¿Por qué vive tan bien la gente en Instagram? ¿Cómo es posible que, mientras nosotros apagamos el despertador con cara de sueño y pena, los demás solo disfruten de las cosas buenas de la vida? La frustración se ha convertido en nuestro pan de cada día. Rutina, oficinas, jefes, facturas y un triste mundo real que nos lleva a envidiar -mucho- la vida de esos que se llaman 'influencers'.

¡Todo el día de playa en playa sin hacer nada más que posar! ¡El paraíso terrenal! ¿Dónde se pide turno para subirse a ese carro? Así, claro, ¿cómo vamos a conseguir motivarnos para llevar una existencia placentera, satisfactoria y repleta de felicidad? Las nuevas tecnologías nos lo están poniendo todo muy difícil…

Pero tampoco nos volvamos locos. ¿Cuánto hay de real en esas vidas de ensueño que se nos venden por redes sociales? ¡Muy poco! Claro que existen esos afortunados que pasan los tres meses de verano tumbados debajo de un cocotero, pero son muchos menos de los que nos pensamos. La mayoría, asumámoslo, mienten. Mienten mucho. Mienten sobre cada una de las parcelas de su vida y lo hacen con total impunidad. ¡Y es que no hay nada más sencillo! Las redes sociales nos dan la oportunidad perfecta para inventarnos una existencia maravillosa desde la comodidad del sofá. ¿Cómo hacerlo? Pues siguiendo estos sencillos trucos que nos convertirán en la envidia del vecindario virtual. Atención, apuntad:

Si tú dices que estás de vacaciones, ¡estás de vacaciones!

El mundo se creerá lo que tú digas. Total, ¿cómo van a comprobarlo? Puede que hayas ido a visitar a tus padres al pueblo, pero si dices que estás pasando una magnífica semana en un hotel al lado del mar, ¡se lo van a creer! Tan solo hay que repetir constantemente que estamos de vacaciones -o ponerlo en los hashtags, que sirve igual-. Más fácil, imposible. Y sí, tú estarás en tu casa, pero tus archienemigos se morirán de envidia.

Una foto publicada por MADELEINE ✈️ (@pilotmadeleine) el 24 de Oct de 2016 a la(s) 11:37 PDT

Dosificar las fotos de un viaje será tu mejor venganza.

Un día dura lo que dura en la vida real, pero se eterniza en instagram. Cinco días en un crucero por las islas griegas pueden convertirse en veinticinco compartiendo imágenes con todos tus followers. Ahora, hay que hacerlo bien. Los que no te conozcan, se lo creerán, pero, ¿y los que viven en tu misma ciudad? No puedes estar a las cinco en Mikonos y media hora más tarde en la cola del súper. Vivir una vida de lujo -virtual- tiene sus riesgos. Hay que pensarlo todo bien.

Una foto publicada por Debi Flügge (@debiflue) el 11 de Oct de 2016 a la(s) 4:11 PDT

¿A quién no le gusta la comida? ¡A todo el mundo le gusta la comida!

El boom del ‘foodporn’ -vamos, colapsar las redes sociales con fotos de comida- parece que nunca termina. Cada día nos encontramos con los bonitos y apetitosos platos que preparan nuestras estrellas favoritas de instagram. ¿Y para qué? Pues para mostrarle al mundo que, además de viajar, también disfrutan de manjares sin salir de casa. La envidia gastronómica es una forma de envidia que todavía está por explotar. ¡Es nuestro momento!

Una foto publicada por FoodyingBcn (@foodyingbcn) el 25 de Oct de 2016 a la(s) 3:52 PDT

Súbete al carro de los productos patrocinados.

¿Por qué todo el mundo anuncia productos en sus perfiles de instagram y nosotros no? Cada vez que vemos a un usuario alabando los beneficios de una marca no pensemos que lo hace por amor al arte. ¡Claro que no! Como mínimo, se lo han regalado. Unas zapatillas, unas cremas o unos batidos detox, todo vale en el mercadeo de las redes sociales. ¡Y nosotros nos lo estamos perdiendo! Entrar en la rueda es más fácil de lo que parece. Con llamar a las puertas adecuadas es más que suficiente.

Una foto publicada por Blanca Suárez (@blanca_suarez) el 19 de Abr de 2016 a la(s) 3:41 PDT

Haz amigos como tú, ellos te comprenderán.

De nada sirve vivir una vida de cuento en instagram si no tenemos a nadie con quien compartirla. ¿La solución? Hacer amigos instagramers que también quieran apuntarse al club de ‘vividores’. ¿O es que los influencers no se etiquetan solo entre influencers? Poco a poco, acabaremos consiguiendo que nos inviten a pasar el verano en un yate y seremos los más envidiados de nuestra comunidad de vecinos.¡Chúpate esa profesora que dijo que no llegaríamos a nada en la vida!

Una foto publicada por JOAN PALÀ (@joanpala) el 18 de Oct de 2016 a la(s) 8:35 PDT

Sigue el ejemplo de las estrellas instagramers.

Si queremos triunfar en instagram, tendremos que hacer caso a las estrellas de instagram, ¿no? Celebrities conocidas por hacer absolutamente nada pero que acumulan millones de seguidores en sus perfiles. Imitemos sus poses, copiemos sus destinos, aprendamos de los mejores. ¡Solo así podremos hacer creer a todo el mundo que nos estamos dando la vida padre! Ellos inventaron el negocio, así que no pueden estar equivocados.

Una foto publicada por JAY ALVARREZ (@jayalvarrez) el 28 de Ago de 2016 a la(s) 3:02 PDT

Ante la duda, vete a la playa.

Pocas cosas dan tanta envidia como una playa. Debe ser algún tipo de instinto primario heredado de nuestros antepasados. Podemos subir una instantánea en la montaña, en un parque de atracciones, en París, pero como subamos una en la playa, se nos llena la app de comentarios. Nada se asocia más a las vacaciones, al relax y a tostarse al sol mientras pasan las horas muertas. Así que aprovechémoslo. Reservar algunas fotografías del verano nos ayudaran a contentar a los followers durante todo el año. Fa-ci-lí-si-mo.

  Una foto publicada por Aida Domenech (@dulceida) el 2 de Sep de 2016 a la(s) 5:29 PDT

Ojo cuidado: ni se te ocurra acudir a Google.

La tentación está ahí. Tirar de Google para hacernos con imágenes bonitas y subirlas a instagram. ¡Error! Existen aplicaciones que detectan qué fotografías hemos cogido de internet. Pese que falseemos un poco la realidad, pero tampoco nos lancemos con los brazos abiertos al engaño. Para eso, mejor seguir los consejos de Houdinis y montarnos una escapada a precio de risa. Al menos, así, daremos envidia pero de verdad. ¡Quién instagramea el último, instagramea mejor!

Una foto publicada por Location Fox (@locationfox) el 12 de Oct de 2016 a la(s) 2:17 PDT

¡Todo el día de playa en playa sin hacer nada más que posar! ¡El paraíso terrenal! ¿Dónde se pide turno para subirse a ese carro? Así, claro, ¿cómo vamos a conseguir motivarnos para llevar una existencia placentera, satisfactoria y repleta de felicidad? Las nuevas tecnologías nos lo están poniendo todo muy difícil…

Pero tampoco nos volvamos locos. ¿Cuánto hay de real en esas vidas de ensueño que se nos venden por redes sociales? ¡Muy poco! Claro que existen esos afortunados que pasan los tres meses de verano tumbados debajo de un cocotero, pero son muchos menos de los que nos pensamos. La mayoría, asumámoslo, mienten. Mienten mucho. Mienten sobre cada una de las parcelas de su vida y lo hacen con total impunidad. ¡Y es que no hay nada más sencillo! Las redes sociales nos dan la oportunidad perfecta para inventarnos una existencia maravillosa desde la comodidad del sofá. ¿Cómo hacerlo? Pues siguiendo estos sencillos trucos que nos convertirán en la envidia del vecindario virtual. Atención, apuntad:

Si tú dices que estás de vacaciones, ¡estás de vacaciones!

El mundo se creerá lo que tú digas. Total, ¿cómo van a comprobarlo? Puede que hayas ido a visitar a tus padres al pueblo, pero si dices que estás pasando una magnífica semana en un hotel al lado del mar, ¡se lo van a creer! Tan solo hay que repetir constantemente que estamos de vacaciones -o ponerlo en los hashtags, que sirve igual-. Más fácil, imposible. Y sí, tú estarás en tu casa, pero tus archienemigos se morirán de envidia.

Una foto publicada por MADELEINE ✈️ (@pilotmadeleine) el 24 de Oct de 2016 a la(s) 11:37 PDT

Dosificar las fotos de un viaje será tu mejor venganza.

Un día dura lo que dura en la vida real, pero se eterniza en instagram. Cinco días en un crucero por las islas griegas pueden convertirse en veinticinco compartiendo imágenes con todos tus followers. Ahora, hay que hacerlo bien. Los que no te conozcan, se lo creerán, pero, ¿y los que viven en tu misma ciudad? No puedes estar a las cinco en Mikonos y media hora más tarde en la cola del súper. Vivir una vida de lujo -virtual- tiene sus riesgos. Hay que pensarlo todo bien.

Una foto publicada por Debi Flügge (@debiflue) el 11 de Oct de 2016 a la(s) 4:11 PDT

¿A quién no le gusta la comida? ¡A todo el mundo le gusta la comida!

El boom del ‘foodporn’ -vamos, colapsar las redes sociales con fotos de comida- parece que nunca termina. Cada día nos encontramos con los bonitos y apetitosos platos que preparan nuestras estrellas favoritas de instagram. ¿Y para qué? Pues para mostrarle al mundo que, además de viajar, también disfrutan de manjares sin salir de casa. La envidia gastronómica es una forma de envidia que todavía está por explotar. ¡Es nuestro momento!

Una foto publicada por FoodyingBcn (@foodyingbcn) el 25 de Oct de 2016 a la(s) 3:52 PDT

Súbete al carro de los productos patrocinados.

¿Por qué todo el mundo anuncia productos en sus perfiles de instagram y nosotros no? Cada vez que vemos a un usuario alabando los beneficios de una marca no pensemos que lo hace por amor al arte. ¡Claro que no! Como mínimo, se lo han regalado. Unas zapatillas, unas cremas o unos batidos detox, todo vale en el mercadeo de las redes sociales. ¡Y nosotros nos lo estamos perdiendo! Entrar en la rueda es más fácil de lo que parece. Con llamar a las puertas adecuadas es más que suficiente.

Una foto publicada por Blanca Suárez (@blanca_suarez) el 19 de Abr de 2016 a la(s) 3:41 PDT

Haz amigos como tú, ellos te comprenderán.

De nada sirve vivir una vida de cuento en instagram si no tenemos a nadie con quien compartirla. ¿La solución? Hacer amigos instagramers que también quieran apuntarse al club de ‘vividores’. ¿O es que los influencers no se etiquetan solo entre influencers? Poco a poco, acabaremos consiguiendo que nos inviten a pasar el verano en un yate y seremos los más envidiados de nuestra comunidad de vecinos.¡Chúpate esa profesora que dijo que no llegaríamos a nada en la vida!

Una foto publicada por JOAN PALÀ (@joanpala) el 18 de Oct de 2016 a la(s) 8:35 PDT

Sigue el ejemplo de las estrellas instagramers.

Si queremos triunfar en instagram, tendremos que hacer caso a las estrellas de instagram, ¿no? Celebrities conocidas por hacer absolutamente nada pero que acumulan millones de seguidores en sus perfiles. Imitemos sus poses, copiemos sus destinos, aprendamos de los mejores. ¡Solo así podremos hacer creer a todo el mundo que nos estamos dando la vida padre! Ellos inventaron el negocio, así que no pueden estar equivocados.

Una foto publicada por JAY ALVARREZ (@jayalvarrez) el 28 de Ago de 2016 a la(s) 3:02 PDT

Ante la duda, vete a la playa.

Pocas cosas dan tanta envidia como una playa. Debe ser algún tipo de instinto primario heredado de nuestros antepasados. Podemos subir una instantánea en la montaña, en un parque de atracciones, en París, pero como subamos una en la playa, se nos llena la app de comentarios. Nada se asocia más a las vacaciones, al relax y a tostarse al sol mientras pasan las horas muertas. Así que aprovechémoslo. Reservar algunas fotografías del verano nos ayudaran a contentar a los followers durante todo el año. Fa-ci-lí-si-mo.

  Una foto publicada por Aida Domenech (@dulceida) el 2 de Sep de 2016 a la(s) 5:29 PDT

Ojo cuidado: ni se te ocurra acudir a Google.

La tentación está ahí. Tirar de Google para hacernos con imágenes bonitas y subirlas a instagram. ¡Error! Existen aplicaciones que detectan qué fotografías hemos cogido de internet. Pese que falseemos un poco la realidad, pero tampoco nos lancemos con los brazos abiertos al engaño. Para eso, mejor seguir los consejos de Houdinis y montarnos una escapada a precio de risa. Al menos, así, daremos envidia pero de verdad. ¡Quién instagramea el último, instagramea mejor!

Una foto publicada por Location Fox (@locationfox) el 12 de Oct de 2016 a la(s) 2:17 PDT

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Bloguer con solera. Profesional de la palabra. Vedette del freelancismo. Inventor de la confusión. Me gano la vida escribiendo y gestionando mi imperio. Es duro, pero merece la pena.