y ecológico al servicio de una carta militante, pero sabrosísima, imaginativa a rabiar. Biocenter (Pintor Fortuny, 25) es también un superclase, uno de los primeros vegetarianos (adaptado a veganos) de Barcelona. Sus cremas son las mejores del Raval, pero la forma en la que juegan con las verduras y legumbres de cultivo ecológico es mágica. Y si os queréis graduar en esto de comer ultrasano, en Poble Nou, el Sopa (Carrer Roc Boronat, 114) y su carta vegana macrobiótica os volverán locos. Y el Café Blue Project (Carrer Princesa, 57, Born) os dejará sin habla. En este coqueto espacio del Born sirven comida vegetariana/ vegana de autor con predominio de ingredientes crudos. Para profesionales.

blue_project

Engañando a la hermandad el colesterol

¿¡Cómo!? Pues sí: se puede ir a un restaurante y pedir un cheeseburguer con una hamburguesa que no sea hamburguesa. Incluso existen los perritos calientes sin perrito. En La Burg (paseo San Juan Bosco, 55) podréis saborear un veggie burger con masa de arroz, pimiento y champiñones, asombrosa. Hasta la podréis acompañar de una ensalada, ¡con un par! En la magnífica cervecería artesana Ale & Hop (Basses de Sant Pere, 10 bis), además de alcoholes superiores, tienen también tapas vegetarianas para morirse y una hamburguesa vegetal exquisita. Y para terminar, el rizo final: el hot dog vegetariano. Habéis leído bien. Existe. Es de tofu y muchos más ingredientes, está delicioso y lo sirven en The Dog Is Hot (Calle Joaquin Costa, 47), el templo de los perritos calientes callejeros del Raval.

the_dog_is_hot

Iba a despedirme con el clásico “cuidaos”, pero creo que no hace falta.

El Anticristo ya no es el hijo de Satán, no hablamos de un crío con ojeras y tres seises tatuados en el perineo, el verdadero Anticristo es la comida procesada, la carne envasada, el embutido, los callos, toda esa grasa malévola que lleva años contaminando los adentros del español medio.

[redbox text=”¿Has cambiado el bistec por la salchicha de tofu, las lentejas estofadas por la quinoa? Guarda esta guía: se puede comer más, pero no más sano.” position=”right”]

La Barcelona moderna ha dicho basta. En la capital catalana hay una pasa… ¡de salud! De ahí que cada vez haya más restaurantes vegetarianos (o algo parecido) en la ciudad. Eso sí, el mundo de la comida sana no es uniforme, no todos siguen las mismas reglas. Los hay que de vez en cuando necesitan saltarse el manual de instrucciones. Los hay que van de duros por la vida, y se ciñen a una dieta estricta de verduras, hojas y tubérculos varios. Y qué decir de la facción vegana hardcore: auténticos héroes gastronómicos capaces de ser felices metiéndose en el cuerpo los mismos alimentos que un reno.

Barcelona que ha sabido adaptarse a todas estas sensibilidades con el paso del tiempo, ya cuenta en su geografía gastronómica con auténticos templos del yantar saludable; lugares para todos los gustos: desde los más radicales, pasando por los que solo evitan la carne, hasta los vegetarianos de 10:00 a 14:00. ¿Has cambiado el bistec por la salchicha de tofu, las lentejas estofadas por la quinoa? Guarda esta guía: se puede comer más, pero no más sano.

Vegetarianos a tiempo parcial

Sanos, pero sin pasarse. Apostáis por las verduras y los vegetales, pero de vez en cuando esa dorada al horno y ese bistequito no os lo quita nadie. Bien. Vuestro templo se llama Flax & Kale (calle Tallers, 74B), un espacio que cura el alma (y la resaca) a base de comida plant based y algunas incursiones de pescado de primerísima calidad. El burger de atún y wasabi, las ensaladas, los bols y los zumos cold pressed son obligatorios.

flaxandkale

Si vuestro hipsterismo es incontenible, Federal Café (calle Parlament, 39) os recibirá con una carta sana, repleta de verduras, pero con concesiones absolutamente irresistibles con las que acabaréis pecando: pedid cualquier cosa con huevos y llorad. También os costará contener el llanto cuando os lleguen los ravioli a la mesa en el Carabassa (carrer Carabassa, 19). Este restaurante italiano juega con las verduras y vegetales en casi todos sus platos y colorea una carta equilibrada y sabrosísima: comerte una lasaña y no sentirte culpable no tiene precio.

carabassa

Si queréis exotismo con mucha presencia vegetal, una opción interesante es Un Capítol de Vietnam (Calle Nàpols, 266): platos vietnamitas de verdad, con sopas, rollos frescos y ensaladas que no harán saltar las alarmas de vuestro detector flexitariano. Si tenéis toda la tarde, en Elsa y Fred (calle Rec Comtal, 11) encontrareis tapas y platillos sanos, con producto de calidad y mucho mimo: el burguer de atún es delicioso. Si en cambio tenéis prisa, un día frenético, pero no queréis bocata chungo, existe un fast food ideal para flexitarianos, con tolerancia cero a los químicos y conservantes, llamado Bon (calle Enrique Granados, 135): wraps, ensaladas, pasta platos calientes, bols de fruta, sopas.. Y todo en envases reciclables, que nadie se ponga nervioso.

bon

Por cierto, si sois flexitarianos en proceso de conversión hacia el vegetarianismo, el mejor restaurante para que la transición sea indolora es Aguaribay (Carrer Ramon Turró, 181), un vegetariano que no lo parece: biológico, ecológico, imaginativo y con unos platos de pasta y un veggie burger que os convertirá definitivamente a la gran V.

aguaribai

Verde que te quiero verde

Palabras mayores. Vegetarianos. Sin bromas. Esa carne y ese pescado, te los metes por donde te quepan. Los templos de la gran V se esparcen por toda la geografía barcelonesa.

Para los que vais a tiro fijo, Teresa Carles (calle Jovellanos 2), es EL VEGETARIANO. Amaltea (carrer Diputació, 164) también es una apuesta segura. Su bufé de ensaladas nunca falla y tampoco sus platos vegetarianos sin concesiones. En L’Hortet (calle Pintor Fortuny, 32) también presumen de veteranía y savoir faire. Pasta, ensaladas, entrantes, todo se ciñe al rigor vegetariano, pero luce sabroso, sabe de fábula, te hace olvidar que estás en un vegetariano. En Vegetalia (calle Escudellers, 54) también satisfarán vuestras ansias de salud a precios competitivos. Si queréis comida casera militante en la intimidad, en parejita, Cafè Camelia (calle Verdi, 79) es el sitio: love is in the air. Si buscáis sabores exóticos, Govinda (Plaça Vila Madrid, 4) os mimará con su cocina hindú vegetariana y un aloo matar cósmico.

govinda

Para los vegetarianos más radicales, Rasoterra (calle del Palau, 5) es seguramente una de las mejores y más incorruptibles opciones: producto de proximidad y ecológico al servicio de una carta militante, pero sabrosísima, imaginativa a rabiar. Biocenter (Pintor Fortuny, 25) es también un superclase, uno de los primeros vegetarianos (adaptado a veganos) de Barcelona. Sus cremas son las mejores del Raval, pero la forma en la que juegan con las verduras y legumbres de cultivo ecológico es mágica. Y si os queréis graduar en esto de comer ultrasano, en Poble Nou, el Sopa (Carrer Roc Boronat, 114) y su carta vegana macrobiótica os volverán locos. Y el Café Blue Project (Carrer Princesa, 57, Born) os dejará sin habla. En este coqueto espacio del Born sirven comida vegetariana/ vegana de autor con predominio de ingredientes crudos. Para profesionales.

blue_project

Engañando a la hermandad el colesterol

¿¡Cómo!? Pues sí: se puede ir a un restaurante y pedir un cheeseburguer con una hamburguesa que no sea hamburguesa. Incluso existen los perritos calientes sin perrito. En La Burg (paseo San Juan Bosco, 55) podréis saborear un veggie burger con masa de arroz, pimiento y champiñones, asombrosa. Hasta la podréis acompañar de una ensalada, ¡con un par! En la magnífica cervecería artesana Ale & Hop (Basses de Sant Pere, 10 bis), además de alcoholes superiores, tienen también tapas vegetarianas para morirse y una hamburguesa vegetal exquisita. Y para terminar, el rizo final: el hot dog vegetariano. Habéis leído bien. Existe. Es de tofu y muchos más ingredientes, está delicioso y lo sirven en The Dog Is Hot (Calle Joaquin Costa, 47), el templo de los perritos calientes callejeros del Raval.

the_dog_is_hot

Iba a despedirme con el clásico “cuidaos”, pero creo que no hace falta.

mm
Odio la autoridad y la censura, y escribo sobre lo que sea, pero solo con una condición: tocar los cojones y/o hacer reír al que está al otro lado.