Es un hecho: el verano termina y la mitad de las parejas del país parten peras. Y aunque los psicólogos elaboren sus teorías locas, el porqué nadie lo sabe.

¿Demasiado tiempo viéndose las caras? ¿Expectativas vacacionales que se van al traste? ¿O es que septiembre marca el principio de una nueva era y la oportunidad de dar un cambio hace que des (o te den, cuidado) la patada? Misterios sin resolver, y con cero ganas de aclarar.

A nosotros lo que nos importa es que de repente necesitamos locales donde no cruzarnos con el pasado, ya que el peligro de que nos pueda repetir es mayúsculo y evitar un cara a cara esa noche de viernes –donde necesitas más cariño que Mimosín– se convierte en algo trascendental. Tienes suerte: como no soy más que un alma misericordiosa que siempre ayuda al prójimo, te recomendaré restaurantes donde podrás ponerte hasta arriba sin peligro de atragantarte. ¿Por qué? Pues porque algunos son muy recientes y otros son demasiado buenos para que tu ex sepa que existen (no tiene ni idea del buen comer, grrr). Empieza haciendo un reset dentro de tu cabeza, introduce los nuevos datos y deja que el disfrute de tu estómago te ayude a olvidar.

Mendl’s. Carrer de Viladomat, 94

Ver para creer: este nuevo local croquetero de Sant Antoni rinde homenaje al director de cine Wes Anderson. Los jóvenes dueños son muy fans y han querido honrarle decorando el espacio como algunas de sus películas: Moonrise Kingdom, Viaje a Darjeeling, El Gran Hotel Budapest o el Fantástico Sr. Fox. Ve y descubre qué zona es cada una de ellas y de paso te pides una de las cocas (de jamón ibérico con allioli, fuet con emmental fundido, queso de cabra gratinado bañado en miel o sobrasada con parmesano fundido, por nombrar algunas) y comparte con tus colegas una ración de croquetas caseras (de gorgonzola y nueces, sobrasada y queso de mahón, chorizo con camembert y miel o huevos estrellados y chistorra: brutal). Todo con una caña bien fresca.

Te ayudará a pasar página: pedirte el combo de seis croquetas con la tapa de pan con tomate y una caña.

Ugot. Carrer de Viladomat, 138

Tan nuevo, que tu ex no tendrá ni idea de que existe esta joyita en el Eixample Izquierdo. :-) Adi, una de las tres hermanas al mando de Ugot, estudió en la prestigiosa escuela Hofmann solo para ayudarte a ponerte hasta el Quico gracias a una infinidad de dulces y platos currados al mediodía. Todos esos placeres gustativos harán que te olvides de tus penas y la simpatía con la que atienden al personal te pondrá del mejor humor. Te recomiendo ir de brunch para probar sus estupendos huevos benedict que tanto nos gustan.

Te ayudará a pasar página: la French toast con ricotta y mermelada casera -con tropezones de albaricoque–.

Grasshopper, Craft Beer & Ramen. Plaça de la Llana, 9

Este nuevo local de ramen en Santa Caterina viene de la mano de los dueños de nuestro querido Mosquito y, en él podrás encontrar cinco tipos de ramen para llenar hasta arriba tu panza: Shio (suave), Shoyu (de soja), Miso, Udon de l’Àvia, una opción para vegetarianos y tapillas para empezar –las gyozas son de otro mundo–.  Además en Grasshopper tienen la siempre agradable opción de cervezas artesanas. Por un momento te sentirás en Japón y lejos de todo.

Te ayudará a pasar página: el ramen de Miso acompañado con deliciosas gyozas y una buena craft beer.

Napoli Prima e Dopo. Carrer de Villarroel, 255

El olor que desprende el horno de leña de Napoli Prima e Dopo te hará olvidar que estás en Barcelona. Y cuando pruebes una de sus pizzas o pastas al huevo –siempre al dente– te transportará directamente a la ciudad mediterránea de Nápoles. Será como hacer un viaje para cambiar de aires y volver renovado. Muy cercano a la plaça de Francesc Macià, este restaurante italiano utiliza productos naturales y de calidad y, si eres fan de la masas finas que no empachan, sus pizzas te encantarán.

Te ayudará a pasar página: La Pizza Totò, con tomate, mozzarella, gorgonzola, nueces y jamón de Parma.

Petit Pau. Carrer de l’Espanya Industrial, 22

Será imposible encontrarte con tu ex en este encantador restaurante de Sants ya que apenas puede albergar a dieciséis comensales y la estadística no puede ser tan traicionera. Cuenta con solo dos turnos de cocina. ¡Llama y reserva con tiempo! Que el Petit Pau tiene una legión de fieles seguidores y te tocará esperar mínimo un mes para probar cualquiera de los seis primeros y los seis segundos, todos con una pinta tremendísima.

Te ayudará a pasar página: el cordero confitado con torta extremeña, de otro planeta.

Can Dênde. Carrer de la Ciutat de Granada, 44

La mitad de los habitantes de Barcelona no pisan Poble Nou por pereza: peor para ellos. Tu ex seguro que también es uno de los que se lo pierden y a ti ya te va bien porque podrás disfrutar de Can Dênde sin verle el jeto. Este pequeño y acogedor restaurante es ya uno de los imprescindibles de la zona gracias a sus tremendos brunch y a los menús de mediodía en el que combinan distintas tradiciones. Te prohibo que te largues de allí sin haber probado sus tomates verdes fritos: simplemente increíbles.

Te ayudará a pasar página: los huevos benedict y los pancakes son de otra liga.

 

¿Demasiado tiempo viéndose las caras? ¿Expectativas vacacionales que se van al traste? ¿O es que septiembre marca el principio de una nueva era y la oportunidad de dar un cambio hace que des (o te den, cuidado) la patada? Misterios sin resolver, y con cero ganas de aclarar.

A nosotros lo que nos importa es que de repente necesitamos locales donde no cruzarnos con el pasado, ya que el peligro de que nos pueda repetir es mayúsculo y evitar un cara a cara esa noche de viernes –donde necesitas más cariño que Mimosín– se convierte en algo trascendental. Tienes suerte: como no soy más que un alma misericordiosa que siempre ayuda al prójimo, te recomendaré restaurantes donde podrás ponerte hasta arriba sin peligro de atragantarte. ¿Por qué? Pues porque algunos son muy recientes y otros son demasiado buenos para que tu ex sepa que existen (no tiene ni idea del buen comer, grrr). Empieza haciendo un reset dentro de tu cabeza, introduce los nuevos datos y deja que el disfrute de tu estómago te ayude a olvidar.

Mendl’s. Carrer de Viladomat, 94

Ver para creer: este nuevo local croquetero de Sant Antoni rinde homenaje al director de cine Wes Anderson. Los jóvenes dueños son muy fans y han querido honrarle decorando el espacio como algunas de sus películas: Moonrise Kingdom, Viaje a Darjeeling, El Gran Hotel Budapest o el Fantástico Sr. Fox. Ve y descubre qué zona es cada una de ellas y de paso te pides una de las cocas (de jamón ibérico con allioli, fuet con emmental fundido, queso de cabra gratinado bañado en miel o sobrasada con parmesano fundido, por nombrar algunas) y comparte con tus colegas una ración de croquetas caseras (de gorgonzola y nueces, sobrasada y queso de mahón, chorizo con camembert y miel o huevos estrellados y chistorra: brutal). Todo con una caña bien fresca.

Te ayudará a pasar página: pedirte el combo de seis croquetas con la tapa de pan con tomate y una caña.

Ugot. Carrer de Viladomat, 138

Tan nuevo, que tu ex no tendrá ni idea de que existe esta joyita en el Eixample Izquierdo. :-) Adi, una de las tres hermanas al mando de Ugot, estudió en la prestigiosa escuela Hofmann solo para ayudarte a ponerte hasta el Quico gracias a una infinidad de dulces y platos currados al mediodía. Todos esos placeres gustativos harán que te olvides de tus penas y la simpatía con la que atienden al personal te pondrá del mejor humor. Te recomiendo ir de brunch para probar sus estupendos huevos benedict que tanto nos gustan.

Te ayudará a pasar página: la French toast con ricotta y mermelada casera -con tropezones de albaricoque–.

Grasshopper, Craft Beer & Ramen. Plaça de la Llana, 9

Este nuevo local de ramen en Santa Caterina viene de la mano de los dueños de nuestro querido Mosquito y, en él podrás encontrar cinco tipos de ramen para llenar hasta arriba tu panza: Shio (suave), Shoyu (de soja), Miso, Udon de l’Àvia, una opción para vegetarianos y tapillas para empezar –las gyozas son de otro mundo–.  Además en Grasshopper tienen la siempre agradable opción de cervezas artesanas. Por un momento te sentirás en Japón y lejos de todo.

Te ayudará a pasar página: el ramen de Miso acompañado con deliciosas gyozas y una buena craft beer.

Napoli Prima e Dopo. Carrer de Villarroel, 255

El olor que desprende el horno de leña de Napoli Prima e Dopo te hará olvidar que estás en Barcelona. Y cuando pruebes una de sus pizzas o pastas al huevo –siempre al dente– te transportará directamente a la ciudad mediterránea de Nápoles. Será como hacer un viaje para cambiar de aires y volver renovado. Muy cercano a la plaça de Francesc Macià, este restaurante italiano utiliza productos naturales y de calidad y, si eres fan de la masas finas que no empachan, sus pizzas te encantarán.

Te ayudará a pasar página: La Pizza Totò, con tomate, mozzarella, gorgonzola, nueces y jamón de Parma.

Petit Pau. Carrer de l’Espanya Industrial, 22

Será imposible encontrarte con tu ex en este encantador restaurante de Sants ya que apenas puede albergar a dieciséis comensales y la estadística no puede ser tan traicionera. Cuenta con solo dos turnos de cocina. ¡Llama y reserva con tiempo! Que el Petit Pau tiene una legión de fieles seguidores y te tocará esperar mínimo un mes para probar cualquiera de los seis primeros y los seis segundos, todos con una pinta tremendísima.

Te ayudará a pasar página: el cordero confitado con torta extremeña, de otro planeta.

Can Dênde. Carrer de la Ciutat de Granada, 44

La mitad de los habitantes de Barcelona no pisan Poble Nou por pereza: peor para ellos. Tu ex seguro que también es uno de los que se lo pierden y a ti ya te va bien porque podrás disfrutar de Can Dênde sin verle el jeto. Este pequeño y acogedor restaurante es ya uno de los imprescindibles de la zona gracias a sus tremendos brunch y a los menús de mediodía en el que combinan distintas tradiciones. Te prohibo que te largues de allí sin haber probado sus tomates verdes fritos: simplemente increíbles.

Te ayudará a pasar página: los huevos benedict y los pancakes son de otra liga.

 

mm
Lo mío es la búsqueda continua de nuevos locales que me descubran manjares para mi gran boca cómelotodo. Tengo una libreta con una lista de restaurantes pendientes que no tiene fin. Viajaría al fin del mundo por una buena hamburguesa.